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Adebar (C)

Adebar (C)
1957 Austria
Documental
4,2
270
Documental Usando imágenes de figuras que danzan, en planos con extremos contrastes en blanco y negro, los bailarines son reducidos a su esencia para poder ser utilizados casi como una construcción terrorífica de imagen, movimiento y repetición de sonidos. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
17 de agosto de 2012
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro truño del Kubelka este. Dos minutos, gracias a Dios, de siluetas en negro sobre fondo blanco con una música rallante (lo mejor del corto) que entre unas cosas y otras termina por agobiar. No le pongo un uno porque entiendo que el objetivo del Kubelka era generar tensión con elementos muy simples.

No sólo hay que evitar verlo también hay que evitar cruzarse con él por la calle. Mi consejo no viaje a Austria ni hable con nadie que tenga aún una televisión en blanco y negro en su casa. Puede ser un fan de Kubelka.
kaliyuga
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7 de febrero de 2024
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El logro de Kubelka es haber llevado el montaje soviético un paso más allá. Mientras que Eisenstein utilizó planos como unidades básicas y los editó juntos siguiendo un patrón para crear significados, Kubelka ha vuelto al fotograma individual como esencia del cine. El hecho de que una película proyectada se componga de 24 imágenes fijas por segundo sirve de base a su arte.

Esta idea tiene diferentes materializaciones en diferentes películas de Kubelka. En Adebar sólo se utilizan determinadas longitudes de plano (13, 26 y 52 fotogramas) y el material gráfico de la película se combina según determinadas reglas. Por ejemplo, existe una alternancia constante entre lo positivo y lo negativo. Las imágenes de la película son tomas en blanco y negro de extremadamente alto contraste de figuras bailando; las imágenes se reducen a sus elementos esenciales en blanco y negro para que puedan usarse en una construcción de imagen, movimiento y sonido repetido casi aterradoramente precisa.
-Fred Camper

Adebar (1956–57; 1 1/2 min.), la siguiente película de Kubelka, fue originalmente un anuncio (rechazado) del Café Adebar. Representa un gran alejamiento del formato de Mosaic y un paso importante en el desarrollo de la obra de Kubelka. Adebar elimina cualquier sentido narrativo y prácticamente se convierte en una película abstracta, debido en gran parte a las imágenes de siluetas, el uso repetido de un fragmento de una melodía reproducida una y otra vez, y las repeticiones visuales y la serialización. La duración de los planos se acorta radicalmente, formando una especie de transición entre los planos de Mosaic y el corte rápido de Schwechater.

En cierto modo, Adebar es la más esquiva de las películas de Kubelka porque parece una película cuyo proceso y estructura uno debería poder captar a medida que se ve, a diferencia de Schwechater, que en una primera visualización parece funcionar de manera subliminal. En Adebar los planos son lo suficientemente largos como para determinar que hay un proceso, un patrón, un conjunto de procedimientos, repeticiones de imágenes positivas y negativas, etc., pero no lo suficientemente largos como para determinar cuál es ese proceso o patrón.

Adebar es una película de danza, una película de danza intensamente rítmica, complicada por estar ligeramente fuera del ritmo metronímico. Esto ayuda a establecer parte de la disyunción sonido/imagen que preocupa a Kubelka en todas sus obras.

Hay cuatro configuraciones de cámara: primeros planos de cabezas, tomas de torsos, grupos de parejas bailando y tomas de piernas. Cada plano sucesivo va de positivo a negativo, a positivo, etc. Además, los planos están en múltiplos de 13 fotogramas (13, 26, 52), y cada plano se utiliza de seis maneras posibles: el plano se muestra en movimiento en su totalidad ya sea en positivo o negativo; el primer fotograma de la toma congelado en positivo o en negativo; el último fotograma de la toma congelado en positivo o negativo.

Las imágenes de Adebar son sombras, el énfasis está en la alternancia de blanco y negro y en el movimiento de gris y blanco en la silueta. Las imágenes de personas se vuelven formas y formas casi abstractas, en movimiento y congeladas. Estas formas y movimientos se repiten aunque nunca exactamente de la misma manera, ni en momentos sucesivos en el tiempo. La imagen es extremadamente plana, en la superficie de la pantalla, con poca o ninguna profundidad ilusoria, especialmente interesante para una película de danza.

Este trabajo en particular plantea la cuestión del tiempo en las películas de Kubelka; para Adebar, mediante la eliminación casi completa de la acción secuencial y a través de la serialización (repetición de patrones variables), prácticamente destruye el tiempo continuo y pone todo el énfasis en lo inmediato, en el presente.
- Elena Pinto Simón / Artforum
Lestat
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