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Promesas de arena (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama. Aventuras. Romance Miniserie de TV (2019). 6 episodios. Cargada de ilusión, Lucía (Andrea Duro) viaja a Libia como cooperante de una ONG en un hospital. Fascinada por un universo tan exótico como peligroso, y rodeada por Jaime (Marcel Borrás), Berta (Thais Blume) y Diego (Jairo Sánchez), sus compañeros de aventura, la joven descubrirá los dos polos humanos que allí se manejan: quiénes lo dan todo, como la enfermera Fathia y el doctor Hamid; y quiénes ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
12 de noviembre de 2019
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espantosa, hasta buenos actores no me han gustado como trabajan. Sólo salvo a Daniel Grao. Algunos diálogos bochornosos hasta decir basta cuando no absurdos. No parece rodado por profesionales sino por principiantes. No he podido acabar siquiera el primer capítulo, totalmente decepcionante.
Ymermar
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18 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no me equivoco, y va a ser que no, esta "Promesas de arena" es la primera serie, película o lo que sea que tiene como protagonista a Andrea Duro. Como es una de las actrices españolas, y posiblemente del mundo, más bellas de los últimos años no me la podía perder. A esto hay que añadirle que se trata de una historia de aventuras ubicada en el norte de África, entre Libia y Túnez, lo que en un primer momento me hizo pensar que iba a ser de ambiente colonial. Pero no, estamos en el presente. En cualquier caso, se trata de la adaptación, aunque al parecer bastante libre, de la novela homónima de Laura Garzón, que no tiene ningún parentesco con ningún Garzón que conozcamos. Han sido sólo seis capítulos que han cosechado de media un discreto 9,8% de cuota de pantalla, lo que va a descartar una hipotética continuación, también porque no hay novela en la que basarse.

Dicho esto, la serie es floja aunque podría estar bien. Me temo que han querido hacer una cosa como muy actual, comprometida y diferente pero al final se han precipitado en la típica historia romántica para mujeres, con machos muy guays y malotes que las seduzcan. El punto de partida ya es dudoso, el de un grupo de cooperantes en Libia, pero se resiente aún más cuando descubrimos las motivaciones que tienen sus personajes. En el caso de Lucía (Andrea Duro), sí, es muy guapa, pero es bastante boba, se deja mangonear por el galán y no sabe lo que quiere. Recapitulando, aunque se ve con cierto interés por la intriga terrorista o por la amorosa, "Promesas de arena" se desenvuelve con demasiado simpleza en lo primero, y rapidez, tosquedad y frialdad en lo segundo, sus personajes no gustan, la deriva argumental es fea y el final, una patata. La serie se queda sólo en promesa.
Reaccionario
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17 de noviembre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer capítulo de la serie no despierta la suficiente curiosidad para continuar viendo más entregas de "Promesas de arena". El producto no comenzó con buen pìe, ya que durante varios días las páginas de cine y televisión, como la de Filmaffinity, mantuvieron una sinópsis argumental que se supone había sido remitida por la productora y en la que se describía la acción en Palestina (en la franja de Gaza, se supone).

Después del inicial traspiés, que es significativo acerca de la falta de calidad de la serie, nos encontramos ante la duda de si esta cosa es una especie de secuela de "El príncipe" porque por el primer capítulo van desfilando todos los actores y extras moros de la absurda, grotesca y surrealista serie que decía reflejar la existencia de una Comisaría radicada (¡!¿?) en ese barrio de Ceuta poblado de inamistosos mahometanos. Y también aparece esta chica llamada Thais Blume, que en "El Príncipe" era una imposible policía nacional española que se encandilaba de todo moro que estuviera cerca, y que en "Promesas de arena" hace de una borde ginecóloga que tampoco da el pego.

Quizás de lo más malo que he visto del capítulo 1 está una de las peores escenas de acción que puedo recordar. Me refiero a esa en la que una pandilla de chorizos moros intercepta en una calle a la atolondrada cooperante Andrea Duro -más bien de tontita figurante- con el objetivo de utilizarla como esclava sexual. En estas circunstancias aparece el traficante de armas interpretado por Francesco Arca, diciendo éste que se olvide la pandilla de la calentura de gozar con las carnes blancas de la doncella. Y va y le pega un tiro al hermano del cabecilla. Éste comienza a cagarse en los muertos del actor italiano, y toda la fuerza se le va por la boca, pues los chorizos moros tienen pistolas y AK-47. Así, en esta surrealista e increíble escena, en vez de dejar hecho un colador al Francesco Arca, la pandilla agarena permanece inactiva mientras se larga el otro con la española en un todoterreno.
Miren, después de esto, prefiero que me cuenten lo de Caperucita Roja o cualquier fábula así.
Strénliko
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14 de noviembre de 2019
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
PROMESAS DE ARENA es una ficción que trata de hacernos creer lo contrario de lo que nos expone al principio, lo cual la rebaja a burda patraña. Y se sustenta en el aire construyendo castillos en las nubes.

La serie empieza sorprendentemente bien, con dura mano de hierro contra el voluntariado y sus tóxicos derivados pero primero tira la piedra, después esconde la mano, y con una sonrisa te dice que todo lo expuesto en sus inicios es mentira, que la realidad de las personas cambia cuando comparten de verdad en un ambiente hostil. Se vuelven buenas y humildes, crecen como seres humanos, se enamoran y sienten como nunca antes lo habían hecho. Pues nos parece no sólo una chorrada superlativa, sino que además la consideramos absolutamente tóxica y contaminante. Este no es el servicio que tiene que dar una televisión pública.

El episodio piloto parece disparar hacia aquellos que se embarcan en dicha labor "humanitaria", sin saber el porqué o bajo el pretexto de "encontrarse a sí mismos". Una excusa de la que ya estamos cansados de oír, pues sirve de comodín para explicar cualquier tipo de deriva. ¿Encontrarse a sí mismos? Ni siquiera saben definir lo que eso significa... pero ahí van, proclamándolo a los 4 vientos, y llenándose la boca de ello.

Lo peor de PROMESAS DE ARENA es que podrá esparcir bien su toxicidad, pues tiene TODOS los ingredientes para encandilar y enganchar al público, pero es la historia de Aladín donde el príncipe del terror es Hayzam (Francesco Arco) y ella, Lucía (Andrea Duro) la pobre rata callejera que además es una cabezahueca idiota que nos saca de quicio cuando abre la boca. Si además, al odioso personaje le sumamos la pésima calidad de la actuación de Duro (lo sentimos mucho pero no nos la creemos) ya es para premio.

Para justificar un acercamiento entre príncipe y voluntaria se sirven de pretextos no creíbles pues, repetimos, en un país en guerra, como bien se dice al principio, los niños no existen: son sólo personas pequeñas. Y, para salvar a uno, no vas a comprometer la seguridad de toda una organización. Es que no hay por donde cogerla y así sucesivamente.

Promesas de arena, rápidamente hechas y con un soplo borradas, especialmente escrito para mujeres desdichadas y faltas de amor cuya vida está desesperantemente vacía.

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