Tranvía a la Malvarrosa

Bueno, hoy me he reconciliado con el cine español en parte. Me ha gustado mucho la forma de tratar el humor y la fidelidad histórica, que me ha dejado más que satisfecho. Hasta me ha gustado Antonio Resines en su papel de "semo". Así da gusto ver cine patrio, gracias.

Esta es una historia de tinte hiperrealista con un final un tanto confuso, pero que muestra con gran maestría la situación en esa Valencia de hace ya unas cuantas décadas. El tiempo que he estado viendo el filme ha sido un tiempo disfrutado y que ha merecido la pena.

Leí el libro hace tiempo y creo que la película lo sigue fielmente. No es que sea un gran libro. El típico camino de la pubertad a la adolescencia. Delibes lo escribió mucho mejor.
Por partes: La película está llena de curas, frailes y monjas. Una densidad inaudita. Y toros.
Está llena de tranvías que pasan por todas partes como una alegoría del tiempo que pasa y se escapa.
los militares no se escapan a la descripción satírica.
La represión campa por todas partes.
La narración es lineal. Lo que le pasa al protagonista. Esquemático.
El reparto: Hay de todo. Desde Ariana y el que hace del Bola que están muy bien hasta el triste protagonista, mortecino, como madero por el río y que encima se parece a un personaje público actual muy principal. El resto están como pueden porque parece que los ha dibujado un robotito para figurar. Un esquema simple de personajes. Prototipos de una línea. Debo decir que el personaje de Parra es una excepción. ¡Ay la dirección de actores!
Valencia está retratada a medias como si fuera para un turista. Notables algunas cosas, que ya no existen, de la Malvarrosa.
En fin, un poco de añoranza y el recuerdo de una época oscura que no se debe repetir. El episodio de los cursillos de cristiandad, será un choque para los jóvenes de hoy, absolutamente ridículo puede servir como ejemplo de captación de algún partido actual.
No me arrepiento de haberla visto pero es una exageración de lo que pasó. Por lo menos ya en la época de los 50. Aunque pasara a veces. Bruno.
Ayer escribí lo que antecede. Ahora pienso sobre el papel del protagonista bastante diferentemente. No recuerdo en el libro referencias a su propio carácter. Es como un narrador neutral de lo que pasa y de lo que le pasa. No de cómo y por qué actúa. Bien, si lo que el director y guionista buscaban era presentar a un pelele sin personalidad lo han logrado. seguramente para representar la represión castrante del franquismo y de los padres franquistas. La interpretación del anémico está perfecta. Lo que. por otra parte, no proporciona ningún mérito actoral. Basta poner cara de pasota total.

Cojea demasiado. Muestra cierta aroma pero todo se desvanece.
El protagonista, insufrible; y el que le hizo el casting, digno del garrote vil.

Supongo, pues no lo he leído, que poco tenga que ver el regusto del libro con el de la película.
Algún color, no obstante, se nos podría agarrar a la mente.

Me llama la atención las críticas destructivas y pedantes de esta deliciosa película, que aquí leo de quienes sería bueno demostraran qué conocimientos tienen de cine y de la España de Franco. Creo que escaso.

Vicent no es Proust; ni falta que le hace. La película, que sigue bastante a la novela, muestra un tono nostálgico con fuertes claroscuros de la siniestra España franquista, caricaturizada al estilo de Berlanga, (¿les suena lo del reo y el garrote vil?), con ese característico humor negro, tan español, rotos por la luminosidad de exteriores y coloridos interiores.

Por cierto, magnífica fotografía, y el protagonista, correcto. ¿Qué se espera de un niño bien de pueblo, (La Villa Vella, Castellón), apocado y sepultado por el alud del fanatismo clérigo-militar?. Señores, España era así en los 50. Todavía faltaban 18 años para el mayo del 68 y la revolución social que su/nuestra generación hizo.

Todo lo que se muestra puede resultar un tanto exagerado a los que no han conocido esa época, pero ese extremo es precisamente la esencia de la caricatura que constituye el film; (memorable catedrático Fernán Gómez), y el fondo es totalmente real. Puedo garantizarlo..

Por ejemplo, casi todos los que vivimos de jóvenes aquel patético periodo, podemos recordar, igual que el protagonista, haber sido desalojados con nuestra chica por el seboso guardia urbano de turno en aras de la "decencia"; mientras la autoridad asesinaba en las cárceles.

En resumen, interesante y deliciosa película que fluye armoniosamente con el leitmotiv del tranvía, el cual choca en su trayecto con golpes de denuncia, esto es, caspa, abuso de poder, y corrupción, aquellos años..

Nostálgica y agradable comedia, aunque inferior al libro en el que está basada sobre la Valencia de los años 50. Narra el paso de la adolescencia a la juventud de un chico de buena familia de la época.

Algunos actores, no dan la talla y otros están francamente bien. El protagonista (Liberto rabal), está como siempre, mal. En cambio, Juan Luis Galiardo, el que hace del "bola", Vicente Parra y, sobre todo, Ariadna Gil y Antonio Resines sacan adelante sus personajes con solvencia.

Está muy bien ambientada y nos muestra una ciudad que ya no existe o que ha cambiado mucho.

Los cursos de cristiandad que preocupaban hasta la misma jerarquía eclesial, muy bien Galiardo. Represión franquista, militares campando a sus anchas. Curas, monjas y toros por todos lados. El episodio del garrote vil, bien Resines. Los tranvías pasando todo el rato como alegoría del tiempo, escapándose. Todo esto está bastante bien tratado.

Lo peor, el protagonista (Liberto) y lo que le pasa en el film es muy esquemático, no profundiza en nada. No está mal pero daba para más.