Arsenal

Hay contextualización, pero no hay historia, y aunque ello pueda descolocar traspasado el primer cuarto de film, que particularmente es excelente, te deja convulsionado y desolado por todo lo que se muestra en pantalla, una vez uno ha entrado en el "juego narrativo" que propone Dovzhenko, sólo puede hacer que quedar impresionado ante la potencia que imprime el perfectamente planificado film del soviético.

Los personajes, se mueven apesadumbradamente cuando están retratando todas aquellas personas que, sin verse sumergidas directamente en aquella guerra, la padecieron como es lógico, y sus gestos lentos, cansados y farragosos transmiten la desconsolación que les aborda de un modo magnífico.
Cuando entran en escena los combatientes, sin embargo, todo se mueve frenéticamente, con velocidad, ímpetu y la intransigencia propia de los impulsos del combatiente por defender aquello que más ama.

"Arsenal", por otro lado, es un atolladero de secuencias que, con poco, dicen mucho. La del tullido sin pierna seguido, a continuación, por esa niña repleta de ilusión e inocencia, es un reflejo sentido y vivaz de todo aquello que Dovhzenko pretende retratar en su film: Que la tristeza y el horror siempre tienen tras él la mirada de la inocencia, de la pureza y del volver al punto de partida, dando un cauce distinto a todo lo vivido.
También se retratan múltiples aspectos más mediante metáforas que, inicialmente, pueden descolocar, pero que cobran gran importancia y resultan muy bien planificadas.

Por último, cabría decir que "Arsenal" es un film antibélico por excelencia, es el antibelicismo elevado a la máxima potencia, y todo está mostrado, si no con sutilidad, si con una perspicacia e inteligencia monumentales, magnificada por momentos espléndidos como el del gas y la posterior ejecución que apuntan directamente a todos aquellos terribles actos que son cometidos y, no sólo eso, sino también advierte sobre las consecuencias del poder y de la mecanización a la que termina siendo sometido cualquier ser por combatir en cualquier lado de ambos bandos. Eso convierte este film, en un tratado imprescindible y muy digno, que debería ser rescatado y que merece nuestra atención.

PRELUDIO

La muerte, el horror: una explosión junto a un cuerpo. O quizá una estatua sucia y embarrada.

PRIMER ACTO

La soledad: un cadáver vivo, de pie, inmóvil, en el centro de una habitación vacía, casi sin luz.

La sensualidad: una joven campesina apoyada contra la pared de su casa. Espera clientes.

Otra vez la muerte: avanza despacio, hundiendo los pies descalzos en la tierra removida, mientras siembra en una tierra estéril. Vejez estática, ni siquiera el viento la puede levantar ya.

Tres hijos: rabia, dolor, arado. Fábrica de armas. Un niño llora desconsolado, la cara manchada y el cuerpo desnudo.

SEGUNDO ACTO

El gas de la risa. ¿Dónde está el enemigo?

Desfile.

El gas de la risa. ¿Dónde está el enemigo?; la silueta armada, delante de las nubes.

Tortura, tren, gas de la risa, Ucrania, gas de la risa...

INTERLUDIO

Música: el tren sobre los raíles. Metralletas. Acordeón, cada vez más deprisa.

Pánico: descarrilamiento, salto al vacío. Acordeón, sonando todavía en su caída.

La tierra: un niño huérfano en brazos de su madre. ¿QUIÉN? En la guerra. ¿QUIÉN? Sobre los raíles. ¿QUIÉN? Un descarrilamiento. ¿QUIÉN?, QUI?, WHO?, WER?

TERCER ACTO

Intrigas: hambre, deserción, desonfianza

Libertad: procesión, incienso. Viejos santos, nuevos santos. Santos viejos, santos jóvenes.

Brillo en la mirada. Trabajadores.
Políticos con bigotes afilados.

Arsenal en marcha, la huelga
Resignación, frustación-agresividad

Arsenal: un niño llora, y algo se mueve en la oscuridad

Políticos que ven fantasmas
Barba, miedo; cañones y caballos

Viena: Grosz 1919 (Mutilado de guerra)

Estatuas, estatuas rotas: cuerpos apilados, que se escurren por entre la gangrena contagiosa...
Carta sin destino -o destino sin carta-: mirada fija hacia el techo, mirada fija a la cámara

POSLUDIO

Sangre: caballo desbocado sobre el hielo de la estepa

"[...] después de cuatro años de guerra mundial y uno de guerra civil, sé que estoy muriendo. Quisiera ser enterrado en casa [...]"

Jinetes- ¡Más rápido, caballos!, ¡vamos a enterrar al camarada que murió en la revolución!
Caballos- Lo sabemos.
Lo sabemos.
Estamos volando como el viento...

...


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MENSAJES VARIOS:
Esta película es cine-propaganda, pero con la palabra CINE en mayúsculas.

Estoy de acuerdo con la crítica de Grandine en cuanto a la sucesión de imágenes sencillas pero cargadas de fuerza de "Arsenal". Esta película es realmente un ejemplo de antibelicismo militante.

Recomiendo la película; por momentos se me ha hecho pesada [al igual que Grandine, opino que el comienzo es lo mejor de la película], pero los planos no dejan de ser pequeños poemas, unas veces, épicos, otras, más líricos, pero siempre con una gran intensidad dramática.

