The Teacher’s Diary

El gran novelista estadounidense Francis Scott Fitzgerald, afirmaba, sin duda en una suerte de elogio a su propio oficio: "Puedes acariciar a la gente con las palabras", pues tal es la fuerza de la lingüística. The teacher's diary le da fuerza a esta idea y nos cuenta una bonita historia de amor en la que los protagonistas solo se imaginan por las palabras escritas del otro, pero no se conocen hasta la última escena.

Esta película no es 'Il mare', pues en ningún momento incorpora la fantasía. ¿Es creíble? Es bonito pensar que sí. Que un diario polvoriento dejado por tu sucesor puede calar tan hondo, cuando no tienes otra cosa con la que entretenerte en la escuela flotante en la que estás destinado, que acabes enamorándote de la idea de quién lo ha escrito.

Más o menos creíble, allá lo juzgue cada uno, la cinta se hace entretenida. Girando en torno a su fantástica fotografía, que es sublime, con unos paisajes tan hermosos que merecería la pena verlos una hora y media aunque no hubiese ningún tipo de acción, el cineasta tailandés tira de recursos para ofrecernos una trama entretenida. Historias paralelas, planos secuencia, tomas en corto, flashbacks... Todo vale para ir tejiendo el mundo que nos plantea Tharathorn.

Los dos personajes principales se hacen carismáticos. Quizá ambos tiendan a ser ligeramente versiones histriónicas de sí mismos, ella demasiado rebelde en su papel de maestra vocacional, él quizá con demasiado humor absurdo en su rol de simpático perdedor, pero al fin y al cabo se les coge cariño con facilidad. Y el diario que comparten, el diario que les sirve para comunicarse de año en año, el elemento clave de esta historia, ayudará a esta identificación permitiéndonos conocer algunos de los secretos más profundos de los mismos.

Por el camino, muchos temas accesorios, la vocación, la pobreza, la legitimación de un sistema de clases o la propia idea de educación quedan reflejados a lo largo del film. En cualquier caso, este desconocido largometraje sorprenderá a quién le dé una oportunidad o, cuanto menos, le hará pasar un rato entretenido.