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Movida de noche

Comedia Chuch Lumley (Henry Winkler) entra a trabajar en el turno de noche de un depósito de cadáveres de Nueva York, pensando que al menos tendrá un poco de tranquilidad, pero no se imagina lo que le espera. Su compañero Bill Blazejowski (Michael Keaton), un charlatán con una personalidad arrolladora y una facilidad pasmosa para inventar mil formas de hacerse rico, lo convence para que conviertan el depósito en un improvisado burdel. Una ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
27 de septiembre de 2008
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película arranca con el cambio de turno (impuesto por su jefe para meter a su sobrino) del protagonista (Henry Winkler), a punto de casarse con su novia. Con el cambio conoce a su compañero (Michael Keaton) que para sacar tajada usa el coche de la funeraria como limusina.

El choche de las dos personalidades (extrovertido y retraído) y las mil y una situaciones que les ocurren hacen de la película una comedia con algún toque de comedia negra. A día de hoy es un buen ejemplo de cómo era Nueva York en esos días (poco que ver con lo que vemos hoy en la sexta y la séptima avenida, sobre todo por la desaparición de los locales de los que se habla en la película)

Divertida y con alguna escena graciosa. Muy buena la interpretación de Michael Keaton que sobresale del resto.
Mamideck
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5 de junio de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa película, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de uno de los primeros trabajos en la dirección de largometrajes de Ron Howard, más conocido por sus posteriores y comerciales películas. Turno de noche nos presenta la aséptica y aburrida vida de Chuck (Henry Winkler) y de cómo su vida da un cambio brusco al ser trasladado al turno de noche de la funeraria en la que trabaja y conocer al parlanchín y liante Bill (Michael Keaton). Así, Bill "convence" a Chuck para convertir la funeraria en un prostíbulo, lo que propiciará su enamoramiento de Belinda (Shelley Long).

Destacan la correcta dirección y las interpretaciones de todo el elenco (mención especial para un hipervitaminado Keaton), pero lo mejor es su irreverente guión, tratado como comedia negra con varios guiños de humor físico, con el torpe Chuck como centro de atención.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ddarko_1980
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2 de noviembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una pequeña tontería donde las prostitutas son alegres y felices ninfas encantadas con su vida, y que pasan a ser chuleadas por Henry Winkler haciendo de tipo serio y formal, y por Michael Keaton haciendo de tipo alocado y, cómo no, sobreactuado. Se supone que las gracietas vienen del choque de estas dos personalidades tan diferentes.

La verdad es que es una comedia que, pese a su argumento disparatado, no termina de brillar. Imagino que se debe en gran parte a que es muy predecible.

Aquí el que se lleva el premio gordo es Paul Brickman, que un año después, basándose en esta misma idea, rodó la fabulosa 'Risky Business' ¿Casualidad? No lo creo. Además, la película de Ron Howard tuvo un gran éxito, es normal que se hiciera una "secuela".

De prostituta buena, amable, cariñosa, y todas las virtudes inimaginables tenemos a Shelley Long, muy conocida en los 80 y los 90, sobre todo por aparecer en series como 'Cheers', 'MASH' y 'Vacaciones en el mar'.
echulin
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24 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una comedia que se fundamenta en los caracteres tan diferentes de sus dos protagonistas y a partir de ahí elabora la mayoría de sus gags cómicos. Por un lado está el introvertido y tranquilo Chuch -Henry Winkler-. Un tipo minucioso en su trabajo y poco amigo de las situaciones que puedan generarle algo de estrés. Un papel muy alejado de aquel que le dió fama, el de Arthur 'Fonzie' Fonzarelli en la serie Días felices en la que compartió protagonismo con Ron Howard.

En contraposición a Chuch está Bill -Michael Keaton-, un buscavidas hiperactivo que aprovecha su trabajo en la funeraria y la poca vigilancia que tiene en el turno nocturno para ganarse un dinero extra, ya sea utilizando el coche fúnebre como taxi privado para recoger a turistas en el aeropuerto o utilizando su centro de trabajo como burdel.

Entre medias de los dos protagonistas masculinos está el personaje de Belinda -Shelley Long-, que aporta cierto equilibrio entre ambos, pero del que se podía haber sacado más partido. No se explora demasiado que le ha llevado a trabajar en un mundo tan sórdido dejando su papel una impresión de no estar del todo completo.

Sería complicado filmar hoy en día una película con esta idea central y para más inri hacer una comedia sobre semejante tema. Pero eran los años ochenta, el humor era diferente y no había tantos riesgos de herir susceptibilidades.
Además, el prisma desde el que se enfoca el tema de la prostitución es -salvando las distancias- semejante al que se nos ofrece en una serie actual como The Deuce. Los proxenetas son plasmados como lo que en realidad son, sujetos despreciables que se aprovechan del comercio sexual sometiendo a las mujeres que tienen a su mando.

Una peculiar comedia que no siendo nada del otro mundo hace pasar un rato ameno a todo aquel que la vea como tal, mero entretenimiento. Como curiosidad destacar una de las primeras apariciones en la gran pantalla de Kevin Costner haciendo un cameo como uno de los jóvenes universitarios que montan una fiesta dentro de la funeraria.

Más datos sobre esta y otras películas en http://argoderse.com
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine
Daverunner
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