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Oliver Twist

Drama Inglaterra, siglo XIX. Famosa adaptación de la novela homónima de Charles Dickens. Oliver es un niño huérfano al que su madre, una joven soltera, abandonó a las puertas de un orfanato. Para librarse de él, el malvado director de la institución, decide venderlo a un empresario como aprendiz de su taller. Cansado de los malos tratos que recibe, huye y acaba uniéndose a un grupo de pequeños rateros que viven bajo la férula de un viejo tiránico. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
4 de noviembre de 2006
30 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
La novela de Dickens es, en mi opinión, una de las que han conocido mejores adaptaciones al cine. La de David Lean es mi favorita –de las 3 que he visto, que no son las únicas pero sí las más conocidas– porque sabe conservar el dramatismo de la historia y lo enriquece con una fuerza visual expresionista que pasa por ser de las más poderosas que he contemplado.
El casting es PERFECTO: Alec Guinness, Robert Newton, Kay Walsh, Henry Stephenson… Incluso el niño es una elección difícilmente mejorable.

Y curiosamente prefiero el guión adaptado de la versión de Polanski, pues introduce cambios que suponen mejoras –siempre en mi opinión, tan respetable como cualquier otra– sobre la novela (si les pica la curiosidad, enumero unos cuantos de esos cambios en la crítica correspondiente). Pero es que el aspecto visual de Lean es insuperable.
jastarloa
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10 de julio de 2010
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si el joven David Lean, el que colabora y adapta a Noel Coward, resulta gratificante, este Lean más independiente y algo más maduro que adapta en dos ocasiones a Dickens ya se convierte en un premio. Pasó en Cadenas Rotas (Grandes Esperanzas) y vuelve a suceder con su Twist.

Seguramente se trata del mejor Oliver Twist jamás realizado, más completo que el de Lloyd, más creible que el de Reed y lo siento por Polanski. Lees a Dickens en cada plano. La ambientación nuevamente es memorable y cautivadora, más si tenemos en cuenta los medios del cine inglés de posguerra. Los personajes son exactamente eso, dickensianos. Guinness está de record, Newton intranquiliza, al pequeño Oliver nos lo creemos desde el primer momento. La fotografía es espectral, casi alemana gracias a la no menos efectista iluminación. Los decorados acertadísimos, creadores de escuela y el montaje tiene el sello de uno de los grandes expertos en la materia, el propio director. La estética general en ocasiones recuerda a Murnau y en momentos a Eisenstein.

Pero más allá de este o aquel plano, de una cámara que hasta recibe puñetazos o de un travelling magistral, entre picados y contrapicados aparece una gran historia genialmente contada. Y ese es Dickens y ese es Lean. El director de las grandes historias, el escritor de las grandes novelas. Sólo nos queda lamentarnos de que David Lean no llevara al cine algún Dickens más. ¿Cómo habría sido su "Canción de Navidad", su "Tiempos difíciles", "David Copperfield" o "Historia de dos ciudades"? Por suerte, a este director le quedaban aún muchas grandes historias que contar.
REXMUNDI
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8 de mayo de 2006
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charles Dickens fue uno de los meojres escritores de la literatura universal de todos los tiempos, y la obra en cuestión está por méritos propios en el olimpo de obras maestras de la eternidad.

Esta genial adaptación del genial David Lean aporta sencillamente el fiel reflejo de la densa atmósfera donde se desarrollan los acontecimientos y unos personajes que adquieren por momentos verdaderos tintes de literatura Dickensiana.

Destacan sobre manera las interpretaciones de cinco personajes: el de Noah Claypole, el de Dodger,el del propio Oliver, el de William Sikes y por encima de ellos a un MAJESTUOSO Alec Gunnes actuando el personaje del avaro judío (aunque aquí obvia el detalle) perista de Fagin.

Maravillosa versión cinematográfica de esta portentosa obra eterna, narrada deliciosamente e interpretada sobria y majestuosamente, con los típicos e inolvidable movimientos de cámara del cineasta inglés.

