Furia Oriental

Segunda película del gran Bruce Lee en la que la historia y los combates estan mas cuidados que en su anterior "Karate a muerte en bangkok (The big boss)". ¿Y qué nos encontramos en "Furia oriental" ? pues a un Bruce pletórico con muchas ganas de repartir leña a los asesinos de su maestro (como suele pasar en casi todas las películas de artes marciales), pero es que esta película tiene escenas que mas adelante han inspirado al gran Quentin Tarantino en su "Kill Bill" (la mas clara la de Lee rodeado de contrincantes en la escuela de los malvados japoneses). Además en "Furia oriental" podreis ver a un joven Jackie Chan haciendo alguna escena peligrosa de uno de los malos (años mas tarde Jackie protagonizaría la segunda parte). Si os gustan las pelis de este género no os la perdais.

Vacía tu mente. Olvídate de las películas de artes marciales de Jackie Chan y Jet Lí. Olvídate de ver una mezcla entre kung fu y comedia o héroes justicieros que ayudan a los más débiles. En esta película solo un objetivo mueve al protagonista: la venganza, y no cesará de matar hasta haberla conseguido. Vacía tu mente de todo el cine de artes marciales que has visto anteriormente y prepárate para Furia Oriental, la mejor película de artes marciales de Bruce Lee (con permiso de "Operación Dragón".

Argumento sencillo pero adecuado (vengar la muerte de su maestro) y acción a raudales desde que empieza hasta que acaba. Lo mejor de todo es ver a Bruce Lee totalmente furioso, desatado, peleando con las manos desnudas o con cualquier tipo de arma que coja. La película se sustenta en la ira del personaje de Bruce, y lo mejor de todo es que funciona, el resultado es espectacular.

Pues yo lo siento mucho, pero le planto un ocho, por muy malos decorados que tenga, por muy mala que sea la caracterización de ese 1908; y por muy cogido con pinzas que esté el guión: disfraces del protagonista que me recordaban al gran Mortadelo y malvados que cuentan sus planes justo cuando el héroe les espía.

Pero, ¿y qué? ¿Acaso importa? Claramente, no. Porque estamos hablando de artes marciales y estamos hablando de Bruce Lee. BRUCE LEE. Admito mi (probable) incapacidad para ser objetiva tratándose de este hombre, pero es que él basta y sobra para sustentar cualquier película. No es que sea un maestro en el combate, es que va más allá de eso: es la potencia de su físico, son sus movimientos, es su actitud de desafío, de rabia, de fuerza; es la personalidad arrolladora que arrolla y fascina al espectador, que no puede dejar de observarle en la pantalla una vez se prepara para la lucha.

Lucha, además, impecable. Nada de tirarse media hora dándose patadas y puñetazos ruidosos, a cual más rocambolesco y llamativo, mientras se rompe todo lo que hay en una habitación y se desplazan de un lado a otro. Nada de tonterías. Aquí los enfrentamientos son concisos, sobrios, donde los contrincantes se paran, se ponen en guardia, se miran, avanzan, se defienden... todo de forma realista y, precisamente por eso, verdaderamente espectacular. Si alguien es capaz de ver a Bruce Lee en acción y quedarse impasible, que por favor me lo diga

Además, también hay que reconocer que la película plantea una buena y entretenida historia, aunque simple en apariencia, que no decae ni llega a aburrir. Los dilemas morales son constantes e incluso el protagonista, Chen, tiene la suficiente profundidad psicológica como para que enganche e interese al espectador. A parte de que esa última toma de la película, esa última imagen de Bruce Lee, es soberbia y te deja (me deja) con el corazón en un puño.

Termino con una encarecida recomendación: si aún no conocéis su filmografía, no sé a qué esperáis. Totalmente recomendable. Diría más: imprescindible.

Mucha Furia Oriental, mucho Bruce Lee, pero para ha sido horrorosa, y creo que está muy sobrevalorada por el espectador en general, y es que sigo sin comprender como donde yo veo algo corriente y ordinario, algunos ven algo extraordinario.

Si hablamos del guión, no deja de ser una simple película, con un desarrollo normal, incluso algo cómico me atrevería a decir por las situaciones que se muestran en algunos momentos, y es que desde el principio uno intuye, que acontecerá en el film, perdiendo toda la gracia a la sorpresa y al impacto.

Actuaciones, no digo que sean malas, pero tampoco son buenas, y es que Bruce Lee no es un prodigio de la actuación, es más, sobreactúa, volviéndose en ciertos momentos una caricatura de si mismo.

Otro punto a resaltar, es el de las luchas, y es que cuando existen luchas en grupo es más fácil ver los errores en las coreografías y que decir, que esta película, las dos luchas en grupo que hay, se nota que el 90% de los golpes no llegan a su destino o son del estilo “toma tonto, dame tu ahora otro”, y eso se debe al poco ensayo y a las malas posiciones de las cámaras durante la misma. Para mi gusto, son de una calidad inferior.

Una cosa que si voy a resaltar, y es lo que hizo que me levantara del sillón, son las luchas individuales, aquellas en las que sale Bruce Lee, se ve perfectamente su alto grado de entrenamiento, preparación y agilidad, superando a la cámara en algunos de sus golpes, como latigazos dirigidos, de una rapidez increíble.

Lo dicho, el film es de una calidad corriente dentro de su género, otra cosa es que quiera ver uno a Bruce Lee, lo poco, mejor dicho, lo único, que merece verse de ella.

El segundo título de Bruce Lee con Golden Harvest Films, de mayor presupuesto que el anterior, "Kárate a muerte en Bangkok".

Aquí interpreta a un estudiante de artes marciales decidido a vengar la muerte de su maestro, lo que desencadenará un enfrentamiento entre las escuelas china y japonesa. Su personaje también demuestra una gran habilidad para el disfraz, aunque todo el interés recae sobre las consabidas secuencias de lucha. La historia se inspira lejanamente en hechos reales.



"¿Quién mató a mi maestro?"