(Continúa en el spoiler -recomendable leerlo aunque no se haya visto la película)

Arsenal describe los devastadores efectos de la Primera Guerra Mundial sobre los pueblos de Ucrania (recordemos que el hastío popular frente a la guerra fue una de las causas que determinó el triunfo de la revolución soviética, y la caída tanto del régimen zarista como del posterior gobierno provisional); y el inicio del conflicto civil (muy simplificado en la película) entre las fuerzas conservadoras ucranianas que proclamaron su independencia de Rusia, y los bolcheviques partidarios del poder de los sóviets.

La cita de Macbeth que propongo como título trata de describir el tono de la película, no de sugerir que Dovjenko fuese un simple (como han insinuado algunos críticos malévolos): ucraniano de extracción campesina, es posible que su obra resulte más ingenua y menos sofisticada que la de los otros grandes directores soviéticos, que provenían de entornos burgueses; pero Arsenal reúne la extrema complejidad intelectual de Eisenstein con un aliento poético entonces, y hasta mucho después, inédito en el cine (y sin ningún parecido con otras obras posteriores a las que se aplica el calificativo como, por ejemplo, la reciente El árbol de la vida).

Frente a la dramaturgia sutil y equilibrada de Pudovkin, el programa artístico de Dovjenko (que empezó, al parecer, como caricaturista) parece apuntar únicamente a la potencia expresiva, quebrando con impudor las normas del buen gusto burgués, o haciendo irrumpir en la narración metáforas visuales -que en esta película cobran vida, como el retrato del general ucraniano al que un reaccionario independentista enciende una vela (la cual el homenajeado apaga). Hay ejemplos mejores: como el del tren sin frenos en el que regresan a la patria los soldados desmovilizados del frente, imagen de la guerra que deben abandonar saltando violentamente antes de que se produzca el descarrilamiento; o las imágenes de la maquinaria del arsenal de Kiev, que da título a la película, las cuales parecen aludir a los engranajes sociales por los que se transmite la revolución (a través de su expresión primordial, la huelga).

En vez de una supuesta plasmación objetiva de la realidad, aquí esta se descompone en encuadres oblicuos con marcadas diagonales, composiciones fuertemente asimétricas y desequilibradas, siluetas dramáticas, sombras, secuencias armónicas de imágenes de una misma figura a distancias cambiantes, expresivos retratos iluminados lateralmente en los que pueden verse los poros de la piel: casi cualquiera de ellos podría elegirse al azar como cifra y resumen del espíritu de la época. Arsenal es testimonio de un nuevo arte que, más allá de la esfera conceptual de las palabras, se apoya en el mundo visible y nos redescubre los gestos de los hombres: “los primeros planos pueden mostrarnos una cualidad en el gesto de una mano de la que nunca antes nos habíamos percatado… Un primer plano te muestra tu sombra en la pared, con la que has vivido durante toda tu vida y a la que apenas conoces” (Béla Balázs: teoría del film).

La historia demuestra que las autoridades soviéticas nunca pretendieron hacer realidad las palabras de Lenin sobre Rusia como "el país más libre del mundo", y estuvieron más cerca de lo contrario; pero los artistas sí pudieron, al menos durante un breve periodo, explorar nuevos territorios de libertad. Dovjenko nos arrastra, sobre unos caballos al galope que devuelven a su tierra natal el cadáver de un soldado caído, a una parte especialmente remota de ese territorio, que ningún otro cineasta volvió a pisar hasta casi medio siglo después.

Creo que lo primero que debería señalar de esta película antes de hacer una breve sinopsis y de criticarla, es que, si no se está un poco puesto en historia (cosa de la que servidor no puede presumir), da lugar a la confusión y a la sensación de andar perdido; porque el hílo narrativo entre las escenas (esto es una película muda no lo olvidemos) escasea y además no da demasiadas explicaciones de lo que pasa. Simplemente se nos sitúa en el contexto y serán las imágenes y los hechos los que nos contarán lo que está pasando, en vez de los pocos carteles con texto que veremos; que encima de ser escasos, nos servirán de más bien poco si pretendemos entender de una manera más global todo lo que ocurre.

La historia que se nos cuenta, es la de la lucha por la libertad y la independencia de una Ucrania, antes manejada por los Rusos; que tras recibir de vuelta sus frentes de combate, se reorganiza y hace frente a una nueva etapa. "Dios está en pie" se les verá gritar mientras la euforia de la victoria perdura; pero pronto las convulsiones de ideas políticas encontradas volverán a sumir al país en una nueva crisis; los obreros se revolverán, surgirá una contrarrevolución, la guerra civil acecha...

Confusa, sin concesiones y con puntuales momentos surrealistas, así como poéticos; Arsenal es una obra de referencia obligada para los incondicionales del cine más pionero, y para los amantes de la historia (aunque siempre habrá que observarla sabiendo el fuerte mensaje propagandístico que contiene). Los demás, ármense de paciencia y si les ha causado el mismo magnetismo que a mí, enhorabuena.

El cinco se lo doy porque no me he enterado de todo lo que siento que me han querido contar.... no sé si habrá sido problema mío, o del hílo narrativo-visual de la cinta. Seguramente "un mucho" de lo primero, y "un poco" de lo segundo.

En todo caso, disfrútenla.