Pecado perdérsela y más si eres aún joven de espíritu.
burton
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17 de febrero de 2007
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película literalmente maravillosa y deliciosa, traslación extraordinaria del universo dickensiano al cine, a partir de la mítica novela de éste: Oliver Twist es un niño huérfano acogido en un hospicio dónde lo explotan y maltratan; escapa a Londres y allí es reclutado por un rufián (Guiness), capitán de una banda de muchachos delicuentes.
Es una adaptación soberbia, practicamente sublime, con una plasmación magistral de una genial galería de personajes, todos maravillosamente interpretados además, y del universo del gran escritor británico: la miseria, el hambre, la pobreza, el pillaje, todo el mundo abigarrado y hacinado de las nuevas ciudades industriales. Lean lleva a cabo una magistral puesta en escena, la ambientación es casi irreal de puro lograda, los decorados soberbios. Una obra maestra sin paliativos, en fin.
kafka
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7 de julio de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La luz es básica en la visión que David Lean nos ofrece en su particular Oliver Twist. De hecho en muchos momentos los focos lumínicos llegan a crear la puesta en escena, porque mediante la luz proyectada se crean sombras y brumas que son las que conforman el encuadre. Por este motivo la minuciosidad con la que se han registrado todos estos procesos es básica en la película. De la primera secuencia totalmente pictórica en la que observamos una tremenda tempestad a y a la madre de Twist huir de su casa pasamos a otras donde los focos de luz son muchos más tangibles y donde los observamos de manera directa, creando una secuencias estéticas de gran interés. De hecho nos pueden recordar vagamente a los Carravagistas del norte, que mediante una luz tangible que podemos ver en el cuadro (normalmente velas, como también las velas aparecen en la película) proyectan una luz que pese a ser naturalista, tiene una gran condición simbólica. Y la luz no se mantiene estática en la película, sino que además va variando, ya sea por ella sola (porque se extingue o por acción del viento) o porque los personajes influyen en ella. Gran parte del éxito está en Guy Green, el experto en fotografía, y que tiene claras influencias de las películas de terror de la Universal que se hacían por aquellos años (recordemos las obras de Bela Lugosi, Boris Karloff y compañía) y que a su vez bebían en gran parte del cine expresionista alemán.


Y es que también podemos leer la luz con una carga significativa que va mucho más allá de lo estético. Uno de los temas básicos de la obra es la ascensión social de nuestro protagonista, y como este tratará de abrirse un hueco entre el escalafón social. Siempre que el personaje este en una mala situación o en un ambiente que el director nos quiera mostrar como de mal augurio, se utiliza una oscuridad mayoritaria, mientras que para demostrarnos los escenarios donde al joven protagonista se le trata de manera adecuada, Lean se sirve de una luz clara que ilumina todas las estancias. Una lectura correcta sería decir que nuestro protagonista trata durante toda la película de pasar de la oscuridad, a la luz.

Esta es la característica principal con la que juega el gran director inglés David Lean, pero ni mucho menos la única. La película forma parte de la etapa artística del director en la que ya había realizado unos primeros films en los que había conseguido foguear su experiencia, y ahora pasaba a películas de mayor nivel. Junto a “Cadenas Rotas” forma un díptico más que interesante en el que el director se sumerge en el mundo del escritor Charles Dickens pero ofreciendo una visión personal muy suya. Estas dos adaptaciones literarias, realizadas en un tiempo muy cercano entre sí, denotan además la magnífica habilidad de Lean detrás de las cámaras, y supusieron un aceptable éxito comercial. De hecho la secuencia inicial de la película tiene muchas coincidencias con la también primera secuencia de “Cadenas Rotas”, en las dos encontramos un prologo que casi podríamos definir de terror, en la que personajes solitarios se mueven entre un paisaje que es mucho más superior que ellos (los personajes aparecen encuadrados en un tamaño muy diminuto) donde los poderes de la naturaleza (en el caso de Oliver Twist con una tormenta) hacen su acto de aparición, empequeñeciendo al ser humano y demostrando el tono de desesperación que marcará gran parte de la película.


Evidentemente la película tiene una carga social muy elevada. Pero no podía ser de otra manera teniendo cuenta que las obras de Dickens siempre han tenido una carga social muy fuerte (casi podríamos decir que populista). También Lean se encarga de atizar a los verdaderos culpables y pese a que la película se ambiente en una etapa que no sea la misma en la que el director se engloba, puede leerse perfectamente como una crítica a la sociedad contemporánea del autor, precisamente por la eternidad el relato, y es que se trata de una obra que trata temas atemporales, si bien es cierto que también Dickens era un hombre de su tiempo y en sus obras toca temas muy de su época, como el crecimiento de la urbe, la explotación laboral y los nuevos focos de pobreza que comporta la expansión industrial, por eso vemos un vestuario acorde con la época y con el gusto del público, que siempre se ha divertido con los films que tratan temas de este estilo elegante de pompa y circunstancia.

La infancia es el tema principal de la película, una infancia que sufre abusos de todo tipo por un ambiente hostil que no permite que esta florezca como debiera. En el mensaje profundo Lean no traiciona el espíritu de la obra, si bien es cierto que recorta ciertos paisajes respecto al libro con tal de que la adaptación sea mucho más factible. La escena inicial por ejemplo (una de las mejores del film, como ya he comentado) no proviene del libro, sino que la encontramos en la mente del director, como la persecución final, que sería tan influyente que sería recogida también por la versión musical que el director Oliver Reed haría para su propio “Oliver Twist”, llamada “Oliver”. La película sabe sobrepasar esas fronteras precisamente por un montaje perfecto, y es que recordemos que Lean comenzó su andadura en el cine como montador.

http://neokunst.wordpress.com/2013/07/07/ciclo-david-lean-oliver-twist/
Kyrios
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