Cara a la muerte

El género "Western" da para mucho. Ignoro si alguien se ha tomado la molestia de investigar seriamente los subgéneros a que da lugar: temas como el de la lucha con los indios, los vaqueros y cuanto tiene que ver con el ganado, la Guerra de Secesión... y cada uno de ellos se subdivide además en múltiples subtemas. Por ejemplo, dentro del de vaqueros y ganado, pueden mencionarse la lucha con los ovejeros, con los agricultores, con el tendido de cercas con alambre de espino, etc., etc.
"Cara a la muerte" inaugura, al menos para mí, un escenario nuevo; si siempre habíamos cabalgado por inmensos espacios abiertos, ahora la Caballería de la Unión (otro subtema interesantísimo) deja de lado los caballos para ocupar plaza en tres botes que deben descender por un lugar tan problemático como el Gran Cañón del Colorado como única posibilidad de salir con vida del acoso impío de una coalición de tribus indias. Dana Andrews le da un cierto tono estelar a una película que cuenta con excelentes secundarios y la presencia de Piper Laurie, bastantes años antes de que se convirtiera en la malísima Catherine Martell de la serie "Twin Peaks".

Con los indios en pie de guerra, los supervivientes de un fuerte intentarán llegar a territorio amigo a través del peligrosísimo río del Gran Cañón del Colorado, pero los indios estarán acechando el menor descuido para atacar.
Western para incondicionales. Al final sólo queda en eso. Si bien hay algunos personajes y situaciones interesantes, el tic compulsivo de ofrecernos una y otra vez la imagen de la canoa de los protagonistas superpuesta en el río de verdad, cansa. Termina pareciendo de cachondeo. Parece que Jerry Hopper se recrea en lo malo y no en lo poco bueno (tratamiento de los personajes) que tiene la película. Tampoco sobresalen las interpretaciones. Lo dicho, agradable película sólo para los incondicionales del cine del Oeste.

Un buen número de las mejores cintas del Oeste llevan la palabra "río" en el título. En algunas ni siquiera se muestra una charca, en otras, las ambientadas junto a la frontera mejicana, apenas sirve para cruzarlo de uno al otro lado. En "Cara a la muerte", donde el río Colorado atraviesa su gran cañón y se convierte en el gran protagonista de la película, ni la menor mención. Una pena porque podía haberse aprovechado la circunstancia.
El planteamiento es bien sencillo. Un pequeño fuerte situado junto al río está a punto de caer en manos de los indios. Casualmente hay allí un par de canoas olvidadas por un aventurero que quiso descender por sus rápidos, pero nadie quiso aventurarse en el "maldito río indómito". Según la tradición iute "el río lleva directamente al demonio". Como no hay alternativa, la caballería deja sus monturas para cabalgar ahora las olas embravecidas, bajo las órdenes del estricto capitán Harper.
Mientras tanto otro antiguo capitán del Ejército, Halliday, harto de ver el maltrato a los indios se une a ellos y ahora está preso en el fuerte acusado de deserción y asesinato, mientras espera el preceptivo consejo de guerra. Pero la navegación va a colocar a cada uno en su sitio, incluso a la bella Laura, hija del antiguo comandante del fuerte y objeto ahora de la atención de un joven teniente y del desertor.
Una vez más la lucha entre las rígidas ordenanzas militares, el honor, el trato a los indígenas, la valentía y el amor. Discretas interpretaciones y bonitos paisajes. En cualquier caso un western interesante que se desarrolla en un ambiente fluvial.

Un western bastante mediocre, con muy poca acción exceptuando los primeros treinta minutos y con unos diálogos muy flojos. Además, el doblaje en español es bastante malo. Puede seguirse con cierto interés gracias a las peripecias que viven los protagonistas para escapar de los indios cuando deciden embarcarse en dos botes y descender el río Colorado.

Lo mejor: Las tomas en el río Colorado, el auténtico protagonista de la película desde mi punto
de vista.
Lo peor: Dana Andrews, al inicio de su declive profesional.