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No Date, No Sign

Drama Kaveh Nariman es médico forense. Un día en su trabajo encuentra un cadáver que le es muy familiar. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
10 de enero de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una película que habla sobre la pérdida, no sólo de un ser querido, sino de la fe en lo que uno hace. Un accidente de tráfico, en apariencia sin mayores consecuencias, en la que están involucrados un médico y una familia, sirve de punto de partida para que el film aborde aspectos como el sentimiento de culpa, la venganza, la pobreza, la honradez y ética profesional. Vahid Jalilvand los manosea con gusto, empleando cierta originalidad en lo que cuenta, creando una intriga que engancha con inmediatez.

Es meritorio, notable el retrato y la descripción que realiza del protagonista, un forense de confusa personalidad, con el que el espectador anda desconcertado ante un deambular entre errático e imprevisible. Es en esa creciente complejidad, dónde quizá se pueda acusar a la película de determinadas inverosimilitudes, de algunas rarezas o comportamientos extravagantes.

Las mismas, bien pueden deberse a nuestra visión occidental de las cosas, tan diferentes del Irán en que se recrea la acción. En cualquier caso no desmerecen una obra que queda impregnada por el ingenio de su creador.

La narración te hace pensar en cómo actuarías si fueses uno de los implicados en la función, qué sería correcto realizar frente a semejantes tesituras, dejando un poso, un regusto que logra permanecer en la memoria; a lo que ciertamente ayuda un final enigmático
Juan Pablo
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15 de marzo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más cercana por su contenido a su título en inglés que en castellano, nuevamente se hace presente el cine iraní en nuestra cartelera. Llegó el turno de conocer a Vahid Jalilvand, a través de su segundo largo: “No Date, No Signature” (2017), galardonado por la Fipersci en el 72 Festival de Cine de Venecia al igual que su título anterior Miércoles 9 de Mayo (2015), no estrenado en Argentina.
El cine iraní parece rendir homenaje permanente a Abbas Kiarostami, tanto temática como estilísticamente. Aquí también el film comienza con un auto que transita en medio de la noche por una autopista de Teherán dándole al film una impronta documentalista que no tardará en transformarse en el epicentro de una historia que provocará una reflexión de carácter ético que tiene que ver con la interpretación de la realidad y el discernimiento entre lo verdadero y lo falso.
Un médico generará un accidente al tocar con su auto a una motoneta que circula por el lugar. Como dato adicional, el seguro automotor del médico se encuentra vencido. Los motociclistas son una pareja con sus hijos que parecen salir ilesos aunque con algunos golpes y raspaduras. Al día siguiente, uno de esos niños debe ser hospitalizado y muere. La autopsia realizada arroja un resultado ambiguo. Por un lado, la muerte parece haber tenido lugar como consecuencia de una intoxicación de una ingesta alimentaria (botulismo). Pero el cuerpo del occiso también encuentra lesiones cervicales que pudieran haberle ocasionado la muerte.
Lo que sigue serán dos largas peregrinaciones en busca de una respuesta por parte de los dos principales protagonistas: el médico y el padre del niño. Se trata de dos persecuciones, la primera, de la verdad a través del alma de cada uno de ellos siguiendo diferentes caminos, la segunda, la del sentimiento de culpa de los protagonistas por no haber hecho lo correcto.
El medico es un científico, un racionalista. Alguien que necesita saber la verdad y hacerse cargo de la misma. En un primer momento se siente acosado por la duda. Pero decide seguir adelante. No importa quedar implicado en ella. Por otra parte hay en él un sentimiento religioso. Eso lo hace sentir culpable. Necesita saber la verdad para encontrar la paz. Culpable o inocente, solo le importa la verdad.
El padre del niño es un obrero con poca educación, un impulsivo con más pasión que cerebro. Como padre sufre la pérdida del hijo y requiere una compensación inmediata. Esa compensación está más cerca de la venganza que del perdón. Su respuesta es física, no espiritual. No parará hasta obtener la satisfacción de la misma. No importa si después de ello encuentra la cárcel.
Ambos personajes caminan infiernos diferentes que conducen a un mismo lugar. Uno de la mano de la duda. El otro de una certeza infundada. Ambos se encuentran sumergidos en un mundo dominado por leyes escritas y no escritas donde ambos deben lidiar con personas que simplemente quieren sacarse problemas de encima. Es decir, la indiferencia. Para los forenses, el cuerpo del niño es un cadáver sobre el cual se debe determinar el origen de la muerte. Para el medico puedes ser una prueba irrefutable de su inocencia. Para el padre un cuerpo inerte que requiere justicia. Para el resto del mundo es una simple evidencia.
Es un film sobre “el hacerse cargo”, asumir la responsabilidad de los hechos, conocer la verdad, generar la justicia necesaria para que las partes encuentren la paz y el sosiego de las almas. Y también, un film que habla de nuestros propios mundos, aquellos que sostienen nuestra paz interior.
Como en toda película iraní que llega a nuestras costas, encontramos un film cuya belleza formal nos deja mudos. Con rasgos de tragedia griega, no solo cuenta con un guión muy sólido, un crescendo muy bien construido sin ningún tipo de baches en su desarrollo, sino también muy bien dirigido con un sentido de la austeridad que permite al director concentrarse en los dos personajes principales, manteniendo la coherencia narrativa a lo largo de todo el metraje.
Mención aparte para el dúo actoral. Dos capo laburos de Amir Aghaee como el Dr. Kaveh Nariman, y Navid Mohammadzadeh como Moosa, el padre del niño.
Charly Barny
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5 de diciembre de 2019
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"La decisión" nos presenta al Dr. Nariman, quien tiene un accidente automovilístico con un motociclista y lesiona a su hijo de 8 años. Luego de ofrecer llevar al niño a una clínica cercana y el padre rechazara su ayuda, pocos días después, en el hospital donde trabaja, el Dr. Nariman descubre que el niño fue llevado para una autopsia después de una muerte sospechosa.

