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Llámame Peter

Drama. Comedia Biografía que muestra a Peter Sellers como uno de los actores cómicos más prolíficos y con más talento del mundo, cuyo don para la mímica lo convirtió en un icono cultural. Pero también pone de manifiesto su atormentada vida personal. Quizá la extraordinaria habilidad de Sellers para adoptar diferentes personalidades explicaría su incapacidad para aceptarse a sí mismo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
10 de diciembre de 2006
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obviamente no es un biopic al uso al estar realizado para televisión y la HBO por medio. Stephen Hopkins y el guión basado en la biografía realizada por Roger Lewis tiene más libertad por lo tanto para sacar los trapos sucios sobre la vida privada de Peter Sellers y darle un aire más arriesgado al asunto.

Todos los actores lo hacen estupendamente con mención especial para Geoffrey Rush y tiene ideas imaginativas y brillantes al transformar Sellers en personajes a su propia familia y directores con los que trabaja. Todo es cuestionable, como el humor de un Sellers egocéntrico y con muy y mala hostia.
Pero este hombre es un encanto hasta en los momentos trágicos y dramáticos. Cuando pega y grita a una de sus esposas, en el momento en que le cuenta a su hijo que su madre le está poniendo los cuernos con el decorador y siempre que toma el pelo al resto del mundo ensayando a sus personajes. ¿Tendría algo que ver con el extravagante humor de Andy Kaufman?

Aunque al final es más de los mismo, se deja ver con facilidad, tiene su puntito de homenaje (Kubrick y Edwards) aunque le falta más fondo y obvia la anécdota más macabra de su vida en forma de chiste póstumo: la canción que Sellers eligió para su funeral, “In the mood” de Glenn Miller. Canción que todo su círculo de amigos sabía que detestaba hasta la muerte.
Nunca mejor dicho.
Maldito Bastardo
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10 de junio de 2006
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar del escaso eco con que se ha difundido al menos en España, me parece una película notable, muy entretenida, y tremendamente interesante. Rush hace una de las mejores interpretaciones que he visto en los últimos años, realmente él es Peter Seller. Original, entretenida, vivaz, y hasta donde conozco rigurosa con la realidad. No hay que perdérsela cinéfilos
zymu
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7 de agosto de 2007
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una interesante película, con una distribución injustamente de telefilme, sobre la vida del inolvidable Peter Sellers. Es una película que, al igual que su propia vida, se mueve entre lo real y lo ficticio, la seriedad y la broma, la alegría y la tristeza, la felicidad y la infelicidad...

Siempre es un dilema hacer una película que aborde ámbitos privados de la vida de uno de los grandes del cine, se tocan temas que ponen entre comillas la imagen de la estrella; el trato a su madre, el maltrato a sus esposas, su desequilibrio emocional... La respuesta a todo esto la da el propio personaje.

Es una película que plantea el declive de una estrella, la soledad del éxito... Se plantea también algo que a Seller le marcó muchísimo; su personaje del inspector Clouseo, del que no logró librarse nunca. A él no le gustaba, él quería papeles más serios, no quería encasillarse en eso, pero la industria y el negocio del cine le pudo más. Su decisión solo podía ser sí o sí al inspector Clouseo.

Lo mejor de la película es toda la parte final, donde se trata con una especial delicadeza y sensibilidad su etapa final. Destacando como puso toda su ilusión en el que sería uno de los pocos papeles serios de su filmografía en “Bienvenido Mr Chance”, donde demostró que efectivamente no era un actor encasillado y que podía salirse sin problemas del inspector Clouseo.

Destacar a los actores, evidentemente al protagonista Geoffrey Rush, que borda magníficamente su papel. También destacar la conseguida caracterización de Blake Edwars. Y destacar la música deRichard Hartley, que francamente hizo una partitura magistral para esta película. Y el guión que está realmente redondo.

En definitiva, es una película para todos los amantes del cine, para aquellos que quieran saber cual es la otra cara de la fabrica de los sueños, y para todos aquellos que hemos comprendido que, una cosa es el cine y otra mucho mas peligrosa la vida...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Oscar
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7 de mayo de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no lo parezca a la primera, hay mucho amor y dedicación en esta introducción a la vida y muerte de un gran actor al borde de la locura casi siempre y en el corazón de la locura demasiado a menudo.

