Iré como un caballo loco

Película brutal y tierna con escenas extremadamente violentas y hermosas. Entran en oposición el hombre civilizado y el hombre salvaje.
Las interpretaciones pueden ser infinitas, no hay una solamente, el filme nos da pie para hablar de todos los aspectos del alma humana. Se habla de la enferma sociedad del hombre civilizado, de las pulsiones y fobias de éste, del sentimiento de culpa y la condena, del amor, de los padres, etc .
Una película riquísima que sigue la línea que considero más válida para este arte, la de la expresión hecha esencialmente a través de las imágenes. Considero esta película como una de las más próximas a lo que yo llamaría arte.
Otros intentos equiparables serían Arrebato de Iván Zulueta, Inland Empire de David Lynch, o El Unicornio de Louis Malle.
Para definirla con unos pocos adjetivos: es una película desgarrada y sensible y también mística, y aunque no lo he dicho hasta ahora, con mucho sentido del humor. Si no la han visto háganlo, par diez!

Fernando Arrabal esta inscrito en la corriente patafísica. Una continuación del surrealismo que se centra en enfrentarse a los problemas con soluciones imaginarias o poéticas. Arrabal sigue los pasos de Buñuel, antepone imágenes impactantes para acceder a la psique del protagonista. Así como Buñuel cortaba un ojo para mirar desde el inconsciente, Arrabal muestra el dolor que produce el complejo de Edipo de forma extrema, con imágenes alegóricas y extremas, próximas al cine trash.

La virtud del film es enfrentar al hombre civilizado con el hombre salvaje, y observar lo que es necesario de lo que no (diferentes usos de un mismo objeto), emplea el humor como también hacía Buñuel para atacar las convenciones y las mentiras burguesas. Y se nos pregunta si alcanzamos la felicidad y el amor en este mundo desarrollado.

El film es similar al estilo de Alejandro Jodorowsky, nos mete en la psique enferma de un personaje, vemos las cosas como él y luego sanar mediante un acto poético o simbólico que nos permita engañar y superar el trauma en nuestro inconsciente. No es casualidad la similitud con Jodorowsky ya que ambos junto a Topor formaban el grupo Pánico.

En los actores mencionar a Emmanuelle Riva como la madre odiada y amada por su hijo y Hachemi Marzouk, alter-ego de Arrabal que haría de hombre salvaje y quiere vivir como un caballo loco.

Simón del desierto conoce la Modernidad. El pequeño salvaje se encuentra con el discreto encanto de la burguesía.
El hombre escindido entre la aplastante civilización, corrupta y uniformadora, y la libertad juguetona del niño-poeta tan visionario, apartado y olvidado. La misión consistirá en fundirse y recuperar la unidad perdida.
Del desierto a la ciudad, de la soledad a la algarabía, del vacío fecundo al progreso asesino.
Surrealismo y nouvelle vague. Freud y la Biblia. Psicoanálisis sagrado.
Un enano arrabalero y un petimetre endomingado.
Mucha escatología y felonía, un aluvión de vergas erectas y mierdas perfectas, de bailes, belenes, travestis y edipos. Una olla a presión, y podrida, de símbolos religiosos, sexuales y culturales. Un agobio de significados e intenciones. Una saturación empachosa y estragada de asociaciones, alusiones y provocaciones. Un no parar de salvajismos intelectuales supuestamente transgresores. Un cansancio chirriante y excesivo que a fuerza de querer decir tanto queda en nada.
Alterna las metáforas obvias, por evidentes, con las estrambóticas, por delirantes. Como una escopeta de feria con munición para matar elefantes; el asunto es disparar, lo de menos es que se cacen gorriones o nos matemos a tropezones.

Segunda película en la filmografía de Fernando Arrabal, en la que se aprecia un importante salto respecto a su debut cinematográfico en calidad técnica y visual, pero que tiene varios puntos en común con este: la mezcla del mundo de lo real y de lo onírico, las relaciones materno-filiares con un fuerte complejo de Edipo, obsesión por lo escatológico y lo bizarro, la religión, una madre autoritaria, la ausencia paterna y los traumas infantiles. Todo ello, con el objetivo de realizar una feroz critica; por medio de la polémica, a la sociedad moderna, que se autodenomina civilizada.

Todo gira en torno a Aden Rey, que tras la muerte de su madre escapa, huye de la civilización; mientras esta, personificada con la policía, lo busca sin descanso. Él, mientras tanto, encuentra a Marvel, un pequeño hombre sin civilizar y con bastantes semejanzas al filosofo griego Diógenes; que desconoce cualquier cosa del mundo civilizado. Aden queda fascinado con él y con sus poderes sobre la naturaleza, y decide llevarlo a la civilización; que para él es sinónimo de felicidad. Pero esta, trata con desprecio a Marvel, se burla de él, y trata de aprovecharse de él, en diferentes tramos de su viaje.

Los viajes al mundo onírico sirven para mostrarnos, por un lado; a modo de flashbacks, los momentos de la vida de Aden con su madre, que tanto le han marcado, y que le han traído hasta donde esta. Y por otro; la visión de Marvel de la naturaleza y de la civilización, donde ellos le ven como un salvaje, pero ellos han quedan retratados de forma similar para él; claro ejemplo de ello, es el momento en el que un leñador tala un árbol, y él ve como ese mismo leñador arranca un diente y la lengua a una mujer.