Vengadores

El super profesional Lesley Selander nos vuelve a entretener otra tarde de invierno con otro de sus innumerables western contando una historia en solo 80 minutos !!!

Modesta, como casi todas las suyas, adolece de un guión algo confuso entremezclando la búsqueda del oro con bastardos intereses para evitar que California se convierta en estado de la Unión. Diálogos poco brillantes derivados de un guión flojo.

Richard Conte, todavía joven, resulta poco expresivo en un papel que debió de ser mucho mas dramático

Las féminas ... escasamente decorativas en unos papeles muy de relleno.

Los secundarios poco conocidos, excepto Hugh O'Brian en su papel de matón y William Bishop en el de Marshal, cumplen su papel casi solo a caballo.

La música siempre adecuada tanto de la guitarra mejicana como del piano de la segunda actriz o lo sustantivo de como resaltar los momentos mas dramáticos y tensos.

A destacar los exteriores de una California verde regada por hermosos ríos, unos bellos animales bellamente pertrechados a la mejicana y unas bonitas galopadas distribuidas a lo largo de la historia.

La historia ... una terrible venganza que la novelista no sabe como justificar.

Hay muchas muertes en la película, como es casi obligado en todo western que se precie. Pero en tres de estas muertes, el viudo, la hermana y la hija correspondientes, alivian el luto a toda pastilla y pronto encuentran nuevo acomodo sentimental. En cualquier caso me ha gustado la película. Todo sucede a gran velocidad, casi sin tiempo para entender que es lo que pasa o por donde anda el guión. Venganzas, sentido del deber y de la justicia, compra de favores políticos y California para la Unión de los Estados de Norteamérica. Y todos contentos.

Western básico y previsible, en el que un hombre intenta dar con los responsables del asesinato de su mujer y uno de sus hermanos, con la intención de alcanzar su venganza.

Lesley Selander, apuesta por una idea prometedora, ofreciendo algo tan intrigante y emocionante, como decepcionante.

No quiero entrar en grandes detalles del argumento, pero todo queda en un producto bienintencionado, que peca de ser demasiado políticamente correcto.

Vengadores, queda como un western de serie B, increíble y frustrante.