Only You

Es extraordinariamente difícil que, a estas alturas, una historia de amor, un drama romántico de chico conoce chica, pueda sorprender y ofrecer algo novedoso y nunca contado antes sobre las dificultades, dudas, discusiones, problemas de convivencia y demás vicisitudes surgidas en una pareja joven que está comenzando una relación sentimental.

Y la película que nos ocupa, 'Only You', producción británica que forma parte del Atlántida Film Fest de este mes de julio, no es una excepción. Todo lo mencionado está presente en ella, añadiendo, y con especial hincapié, el deseo de paternidad/maternidad, que ocupa una buena parte de la trama por existir dificultades para conseguirlo.

Pero no es óbice esta condición de no original ni novedosa para que sea una más que estimable película, debido a la calidad de escritura, realización y -ante todo- de interpretación, ya que destaca sobremanera la complicidad y capacidad comunicativa de la pareja protagonista, especialmente la de la actriz española Laia Costa, consiguiendo transmitir esos sentimientos del enamoramiento, con sus alegrías y sinsabores, y arrastrando con su drama al espectador hasta conmoverlo en no pocas ocasiones.

El argumento tiene cierto parecido con el de "Embarazados" (2016), pero no es para nada una comedia. Aquí se trata de una serie de vicisitudes que ocurren dentro de una relación de pareja, desde el enamoramiento, hasta la frustración, el desencanto y los intentos de recuperación, cuando la pasión física da paso a la necesidad de procrear por encima de todo, llegándose al deterioro sentimental al no conseguirlo. La acción se sitúa en Glasgow, donde surge el amor entre un inglés y una española catalano parlante afincada allí. La trama se apoya, primordialmente, en el guion y el magnífico trabajo de los actores. La barcelonesa Laia Costa está espléndida. Como detalle curioso, suena, en muchas ocasiones en que ella aparece en pantalla, a modo de "leit motif", música española aflamencada y coplera, muy oportuna. Casualmente, el guitarrista catalán Toti Soler compuso su tema "Laia" para su álbum del mismo nombre, con un estilo muy parecido al de la banda sonora del film. Aunque parezca mentira, dentro del cine social aun queda mucho por decir, o muchas maneras de contarlo.

Existe poca verdad en este "Only You". Se trata de una historia convencional y debido a ello resultaría muy fácil interpretarla de una manera sencilla y natural. Pero no, aquí intentan forzarlo todo: las miradas, las sonrisas, las frases vacías de contenido. Hacia la mitad parece como si se produjese un distanciamiento, que de alguna manera se interioriza ¿Intentando remarcar, qué?

A medida que avanza se centra en cuestiones trascendentales para la pareja, pero que al espectador medio no creo que le interesen demasiado por la manera en que se acometen, a no ser que esté pasando por una situación biológica parecida.

No sé que tiene de especial para que globalmente se haya valorado con un 6,3 a la hora de escribir mi comentario. Es increíble como está el "mercado del ganado"

Me encontré ante una de las primeras películas británicas que me han desinteresado a lo largo de los minutos.

El amor es una fuente inagotable para la creación de películas. Al contrario de lo que se pueda pensar, nunca se agotará el tema, siempre y cuando lo interpreten nuevos actores y actrices que actúen bajo el influjo de la verdad y la naturalidad. O'Connor y Costa, especialmente esta última, nos transportan a ese lugar inefable de las emociones. Alejada de cualquier síntoma azucarado, nos lleva al grito y al abrazo. "Only you" tiene el mérito del buen cine y no persigue ningún tipo de artificio, ni ninguna estética vacía, al contrario, su única estética es la verdad.

Las películas de cine independiente tienen la cualidad de imprimir un ritmo diferente: el tiempo se hace líquido, las relaciones humanas se intensifican, la luz filtra la realidad. En esta película una chica de 36 y un chico de 27 se conocen, se van a vivir juntos y hasta ahí todo muy común. Las turbulencias en su idílica y chispeante relación aparecen en el momento de abrirse a una nueva vida. Y es que en cuestiones de procreación las ciencias no son exactas y puede que el resultado no sea automático. La cosa se retrasa, ella siente que su reloj biológico apremia, y él sufre por no ser capaz de colmar su deseo de maternidad.
El tema es bastante actual, porque la paternidad se pospone cada vez más y las dificultades para concebir se multiplican. Cuando los meses corren inmisericordes y el niño se hace de rogar ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguirlo? ¿Es tan fácil que por el camino se nos queden nuestra esencia de pareja y nuestro amor? ¿Somos “usados” el uno al otro para embarazarnos a cualquier precio?
Me gusta mucho él (Josh O´Connor) en su papel: representa deliciosamente la ternura masculina. Sin ser sensiblero es un hombre sencillo que la ama, es responsable y maduro, es un hombre tranquilo y acogedor. Ella (Laia Costa) también interpreta muy bien quién es y qué quiere, dejándose llevar por los deseos del corazón, pero sin caer en lo cursi.