En la puta calle

A través de los percances y situaciones en las que se ve envuelto el protagonista desde que llega a Madrid para buscar trabajo, la película pone de manifiesto varios temas que tienen como escenario esa “puta calle” del título: el paro, la falta de vivienda, la droga, la inmigración... Pero pese a la gravedad de los problemas planteados la película no tiene la profundidad necesaria para transmitir la dureza de esa realidad, Se percibe, sí, pero no se siente, no emociona, no llega a traspasar ese plano en el cual el relato cala hondo en el espectador. A mí me ha parecido una película de modesta factura, ligeramente entretenida, que apunta a la crítica social pero sin profundizar, quizá por eso de que quien mucho abarca poco aprieta.

Lo que más me ha gustado de la película es ese dualismo en los personajes y su diferente forma de afrontar las circunstancias adversas: el optimismo y simpatía de Andy frente al pesimismo y malhumor de Juan. Me ha gustado especialmente la naturalidad y frescura del personaje de Andy, que pone la nota de humor en la película. El personaje de Juan me parece más oscuro, menos definido en cuanto a sus sentimientos sobretodo.

Accedo a éste portal de referencia filmográfica, y lo primero que capta mi atención es la escasez de críticas y participación de otros usuarios de la plataforma.
He de confesar que no había oído ni de lejos a habar de éste largometraje. Una cosa más que extraña ya que me parece de lo mejorcito que he visto en el genero de crónica social/reivindicativa/sucia en el cine español. Una historia real, desgraciadamente denominador común de muchos ciudadanos, que muestra la crueldad de la vida, de las malas elecciones o de la fortuna de la procedencia ,entre otros temas.
Una actuación mas que correcta de los actores, que dan verosimilitud a sus peripecias y vivencias.
No soy un amante de nuestro cine, todo lo contrario, pero creo que en está ocasión merece la pena inmiscuirse en él.

Una película amarga, triste, de perdedores, pero con momentos amables y divertidos. Un retrato de una época de este país que nunca volverá, justo antes del euro, cuando comenzaba el boom de la inmigración. Una España que parece muy lejana en algunas cosas, pero que en otras no ha cambiado absolutamente nada. Curiosa esta dualidad: la oficina del INEM con sus primeros ordenadores beige y Juan escribiendo su currículum en una máquina de escribir.

En resumen, una sorpresa grata. Cada vez que veo más cosas suyas, mas me gusta Ramón Barea.

8/10

Me la esperaba más ligera, en clave de comedia, con remilgos de autocomplacencia que tan campechanos resultan a veces, pero me encuentro con una historia narrada con bastante dureza. Falla porque termina suspendiendo la credibilidad de su inclemente argumento en pos de la necesidad de lanzar una serie de proclamas sobre los dilemas sociales de la época, con el trazo de la generalización de brocha gorda, pinceladas de buenismo y raciones de estridencia en forma de grito pelado como recursos narrativos en situaciones inconsecuentes. Como buscando la identificación inmediata, o tratando de exponer las confrontaciones de una manera muy básica (y muy poco creíble, como contradiciéndose y generando en Barea mala uva por capricho y por encajar un pregón tópico más*), como si prejuzgara la capacidad comprensiva del espectador, o mejor dicho manifestando ineptitud para sacar adelante un filme sin recurrir a pasajes apresurados e ilógicos, servidos en la pantalla con el talante de una obra teatral pergreñada por aficionados.

En realidad la construcción del personaje principal es más limitada de lo que en un principio parece, no saben darle continuación ni dotarle de matices, por lo que si bien no llega a adormecer, de hecho me mantivo entretenido, la cinta sí que se hace repetitiva en algunos tramos. Como virtud principal diría que tiene escenas que sí resultan curiosas.

¿Por què se hacen estas películas si no sirven para nada?
Amigos cinéfilos... ¿creéis que los políticos ven estas cintas?
No. No las ven. Ellos son insensibles al sufrimiento de los ciudadanos. Unos ciudadanos que sólo tienen razón de ser cuando hay elecciones. Después... ¡que se apañen! "Nosotros ya tenemos enchufe para cuatro años más." La vida es una barca como dijo Calderón de la mierda...