Freda

*Haití, situación explosiva a finales de 2020

Freda tiene como protagonista al personaje de igual nombre que vive con su madre y hermanos en un popular barrio de la capital de Haití. Freda, Néhémie Bastien, sobrevive con su familia tratando de salir adelante llena de sueños pero sometida a la realidad imperiosa de sobrevivir en un ambiente diario de violencia.

Atiende a tiempo parcial junto a su madre, su hermana Esther, Djanaina Francois, y su hermano Moise, Cantave Kervem, una pequeña tienda de alimentación en su casa. Cada miembro de la familia trata de salir adelante como puede para huir del ambiente de pobreza y violencia cotidiana.

La película está rodada entre diciembre de 2019 y enero de 2021, ambientada en las situaciones diarias de violencia callejera que llevaron al asesinato del Presidente de Haití en la vida real.

En la universidad a la que asiste a tiempo parcial, los estudiantes también están muy divididos y polarizados sobre cómo actuar ante la conflictiva situación sociopolítica. Mientras tanto las revueltas urbanas aumentan con frecuentes asesinatos en sus calles.

La directora completa el cuadro ambiental del largometraje Freda con secuencias rodadas en el mercadillo de frutas y alimentos varios, los cantos en la iglesia cristiana y las escenas de jóvenes en las discotecas nocturnas.

*La encrucijada de Freda y sus dos hermanos

Freda tiene un marcado carácter de película con aspecto de docuficción ya que sus productores principales proceden del documental. Va alternando la trama argumental sobre la que discurre la acción dramática con las pinceladas que va componiendo el cuadro social de la realidad donde se representa.

Cada uno de los tres hermanos, Freda, Esther y Moise, afrontan como pueden la precaria situación para sobrellevarla e incluso con deseos y esperanzas de superarla.

La vuelta a Haití de Yeshua, Jean Jean, novio de Freda, añade tensión a sus expectativas al proponerle que se vaya a vivir con él a Santo Domingo. Por otra parte, su hermana Esther ambiciona progresar en la vida a través de su emparejamiento con el senador Robert, más allá de la relación que tiene con D-Fi, Rolaphton Mercure.

El tercer hermano Moise es presionado por la madre para que se vaya del país hasta Chile en busca de mejor porvenir.

La cámara de Karine Aulnette y el trabajado montaje de Rodolphe Molla dan coherencia al entramado de la acción y los personajes.

Las interpretaciones de protagonistas principales y actores secundarios son adecuadas al drama que va creciendo a medida que transcurre el metraje.

*Las turbulencias vitales de Freda y su familia

Las revueltas callejeras entre partidarios y contrarios al presidente de Haití continúan aumentando su peligrosidad y violencia. Paralelamente la madre de los tres hermanos sigue buscando de uno y otro modo que a sus hijos no les afecte la situación. Algo oculto en el pasado de la vida de la madre late en el trasfondo de la historia de la familia como una sombra oculta.

La madre, sobreprotectora y de carácter fuerte, sigue maniobrando para conseguir encauzar el futuro vital de sus hijos. Se siente triunfadora logrando la ansiada boda de su hija Esther con el senador.

El hermano Moise trata de llegar hasta el aeropuerto para salir de Haití evitando las algaradas callejeras con la ayuda de dos amigos. Freda sigue resistiéndose a irse con su novio Yeshua a Santo Domingo, entrando en crisis su relación.

La ambientación retrata bien los ambientes reales de gran pobreza de la vida cotidiana fiel reflejo de la realidad de uno de los países más pobres y violentos del mundo. El retrato que se hace del país caribeño es una radiografía palpable de su realidad desde hace décadas. Haití además es desolada por terremotos y huracanes que con frecuente destrozan periódicamente las infraestructuras urbanas y sanitarias.

En la parte final de Freda, nuevos giros de guion agitan las esperanzas, sueños y vidas cotidianas de la madre y sus tres hijos. Ante ello sus reacciones serán muy importantes tanto si logran o no unirse para sobreponerse a las dificultades cotidianas.

