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So, I Can't Play H! (Serie de TV)

Serie de TV. Animación. Comedia. Romance. Fantástico Serie de TV (2012). 12 episodios. Ryosuke es el alumno mas pervertido del instituto. Vive con Risara, la diosa de la muerte, tras haber firmado un contrato con ella. El problema está en que el precio a pagar para dicho contrato fue perder parte de su control sexual, lo que dará pie a situaciones de lo más divertidas. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
7 de marzo de 2017
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No tenía ni idea Ichie Ishibumi lo que estaba a punto de desatarse tras publicar su novela ligera "High School DxD", la cual no tardó en adaptarse a manga y luego a serie de animación...

A partir de entonces los trabajos del mundillo enfocados al público adolescente experimentarían un cambio bastante radical. Tal fue el éxito que la pareja Issei Hyodo/Rias Gremory pronto tendría un aluvión de imitadores, con más o menos suerte, pues era imposible superar su popularidad, estableciendo a una joven de origen fantástico que vincula su alma a un chico humano (preferentemente estudiante); pues antes de derivados tan chirriantes de este subgénero de la fantasía/aventura con fuerte carga erótica como "Shinmai Mao no Testament", se estrenó, y el mismo día que "Hagure Yusha no Estetica", de igual temática, el horriblemente titulado "Dakara Boku wa "H" ga Dekinai".
O también "Boku-"H" ", debut a la novela ligera del conocido guionista de videojuegos para adultos "Pan" Tachibana, de escasa vida (unos tres años) pero trasladado a otros formatos antes de terminar su serialización; el anime lo producen desde FEEL bajo la batuta de Takeo Takahashi, veterano del storyboard y la dirección que a partir de manidos géneros ha sabido tratar historias de trasfondo psicológico y romántico ("Yosuga no Sora", "Okami to Koshinryo" o "Maoyu Mao Yusha" como buenos ejemplos). Pero cualquiera diría lo contrario al ponerse frente a los primeros episodios...

Escenarios conocidos y estereotipos: un sucedáneo de Issei de hormonas revueltas y cabeza hueca (Ryosuke) cuya vecina y amiga de la infancia está enamorada de él en secreto (Mina); llega el encuentro, nada mágico, con la fotocopia más despreciable de Rias hasta la fecha, una shinigami de cabellos rojo fuego (Lisara) que entra en su vida y posee su alma por la fuerza a través de una espada mágica. La rápida aceptación de estos hechos conduce a la malavenida pareja a una misión: encontrar un alma poderosa con que hacer un "contrato" demonio-humano de por vida.
Mientras se nos somete a momentos absurdos, diálogos fútiles y tópicos explotados hasta la saciedad, Takahashi sigue el guión de Naruhisa Arakawa en la definición, lenta pero segura, de los protagonistas, mientras se construye una subtrama de épicos ribetes muy deudora de las mitologías europeas (teniendo en cuenta la presencia de Gram, la espada rota por Odín y cuyas mitades guardaría Hjördis, esposa del héroe Sigurd (el Sigfrido germánico), para su hijo). Se completa la introducción de extravagantes secundarios con otras guerreras compañeras de Lisara, de similares características (Iria, Quele...); para rematar, el poder que el protagonista libera de su interior lo alimenta el deseo sexual, dando pie a una atención obsesiva por el "fan service".

En la paulatina configuración de "harem" a su alrededor al estilo "HSDxD", crece esa historia sobre reinos de otra dimensión en conflicto, dos linajes enfrentados (uno de ellos el de Lisara) por mantener la paz en dicho mundo (Grimwald) y una leyenda épica plena de originalidad a partir de la presencia de Gram. Y entonces, al superarse la primera mitad, todo se bifurca a nuevos senderos (una maniobra muy habitual...): el secuestro de Mina por el señor de la guerra Galdarblog y la revelación del pasado de los padres de Ryosuke (que se merece una serie independiente) dan como resultado una abrupta escisión argumental donde se olvida todo lo anterior y marchan los héroes a la tierra de los shinigami.
Estamos viendo por lo tanto otro anime, ocupado por monstruos, demonios, espectaculares enfrentamientos y surrealista fantasía "isekai" (aun así sujeta a las influencias de Ishibumi); pero lo mejor que se nos ofrece es una inesperada evolución emocional y psicológica de los personajes (Mina, de secundaria "moe" a elemento clave de la historia; Ryosuke, de joven torpe y depravado a héroe romántico; Lisara, de detestable y caprichosa princesa a guerrera sacrificada por amor). Y, al tener que comprimirse la obra de Tachibana, Arakawa no tiene más remedio que proseguir con los giros narrativos...

El más sorprendente ocupa un 3.er acto de regreso al mundo humano. Nada indicaba que el humor descerebrado de los primeros capítulos derivaría en una tragedia existencial donde ambas realidades (la humana y la shinigami) se han unido creando un escenario post-apocalíptico de bella pero escalofriante forma (saliendo las influencias de los animes de la década de los '80); el héroe romántico es ahora un condenado a la fatalidad por culpa de una herencia maldita y de la malinterpretación de las leyendas de Grimwald, y la presencia de una shinigami enviada a por su alma no hace más que hundir la atmósfera en una depresión asfixiante.
Recluidos en casa del anterior, los héroes han perdido brillo como el humor ha dejado de formar parte de la trama; durante este arco final es donde de mejor manera emerge el talento de Takahashi para la reflexión dramática y el dilema moral, que siempre ha distinguido sus trabajos más allá de lo tópico de los géneros. Ahora se nos hace partícipes de una demoledora lucha interior, el rechazo de los sentimientos y el sacrificio propio por la salvación ajena; Lisara, Ryosuke y Mina, sin perder del todo sus ya definidas personalidades, se abren a una admirable maduración y por fin deseamos permanecer a su lado y compartir cada segundo de sus tribulaciones.

Se aceptan la muerte, el amor no correspondido y la imposibilidad de salvación, se lleva el drama a increíbles metáforas espirituales que se conjuga de manera fascinante con el diseño y las formas visuales.
Obviando los minutos finales, ojalá toda la serie mantuviera el mismo nivel desde el principio y sin mostrar tan desvergonzadamente las influencias de "HSDxD"; esta irregularidad es un importante lastre...razón por la cual no ha visto la luz una segunda temporada después de cinco años.
Chris Jiménez
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