Bosque adentro (Miniserie de TV)

En 1994 un grupo de adolescentes concurre a un campamento de verano en un bosque polaco. En la última noche, dos de ellos mueren y dos desaparecen.

Veinticuatro años más tarde, otro de esos chicos, el ahora fiscal Pawel Kopinski (Grzegorz Damięcki). es citado para identificar un cuerpo que lo volverá a conectar con ese pasado sin resolver, ya que uno de los desaparecidos era su hermana.

Por lo tanto la historia se desarrolla en dos planos temporales: el del campamento en 1994, con el joven Pawel (Hubert Miłkowski) cumpliendo funciones de monitor, su novia Laura (Wiktoria Filus) y las cuatro víctimas, entre otros personajes y en 2019, con el el fiscal Pawel y una Laura adulta (Agnieszka Grochowska). Al mismo tiempo, una subtrama actual se relaciona con la investigación del abuso de una joven.

Esta elegante serie está muy bien actuada: las dos parejas protagónicas tienen mucha química, el desempeño de los secundarios (en particular padres y madres) es excelente, la ambientación y las diferencias de fotografía entre ambas épocas están muy logradas y la música es soberbia.

En los primeros capítulos, los enigmas planteados, las pistas que aparecen, la alternancia entre ambas épocas y el "culebrón" (mechado con cuestiones sociales de clase, entre otras) funcionan muy bien, enganchando al espectador, pero es en la resolución donde la serie a todas luces falla. Y eso es debido a que la historia se basa en un libro de ese invento llamado Harlan Coben (que ya había desilusionado en The Stranger/No hables con extraños). En efecto, la resolución saca precipitadamente de la galera un montón de eventos, varios muy discutibles, otros inexplicados, algunos poco relacionados con el despliegue de los capítulos precedentes.(ver sector spoilers)

En definitiva, una miniserie con logrados personajes que funciona mejor como un drama atravesado por la pérdida y el abandono, ya que como enigma policial plantea una resolución un tanto precipitada y acaso algo "desleal" con la historia y el espectador.

‘Bosque adentro’, producción polaca de Netflix, es una miniserie de seis episodios que adapta la novela ‘The Woods’ del exitoso escritor estadounidense Harlan Coben, que aquí colabora como productor ejecutivo. La propuesta lleva su sello personal inyectado en vena, dando forma a un producto de género desigual, que no se desvía un ápice de esos estándares impuestos por el consumo dirigido a la masa. Con una narración que abarca dos líneas temporales separadas 24 años, su buena conjunción a lomos de una enrevesada trama, vertebra una intriga que va ganando vigor conforme avanzan los capítulos, para venirse abajo llegada la hora de aclarar el misterio.

Agnieszka Grochowska y Grzegorz Damiecki en su etapa adulta; Adam Stepnicki y Wiktoria Filus en la adolescencia, dan vida a Laura y Pawel. El asesinato de dos compañeros mientras disfrutaban de un campamento de verano, más la desaparición de otros tantos en una aciaga noche, va a marcar sus vidas. Décadas después, convertido Pawel en fiscal del estado, la aparición de unos restos humanos abrirá en canal aquellos recuerdos de juventud.

‘Bosque adentro’ sacude el estado emocional de los protagonistas por acumulación. Desnuda sus esperanzas, sentimientos y traumas mediante un estilo seco, carente de adornos, que casa bien con una historia muy cruda. Marca de la casa, Coben regurgita el pasado de sus criaturas para martillearlas sin piedad. De esa vorágine de reminiscencias se infieren aspectos y circunstancias que en esta ocasión me resultan poco verosímiles.

La serie anda huérfana del estilo y personalidad necesarios para encaramarse a la cima de un género sobrecargado de títulos. Como en los melodramas de tinte más pedestre, llegado el clímax, el enredo se resuelve exprimiendo el sufrimiento de los personajes. A lo que se añaden algunas subtramas cuyo desarrollo resulta, cuánto menos, discutible. Se deja ver y mantiene el interés hasta el final, pero a la hora de dar coherencia al conjunto se impone el golpe de efecto y cierta tendencia a la inmolación.

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es

Netflix presenta una nueva adaptación de una novela del autor de moda Harlan Coben esta vez situándola en Varsovia y sus alrededores. Al igual que me sucedió con El Inocente la historia se deja ver siempre y cuando uno suspenda la incredulidad porque como aquella está llena de incoherencias que sirven para que la trama avance. Si bien confieso que no he leído las novelas, ambas adaptaciones me dejan con el regusto de que las historias del tan reverenciado novelista no son más que chafalonía, esas joyas que a simple vista son de oro pero que carecen de valor alguno. Aquí la historia va de un fiscal perseguido por su pasado como en El Inocente iba de un ex presidiario perseguido por su pasado. Cambian las circunstancias del protagonista pero la historia es básicamente la misma. Y tanto en una como en otra se acumulan decenas de situaciones traídas de los pelos solo para justificar la resolución del enigma. Claro que tampoco hay enigma porque tanto en una como en otra la solución se intuye desde el segundo capítulo. Si hay que reconocer que los actores son de lo mejor de la producción.

El ir y venir de 1994 a 2020 , el querer descubrir el "misterio", el carisma del protagonista adulto, el casting con notables parecidos entre los actores de distintas edades , ciertos guiños a la justicia poco ciega cuando se trata de ricos y famosos la hacen muy adictiva. Efecto cuarentena XL yo miré los 8 capítulos casi sin pausa hasta el final y hasta llegar al último capítulo, estaba más que satisfecha con este "exótico" hallazgo. Ahora bien, una vez concluída, uno no puede hacerse el distraído respecto de serias inconsistencias a las que aludo en "con spoilers", y , en ese sentido, defrauda .Aún así, tampoco es que sea un final desastroso y si lo que se busca es pasar un rato entretenido, se puede disfrutar el viaje sin pensar demasiado en el destino.

Se trata de una entretenida serie que se sostiene con intriga y suspenso hasta el final. Me merecería 8 puntos, pero le quito 1 porque el desenlace es demasiado rebuscado y complejo; y le quito otro más porque –al igual que en otras muchas series- se crea una historia paralela vinculada con el personaje principal –el fiscal- que nada tiene que ver con la central y solo sirve para distraernos de esta y extender la temporada.