Sacrificio de leyenda

Como película de boxeo no aporta nada nuevo, ni escenas épicas ni grandes combates, como mensaje de vida es toda una lección, película que te hace ver lo que cada uno puede llegar a ser si es fiel a si mismo y nunca dejas de creer, la recomiendo.

Otra película de boxeo mas, pero en esta ocasión el protagonista lucha contra lo imposible, contra el diagnostico de los médicos y la rehabilitación de un accidente hasta volver a la élite.

Ya lo demostró Dan Millman en su vida y lo reflejo en su libro El guerreo pacifico. Creer es poder y la fuerza interior te puede llevar a conseguir lo imposible. No se pueden poner limites a la capacidad humana.
MIles Teller hace un buen papel y los secundarios también, la cinta tiene emoción, drama, humor negro y aunque esta basado en hechos reales resulta entretenida, solo hay una parte un poco mas lenta hacia el final, pero luego remonta. La presentación de la carrera de Pazienza antes del accidente resulta entretenida y coges cariño al personaje gracias a la interpretación de Teller donde nos presenta a un protagonista antiheroe y perdedor, pero con carisma y tesón capaz de demostrarle al mundo que lo imposible es fácil, para él.

No aporta nada nuevo al trillado genero de películas sobre deportes y las muchas películas sobre boxeo, pero es entretenida y esta bien hecha.

Un gran ejemplo de superación de este boxeador ante las adversidades que le presentó la vida.
Buena biografía, centrada principalmente en su accidente y pos recuperación. Recomendable.

Como amante del género de drama boxístico, me quedé a medias con esta película.
Revisitar la carrera de un campeón siempre gusta y más si es el de un tipo que tuvo que superar tantas adversidades como este.
Los combates están rodados de tal forma que no emocionan y que ni siquiera son del todo fieles a los reales; pero la historia de superación y el carácter indómito de Pazienza dan a la cinta un plus; pero se me quedó el cuerpo con la sensación de que se le podía haber sacado más partido a la historia.

La película de Ben Younger carece en todo momento del dramatismo necesario para narrar la épica del boxeo. Los combates resultan anodinos y, si ya nos han contado muchas historias de superación, esta no aporta nada.

La película resulta precipitada a pesar de su metraje: 116 minutos en los que, sin embargo, no vemos el ascenso a la fama de un ídolo creíble, y ni en el momento álgido de su carrera, ni durante su (breve) recuperación, da Miles Teller la talla para mostrarnos un personaje con profundidad, si bien un guion extramadamente plano tampoco ayuda a ello. No hay personaje más allá del boxeo: no hay conflictos interiores, familiares ni sentimentales. Tienes la impresión de estar contemplando un telefilme con muy buena factura.

Lo mejor: Aaron Eckhart en el papel de entrenador, una interpretación sobresaliente de la que se podría haber sacado mayor partido.