París

Una película coral y dispersa, con una historia central (un joven bailarín está a la espera de un trasplante de corazón y su hermana se muda a su casa para cuidarlo) y varias subtramas secundarias, con un supuesto hilo conductor geográfico, el protagonismo de París (muchas vistas panorámicas o planos de lugares emblemáticos; reflexiones histórico-sociológicas sobre la ciudad...). Algunas de estas historias paralelas apenas si están esbozadas y parecen simples ocurrencias para ilustrar la diversidad social y étnica de los habitantes de París o la realidad inexorable de la muerte y el nacimiento... En fin, un film entretenido, pretencioso pero superficial, prescindible.

Sí, compra una pizza y mientras la devoras vas mirando de reojo esta película del género turístico-coral-dramático-romántico. No te vas a perder mucho ni cuando cortas tu porción, ni cuando te la sirves, ni cuando le sacas -si fuera el caso- lo que no te gusta (que un morrón, que una aceituna, tu sabrás). En fin, verás pasar a Juliette Binoche paveando, a un probable moribundo, a unos verduleros, pescaderos y demás comerciantes sin mucho para decir. Verás vistas de París ya muy vistas, modelos parisinas que se visten, y alguna que otra francesita que se desviste. Tres o cuatro morochos africanos y alguna belleza árabe, que siempre suman y dan una cosa muy cool, muy multicultural. Ah.. y en un rasgo de originalidad realmente ingenioso, alguien se muere y alguien nace. Guau!
Vas a terminar la pizza bastante antes que la película (130 minutos). Así que puedes levantar la mesa, lavar los platos, barrer las migas y sentarte a bostezar hasta que termine. Y si estas en el cine te jodes: yo dije que bien vale una pizza, no una entrada.

Una película con demasiadas historias que van saltando de una a otra en una sucesión tan larga (más de dos horas) que por momentos el filme parece perder el rumbo, incluyendo visitas (comparaciones innecesarias) a alguna aldea de Camerún. Sobreabundancia que tiene como contrapartida una buena cantidad de imágenes de París que tendrán mucho interés y agrado para quienes conocen la ciudad y para quienes no, con vistas desde la torre Eiffel y algunos ejemplos de la arquitectura más moderna. Juliette Binoche encantadora y un elenco bastante eficaz. La historia principal sugiere disfrutar de la maravillosa ciudad mientras se está con vida. Obvio.

Solo rescato de esta película la intención de mostarnos un lado B sobre este tan sobrexplotado mundo Parisino tan engrandesido en la historia del cine. París en cambio nos muestra una ciudad confundida entre lo moderno y lo antiguo dos luchas que parecieran no tener un cruce, pero las historias no alcanzan a convencer por personajes pobremente desarrollados y escenas carentes de emoción y climax, sus primeros letargados 60 minutos no logran insertar al publico en esta historia llena de subhistorias a lo ya muy visto en otros films como "Amores Perros" por citar un icono, solo por un par de escenas medianamente desarroladas y ese intento de mostrar otro París le da merito, lo demas es totalmente prescindible.

He viajado a la capital para ver este film coral sobre lo imprevisto del futuro.
El subgénero "vidas cruzadas" es agradecido cuando se rueda en un gran escenario como París y con un gran reparto. Pero aquí fallan dos cosas:
En primer lugar la secuenciación o el ordenamiento de las escenas: algunas historias se abandonan durante demasiado metraje, y cuando se retoman ya casi te habías olvidado de ellas.
En segundo lugar no todas las historias están igual de desarrolladas (y ninguna es redonda). Habría sido mejor aligerar el guión, y podar algunas ramas que aportan poco, para que engordasen otras.
En ese panorama desigual, los personajes mejor perfilados son la excelente Juliette Binoche como asistente social abatida, y Romain Duris como su hermano moribundo (que en su situación toma actitudes positivas que de otro modo no tomaría). Sus escenas fraternas son lo mejor de la película, y sentí una gran emoción cuando el hermano enfermo es el que alienta a su hermana, que tiene buena salud pero está muerta por dentro.
Algunas de las tramas enflaquecidas se salvan de caer en lo anodino gracias a la labor interpretativa: ahí están la divertida Karin Viard, o la bellísima Mélanie Laurent, que hacen dignas de recuerdo la simple venta de una baguette, o la simple lectura de un SMS.
Y es que las actrices francesas son lo mejor.