El guión toma decisiones por momentos confusas, arbitrarias. De la mucha vida de Peter Sellers con sólo 54 años había que tomar partido, y lo que se ha escogido es por momentos sensacional, en otros algo tedioso, pero en general emocionante, trepidante, con menos gracia que desazón porque hay que atravesar zonas muy complejas de enorme riqueza dramática. En todo momento el genial actor se presenta en un más difícil todavía entre la ficción y la imposible realidad, entre sus múltiples caracterizaciones en las que se siente creador pero no feliz, nunca es feliz, excepto cuando gasta mucho dinero y vive intensas experiencias sexuales.

El rostro poco amable de Sellers en la realidad fue ampliamente difundido en reportajes y libros; aquí hay una aproximación con calidez humana gracias, en gran medida, al trabajo excepcional de su protagonistas y el férreo guión, pues por un lado G. Rush no imita, reinterpreta, al tiempo que interpreta a personajes secundarios como mostrándolos por sus propios ojos, y por otro lado, los momentos grandes de algunos trabajos de Sellers se representan con unas capacidades diferentes, siempre huyendo de la imitación. Sellers era un gran actor, Rush, también, y entre los dos coronan este viaje doloroso, tremendo hacia la locura de un hombre con una creatividad emocionalmente infantil, incapacitado para amar, y también incapacitado para quererse un poco a sí mismo: lo que hace es perseguirse a través de los personajes que interpreta.

El final es una interpretación realmente genial de su final. ¡Un tète a tète sin palabras: con el futuro y su incapacidad de afrontarlo!

El reparto ayuda muchísimo a encajar la compleja manera de enfocar esta historia con tantas aristas; cada intérprete tiene un talento fuera de lo común: dos gestos, dos miradas y está todo hecho, yendo más allá de su propio texto: Margolyes compone una madre todopoderosa y terrible, Peter Vaughn un padre débil y soñador como será su hijo... Admirable Emily Watson como su primera "y eterna" esposa, aunque se casó cuatro veces; Tucci hace un Stanley Kubrick sensacional, como excelente resulta el Blake Edwards de Lithgow, pero mención aparte para la hermosísima Theron que reconstruye a la hermosísima Britt Ekland, la más famosa de las esposas de Sellers.

(Paso al spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
horacio
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13 de julio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Sellers ingresa en ese vasto catálogo de artistas con crisis de identidad. Ya lo decía y lo dice el abc psicológico: "el artista solo funciona como tal cuando el sujeto en cuestión está un poco trastornado". Dicho y hecho, ese conductor radial devenido en actor/estrella de Hollywood da la nota una vez más.

Ahora bien, ¿cómo enfoca dicha crisis la película? De manera inocente, pero no ingenua (¡que no son sinónimos, joder!). Mejor dicho: utiliza la aparente inocencia de Sellers para construir a partir de allí la mirada que el comediante nos devuelve sobre su mundo. El montaje lo evidencia: oscila entre la locura tierna y el ejercicio lúdico. Entonces observamos ese entorno saturado de colores chillones; diálogos ampulosos, retóricamente trabajados; cortes bruscos de situación y de locación con breves puentes encarnados por el mismo Sellers cambiando de rostro, rol e identidad. Formalmente, la obra está tratada con manos hábiles. Si te logras meter en la trama, diversos pasajes se tornan hipnóticos. No obstante, una vez que se ha tomado distancia surge una tendencia bastante manifiesta: Llámame Peter se preocupa más por mostrar el lado juguetón de la propuesta que de testimoniar el tormento del protagonista. Esto no representa, en este caso, un error: contar "jugando" es una forma de matizar un tema que, presentado en forma de drama puro ("puro" porque posee elementos de drama sin entrar de lleno en él), hubiera sido difícil de digerir.

Por otra parte, si bien Llámame Peter entretiene, tampoco podemos tildarla de película pasatista. Posee su cuota de ambición. Le huye al lugar común y aprovecha la disociación de identidad de su protagonista para generar una fusión de planos ficticios: adentro de cámaras o fuera de ellas, la barrera comienza a deteriorarse cuando se aplica la mirada subjetiva de un personaje que no está ni de un lado ni de otro.

A su modo, Sellers nos recuerda a ese padre "timburtoneano" de The Big Fish: un personaje que de tanto fantasear terminó por formar parte de sus propias fantasías.
Juan Rúas
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