White Noise: Más allá

Una de las cosas que más perturban a un servidor son las psicofonías y bajo este contexto, visualizar una película como White Noise hace que ya desde un principio uno sienta cuanto menos inquietud.
Sin embargo, al poco de empezar la película uno se da cuenta de que no es lo que espera, o al menos no es lo que a uno le horroriza, es en ese instante cuando llega un poco la relajación y por otro lado la decepción. A pesar de que cuenta con algún que otro susto aislado que puede alterar al espectador de turno, White Noise no llega a dar miedo casi en ningún momento debido únicamente a su enfoque. La idea del fantasma que se comunica mediante las ondas es una idea que suena a vista (Frequency) más cuando se dedica a ayudar al prójimo con sus apariciones, restando enormes dosis de pánico que se echarán en falta (y de qué manera) a lo largo de la película.
Los actores están bien, pero tampoco son gran cosa y el argumento en si deja con la sensación de que pudo haberse hecho una cinta de terror memorable y para nada juega a su favor. Además el doblaje no acaba de hacerle justicia, sobre todo las psicofonías que no inquietarán a casi nadie, por no decir que da la sensación de que “atrapar” una de ellas es tarea muy sencilla, ya que hay miles durante toda la proyección.
A medio camino entre la intriga y el terror, White Noise no entusiasmará a ninguno de los amantes de ambos géneros.

No es una obra maestra, es bastante predecible y flojea en el desenlace, pero a lo largo de la película se desarrolla alguna situación que llega a transmitir sensaciones de miedo/susto/agobio, y por ello me ha parecido interesante.

Capaz de mantener la tensión a lo largo de la película pese a ser un tema archiexplotado, ésta es su principal baza.

Expectativa: Ver una película de terror/suspense/espíritus que transmita sensaciones
Lo consigue??: En algunos momentos, sí, algo que no es poco. El desenlace no está a la altura.

Se le podía haber sacado muchísimo más partido a esta White Noise. Para empezar, el tema central de le película son los incómodos fenómenos parapsicológicos llamados Psicofonías. Ya con esto, la producción tenía asegurada la atención de grandes masas, pues este fenómeno despierta el interés en muchísimas personas; sinó, que se lo pregunten a Iker Jiménez; que a cuenta de los fantasmas está viviendo de puta madre.
Pero no. El cine de terror, tiene la increíble manía de ir más allá de lo que asusta... tiene siempre que mostrarnos hasta el número de zapato de lo que da más miedo cuando no se ve. Tiene que meternos en toda la cara a los bichos hechos por ordenador, haciendo que se derrumbe en un instante todo el interés, el misterio, y porqué no, el terror que sentíamos. Tiene que enredarlo todo. No me cuenten quién es el de la voz y porqué lo hace. Solo quiero oírlo y cagarme por las patas abajo. Pero no solo te lo cuentan, sino que transforman una película de terror en un pastelón de cojones.
Normalmente, lo que no consiguen las películas de terror, lo consigue las recreaciones supuestamente verídicas que salen en programas de televisión sobre el tema; que nos lata el corazón a mil.


Se puede ver, no digo que no. Pero podía haber sido mucho mejor.

Mala película donde no sabes exactamente que es lo que pasa, está mal hecha, las acciones se suceden con parsimonia hasta el aburrimiento, y solo te pega dos o tres sustillos por un chillido fuera de lugar.
Mala estructura, guión y aunque la historia promete al princpio, llega un momento en que se mezclan cosas raras y fuera de tono.
El director muestra una endeblez en el desarrollo del film y consigue hacer una película mala, no merecedora de nada bueno.
A pesar de que a mí estos temas de fenómenos raros me gustan mucho, este film no me ha gustado casi nada.
Me encanta Michael Keaton, es un pedazo de actor, pero el no tiene culpa de que sea tan mala esta película.
Hay momentos en los que te sientes indiferente, no sabes muy bien de que va y tan poco entretiene. Este film seguro que no pasará a la historia

No es tan mediocre como la pintan. Simplemente es mala de solemnidad. Aburrida, previsible, forzada, absurda y da poco o ningún miedo.
Para drama romántico fantasmal tenemos ya ese blockbuster incombustible, carne de parrilla televisiva, llamado "Ghost: más allá del amor".
Para ver un thriller mejor nos vale con visionar cualquier telefilme de sobremesa.
Si los EVP hubiesen sido realizados por Dimmu Borgir, Today is the day o Rafaela Carra en momento cazallero sí que daría miedo.