¿Un thriller en todas sus letras? No tanto realmente. La película comienza directamente con la sinopsis anteriormente mencionada, logrando captar la atención rápidamente e ir averiguando lo que sucedió con este niño pequeño. La problemática llega cuando el film se queda estancando en todo el segundo acto y parte del tercero.

Nuestro protagonista empieza a dudar, comienza a preguntarse si el tiene algo que ver e indaga todo lo que puede en este caso. Bueno, así, durante 40 minutos. Mientras en el medio tenemos escenas de la familia muy triste por lo sucedido y un par más de personajes secundarios intentando averiguar que le pasó al niño.

Entonces a esto apuntamos cuando la película se estanca. Uno gracias a esto va perdiendo la incertidumbre y el misterio que rodea a la trama. Se hace tan larga por momentos que todo se vuelve completamente aburrido.

Aún así, los personajes están bastante bien formados. Cada uno aporta lo necesario para ayudar con la causa y servir de apoyo para los protagonistas. Se podría decir que cada uno de ellos aparece lo justo y necesario para aportar algun que otro dato importante para que la historia trate de avanzar.

Sin lugar a dudas, "La decisión" intenta ser un buen thriller y drama que lo logra por momentos, pero su lento desarrollo y su estancamiento durante bastante metraje hacen que se convierta en una película irregular.

www.conpochoclos.com
ConPochoclos
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12 de julio de 2020
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Volviendo a su casa, un médico, Kaveh Nariman (un contenido Amir Aghaei) arroja con su auto a la banquina a una moto en la que viajaban un matrimonio con dos niños. El padre, Moosa (el premiado Nadiv Mohammadzadeh) quiere llamar a la policía, pero Kaveh lo disuade, aunque le recomienda que lleve a su hijo mayor (luego de revisarlo y constatar que aparentemente no había lesiones) al hospital. Este accidente marcará un punto de inflexión en la vida de esta familia y del médico.

De ahí en adelante, en una primera lectura podríamos concluir que las acciones del doctor Nariman y de Moosa estarán signadas por la culpa, a pesar de la sensatez encarnada en las mujeres de la historia, una colega y amiga del médico, Leila (una notable Zakieh Behbahani) y la esposa del segundo (y madre del niño), Sayeh (la también notable Hedieh Tehrani).

Sin embargo, en esta película en parte thriller, en parte drama y en parte drama social (con una clara oposición de clases y de poder), aparecen también otros elementos para analizar en las motivaciones y la conducta del médico: cabe preguntarse si podemos reducir la explicación de su conducta a cuestiones de índole moral, con la culpa como motor, o agregarle factores que tiene que ver con la vanidad médica y con una obsesión de tintes neuróticos.

Y esto me llevó a percibir cierto ruido que me produjo la película a medida que la veía, que se consolidó una vez concluida, debido a cierto regodeo (casi) morboso con algunas situaciones y que termina impregnando el filme en su totalidad como un molesto mensaje moral (acaso religioso), regodeo que no sé si atribuir sólo a la psicología de algunos personajes (sobre todo al médico pero también en parte a Moosa) , al guionista y al director (Vahid Jalilband) o a todos ellos.

La película está disponibe en Cienarte Lumiére
Daniel B
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