A puerta fría

Un proyecto soberbio sobre los desarraigados, descreídos y perdedores. Aquellos que llegada la mitad de su vida, son invadidos por la desesperanza debido a la ruina en que han convertido su hábitat.

A PUERTA FRÍA, refleja ese submundo, cruel y canalla, y lo hace de la mejor manera: Mostrando su descarnada miseria, la única posible, donde un triunfo suele acompañarse del mas aborrecible fracaso: El fracaso existencial.

Triste, fría, y acongojante.

UN 6

La película gira en torno a Salva (Antonio Dechent), un comercial de métodos anticuados que constituye el escalafón más bajo de su empresa y que dependiendo de las ventas para sobrevivir ve como su ética y su moral son una triste sombra de lo que alguna vez fueron. Toda la película está rodeada de un ambiente rancio y claustrofóbico, que da sentido y equilibrio a la historia, pero conforme avanza la cinta las ausencias de diálogo y aquellos primeros planos fijos que antes dotaban de credibilidad y sentimiento a la cinta, se vuelven tediosos y exasperantes, tornándose repetitivos y terriblemente aburridos por su total ausencia de sentido.

He de decir que esperaba bastante de Nick Nolte, cuya aportación queda bastante eclipsada con las grandes actuaciones de Héctor Colomé, José Luis García Pérez y en especial la de Sergio Caballero, que vuelve a acompañar a Xavi Puebla como ya hizo en “Bienvenido a Farewell-Gutmann”. No puedo dejar de mencionar a María Valverde, cuyo papel encarnando a Inés va remontando conforme avanzan los minutos de metraje, transmitiendo perfectamente una esperanza vacía llena de sentimentalismo que no hace sino acentuar la degradación del personaje de Dechent, al mismo tiempo que lo hace humano. En resumen, "A puerta fría” se salva por la gran actuación de Dechent y el oportunismo de su estreno.

Un vendedor arcaico de mediana edad se arrastra para poder mantener su trabajo en una convención, que en otra época podría parecer inverosímil. El director Xavi Puebla con esta historia actual sobre vendedores de productos electrónicos que dependen exclusivamente de sus ventas, con un metraje corto y un sonido exclusivamente de ambiente recrea una atmósfera desesperante y claustrofóbica. Actuación loable de Antonio Dechent y unas más que correctas interpretaciones Héctor Colomé, Jose Luis Garcia-Perez y Maria Valverde. Un desenlace final mejorable, pero interesante

He visto esta película esta tarde en la Seminici de Valladolid. Mis sensaciones han sido magníficas en global. A un guión estupendo, esta película de cine independiente español, suma diversos encantos: El ritmo que a mi me ha recordado muchísimo a una película de Humphrey Bogart años 40 (personaje sufridor, perdedor en la vida personal, luchador en la profesional, miradas con silencios maravillosos que te hacen pensar y sentir todo lo que está pensando en ese momento cada personajes, ambiente muy intimista rodado en escasos escenarios), una temática actual (la crisis) pero en un sector hipercompetitivo como es el de los comerciales-vendedores agresivos, unas puestas en escena fantásticas sin ningún error, incluso en situaciones tan complejas como es rodar con cientos de secundarios que hacen el rol de empresarios o comerciales.
Comparto los momentos que un cinéfilo ha aportado también en una crítica de esta película, pero para el momento que para mí a dado el salto a "gran película" es en la escena que Antonio Dechent cuenta las ultimas veces que vió a su hija de 16 años. Ese momento que pronuncia "...y la última vez..." seguido de un silencio vacío, y que mantine durante varios segundos, pone los pelos de punta.
También hay cosas que no me han gustado. Lo siento, pero al personaje femenino la veo muy verde para este papel. Le falta peso por todos lados. Es evidente que dice bien sus dialogos, incluso en inglés, pero transmite poco. Otra cosa que no me ha gustado es la figura de Nick Nolte. Si estás por la linea independiente, meter a una mega estrella americana, me ha sonado un poco cutre, para asegurar "miradas". El final también me ha chirriado un poco. Poco original, ya visto en una polémica película de hace 2 décadas (Indecent Proposal), si bien, el martirio de Antonio Dechent en el ascensor sufriendo y pensando lo que ha hecho, lo hace que se mantenga por los pelos.
Mención aparte Antonio Dechent. Un papelazo en toda regla. Lo "normal" que lo hace, hace temblar. Transmite. Llega. Es un papel que podría haber firmado Humphrey Bogart perfectamente en los años 40.
Por cierto, me ha llamado la atención pero la película estaba doblada al inglés (normal en la Seminci), pero los dialogos en inglés, no estaban doblados al castellano.¿¿??
Una muy buena película.

Otra forma de hacer cine social en España es posible. Lo demuestra esta interesante película de Xavi Puebla, retrato entre amargo y desencantado de cómo funcionan las relaciones laborales en la era globalizada. Cansados de que sean siempre los mismos los que nos cuenten lo mismo recurriendo constantemente a lo mismo (clichés gastados que rozan cuando no traspasan la demagogia), uno saluda a películas como ésta, beban de Miller, de Mamet o de la bendita madre que los trajo al mundo a todos.

Salva es el veterano vendedor que se arrastra de forma patética por las habitaciones del hotel donde se celebra una convención empresarial dispuesto a cerrar un último trato que prácticamente le permita cerrar también con dignidad su carrera profesional. ¿ Dignidad? ¿De qué sirve la dignidad cuando estás en la selva y sólo vale el instinto de supervivencia? El “quítate tu para ponerme yo”. Los jóvenes vienen pisando fuerte. La dignidad es solo para los viejos que no tienen futuro y por ello son los únicos se atreven a mirar al pasado a la cara y presentarle sus respetos.

La apuesta tiene mucho de western, con tipos acodados en la barra del bar bebiendo whisky a mares y recordando tiempos mejores con nostalgia y un punto de romanticismo. Luego aparece también, por supuesto, la bailarina del saloon aunque en esta ocasión no está muy claro que al final se vaya a ir con el bueno. Todos tenemos un precio, parece decirnos Puebla, unos los saben, otros no, unos se resisten a mostrar sus cartas, otros se las ofrecen al mejor postor. Los negocios son los negocios.

Quizá los negocios hayan siempre los negocios. Los tratos siempre se han cerrado desde la rigidez que imponen una americana y una corbata. Ahora esos tratos se cierran entre las paredes de un hotel deshumanizado en donde ni el recepcionista es simpático. Todo es mucho más cruel si cabe.

En definitiva, una película muy recomendable, con un guión muy potente y unas poderosas interpretaciones. Inconmensurable Antonio Dechent, merecedor de todos los premios, agradecida asimismo la compañía de María Valverde y una presencia que siempre impone como la de Nick Nolte (aunque aquí él y su personaje estén a veces un poco “lost in translation”).