OVNIS: Proyectos de alto secreto desclasificados (Miniserie de TV)

O peor todavia ¿Es momento de decir sin riesgo a morir de vergüenza que durante varios capítulos me he visto como quien usa esos sombreros?

Y es que esas preguntas y similares después de haber visto la serie siguen rondando mi cabeza.

No cabe duda que han conseguido que durante muchos años cualquier tema relacionado con los misterios ovnis no deje de ser un asunto de locos y/o carne de chiste. El solo hecho de visionar esta serie da para plantearse uno mismo si se está entrando en el mundo de las teorías conspiranóicas, si hay que comentar con amigos o en la red que hemos sido capaces de ver una serie documental sobre este tema o mejor lo guardamos en el cajón de secretos inconfesables junto con la subscripción al canal porno y la visitas a páginas de descargas de archivos con derechos de autor... ¡¡¡No sé si contarlo o no!!! ¿Seré linchado por ello? ¿Perderé el respeto de todos?

En fin. Me tiro a la piscina. ¡¡RECONOZCO HABER VISTO ESTA SERIE!! Y lo peor: que me ha resultado interesante. Ala, ya lo he dicho.

El motivo: la propia desclasificacion del pentágono en abril de 2020 de los videos que dan título a esta serie y que por si solo es un tema fascinante. Y otro motivo: paralelamente, también en diciembre del año pasado, en muchos medios generalistas de todo el mundo se ha publicado la noticia que dice que "El profesor Haim Eshed, general retirado del ejército israelí, asegura que los extraterrestres existen, que han entrado en contacto con los humanos y que se ha mantenido en secreto porque "la humanidad no está preparada" para afrontar la evidencia". Una simple búsqueda en Google os llevará a poder profundizar en ello, la fuente original, etc. Cuanto menos, ambas noticias me parecen inquietantes.

Y es por lo que se ha despertado en los últimos tiempos mi curiosidad sobre el tema ovni, muchos años dormida. Así que entro en materia:

La serie documental como tal, y como he dicho, me ha resultado interesante y bien documentada. Quizás hay que diferenciar entre el fondo y las formas. Pues el argumento está bien tratado y con bastante rigurosidad, para un tema que como digo ya se las trae, de modo que todo lo expuesto se hace bastante creíble, se aportan muchos datos, fechas, documentación periodística, declaraciones, etc. A la vez que se trata en cada capítulo un aspecto diferente sin llegar a cansar ni aburrir.

Pero las formas son mediocres, a pesar del uso de tecnología de animación que pretende complementar lo expuesto del mejor modo, el aspecto visual me ha parecido el de un documental de serie B, demasiado fantasioso y rimbombante para mi gusto, que consigue un efecto adverso al que se pretende. Ojo, según mi gusto. Quizás a otros le parezca apropiado.

En fin, Un 7 para el fondo, y un 5 para las formas.

Un saludo

Si aplicamos el principio de caridad, pues... estamos ante un documental francamente mejorable que por momentos parece tomarlo todo a la ligera: desde las animaciones hasta los relatos/testimonios de los participantes.

Es raro, porque el relato que se va estructurando (tomando como punto de partida a todo tipo de testigos y funcionarios) se nos presenta en un envase decente. Simplón, pero aceptable. Por otro lado, la calidad visual del documental parece salido de una tomadura de pelo. Animaciones de playstation 2, intercaladas con imágenes reales sueltas. Vale destacar que el documental está dirigido a una franja etaria de 7 años en adelante. Único detalle que parecería justificar la presencia de esos gráficos (igualmente insuficientes, porque un niño se queda afuera del lenguaje empleado en el documental).

La temática, la de toda la vida: presencias de ovnis y extrañas naves salidas de quien sabe donde. La desclasificación de esos videos del pentágono abrió la puerta a un nuevo marketing. Algunos relatos parecen probables, otros son marcadamente fantasiosos. Bäsicamente, Ovnis...pudo haber sido emitido como un solo documental no empaquetado en serie, eliminando de la edición varios testimonios relleno para acortar su extensión. Por momentos se vuelve redundante y luego de los dos primeros episodios ya no tiene casi nada nuevo por contar o informar (el último episodio es pura agenda política).

Al margen de eso, el producto cuenta con una organización de datos medianamente aceptable, que se transmite con el peso narrativo de una pluma. Es ligerito, blanquito. Un té de tilo a media tarde.