La secuencia final terminará por definir el futuro resumiendo el conglomerado final de la trama dramática.

*Conclusión

Freda es un largometraje ambientado en la realidad cotidiana de la capital de Haití, con el trasfondo sociopolítico de las revueltas callejeras desde 2019 que terminaron con el asesinato de su Presidente. Paralelamente se desarrolla la trama ficcionada de una madre ambiciosa y luchadora que desde su pequeña tienda de alimentación trata de dar mejor futuro a sus tres hijos. Los tres hermanos, Freda, Esther y Moise, tratarán cada uno a su manera de superar la dura situación cotidiana.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez

Freda (2021), de la directora haitiana Gessica Généus es una cinta con una triple producción repartida entre Haití, por parte de la propia realizadora, Benín y Francia. La acción de esta película, precandidata a los Oscar como Mejor película en habla no inglesa, transcurre en Puerto Príncipe, capital del país caribeño arriba mencionado y consigue algo así como la cuadratura del círculo, dado que, por un lado comporta un alto contenido documental, pero por otro, la ficción del filme golpea en lo más profundo de las emociones del espectador.
En esencia, la historia muestra la vida de Freda, una auténtica Cenicienta descalza, pues ella es la única de los tres hermanos que realiza las tareas de la casa, la única que madruga, la única que trae algo de dinero a casa, etcétera. Una Cenicienta, como digo, sin zapatos, pero también sin hada madrina y cuya única posibilidad de carroza consiste un billete de autobús para asistir al baile de la emigración hacia Santo Domingo y huir así de la realidad demoledora en su país.
Oficialmente el argumento se presenta como la difícil reconstrucción de Haití después del terremoto de 2010, alegorizada en la difícil reconstrucción personal del personaje principal, es decir, Freda, pero a mí me gustaría ampliar algo que ya he mencionado antes: la textura documental de un filme pensado con voluntad de ficción, por lo que no podríamos hablar en propiedad de una docuficción, sino de una ficción documental.
La directora, en efecto, gozaba en el momento de emprender el proyecto de Freda de una trayectoria en el ámbito documental y esa experiencia en este género se traslada a la película que nos ocupa, que es el primer largometraje de ficción de Généus. Por ello, la trama en sí es muy sencilla y, si bien se articula alrededor de Freda, interpretada por Néhémie Bastien, que está presente durante toda la cinta, se ramifica luego en las vivencias de una serie de personajes radiales, como los compañeros de universidad, los hermanos de Freda, su madre u otra parte de la familia. Sí que observamos, desde luego, un importante peso de los caracteres femeninos, pero la película en sí, a mi modo de ver, consiste en una serie de escenas para mostrar los grandes males de Haití, es decir, todos, pues pudiera tratarse del país más pobre del mundo, azotado por todo tipo de desastres naturales, por si ya la miseria fuera poco castigo.
Por lo tanto, a mi modo de ver, insisto, los diferentes momentos del filme nos muestran de manera casi pedagógica situaciones como la corrupción, el vudú, la hipocresía de los religiosos cristianos, la pobreza, la falta de horizontes, la descolonización fallida, la violencia machista o la violencia, en general, donde los asesinatos constituyen el pan nuestro de cada día, etcétera.
Toda esa ambientación social sirve para engarzar historias personales muy duras, sin duda, pero no demasiado complejas desde el punto de vista argumental: los jóvenes (masculinos) quieren huir del país y las jóvenes buscan matrimonios ventajosos intentando parecer blancas aclarándose la piel o tiñéndose el pelo de rubio.
Sí que me parece muy destacable la interpretación de Fabiola Remy en el rol de Jeannette, la madre de Freda, siendo así que no se trata de una actriz profesional, como nadie en el reparto de este largometraje, pero que da vida con maestría al personaje con más riqueza de matices de esta película. De hecho, no me parece descabellado considerar que Jeannette es una alegoría de la patria haitiana y, de ser así las cosas, Freda lo sería del pueblo de Haití.