Seda (Silk)

Lo primero que pensé cuando terminé de ver Seda es ¿cuál es el propósito de la película? Porque por un lado la cinta no tiene ninguna intencionalidad de transmitir al espectador algún mensaje histórico, filosófico o simplemente tratar de innovar a transgredir, no está hecha para un público exigente, pero tampoco ofrece muchas alternativas para un público que busque algo más comercial, ya que el romance que propone no se ajusta tampoco a los cánones de Hollywood o al cine de época. Parece una película realizada para decepcionar a unos y a otros, sin chicha ni limoná. Baste decir pues que se trata de una película romántica en el sentido más amplio de la palabra, por la historia de amor que la sustenta y por el ambiente exótico y aventurero que mueve al personaje principal viajando a través del mundo hasta Japón con el objetivo de encontrar huevos de gusanos de seda para cultivar los capullos con los que fabricar ricos tejidos en Francia. La ambientación histórica e incluso la curiosa actividad económica que se genera en el siglo XIX son ingredientes más que suficientes para hacer una buena película, pero el primer fallo del guión es no aprovecharlo. El filme sigue un único camino, el extraño triángulo amoroso a distancia que genera la historia, los aspectos de la vida en la época o de la gestión de tan peculiar negocio en ese siglo quedan en un muy restringido segundo plano y el espectador se queda con las ganas de saber más acerca de todo ello, se abre el paladar pero no se sacia la curiosidad. Tampoco la historia de amor resulta convincente, intenta fortalecerla la película por la extraña situación en la que nace y por algunos enigmas que encierra, enigmas que tampoco aclara y que por tanto no satisface ni al más ñoño espectador en busca de un beso de película porque realmente no se adapta al cine más convencional, ni tampoco al más inspirador, se queda atascada en ese especie de limbo sin mucha alternativa.
Y sin embargo Seda no resulta un fracaso total por algo que la caracteriza: El dinero. Detrás de la película hay una dirección técnica y artística sublime. Comenzando por la prodigiosa fotografía con espacios naturales que el protagonista va descubriendo a lo largo de sus viajes a Japón, la brillante escenografía japonesa, con la construcción de una aldea nipona preciosista y convincente, el vestuario preciso en cada momento para tan largas jornadas de viaje, la configuración del precioso jardín que idean en Francia. Todo el aspecto de ambientación de la película está realmente logrado, y a poco que el guión estuviera mínimamente afinado para contar algo con más vehemencia, la película hubiera aprobado con soltura sólo por los logros en este apartado, pero el guión es insustancial, aburrido a veces, incoherente y superficial.
Tampoco ayuda la labor interpretativa a arañar décimas a la película. El matrimonio Michael Pitt y Keira Knightley no ofrece complicidad, sus expresiones amorosas están barnizadas de un romance con aire de epopeya poco conjugado, no se transmite tan presumiblemente eterno amor y en cuanto a las relaciones japonesas, resultan de por sí poco verosímiles y no hay interpretación que las salve.
Queda pues sólo una película contemplativa, de una gran belleza visual, encuadres preciosistas que al menos ofrecen un recoveco para acoger el alma más romántica del espectador y la sensación de que no es una película del todo comercial, aunque tampoco se sepa muy bien lo que es.

Frases de la película en Spoiler

¿Qué se puede decir de una película que te deja boquiabierto durante 110 minutos?

Pues, obviamente muchas cosas.

Es una película ante todo, cultural y emocional:

-cultural: os llevará por lugares, paisajes, ambientes, y situaciones que solo el cine sabe mostrar. ¡Chapeau! Para el cámara.
-Emocional: tiene su toque, veréis como os toca el corazoncito.

Ante todo, quiero destacar la capacidad de inmersión de la película. Tiene toques de “el último samurái”.

Es una película de la que se aprende mucho y la recomiendo a los románticos, espirituales y amantes del cine hermoso.

Es una película de la que se aprende mucho y la recomiendo a los románticos, espirituales y amantes del cine hermoso.

¿Por qué?

1-Te lleva a la época en la que los comerciantes viajaban cientos de kilómetros durante semanas o meses para conseguir un artículo que no tengan en su país.
2-Comparas la cultura occidental y la oriental como pocas hace.
3-Tiene una voz en off que te sitúa en cada ambiente para que nunca pierdas ese toque espiritual majestuoso que tiene.
4-Los peligros emocionales que tienen los largos viajes, si te dejas cautivar claro.


No puedo dejar pasar la sorpresa que tengo por las críticas y puntuaciones que tiene la película en esta página, ya que me parece que están hablando de otra película, lo digo con el máximo respeto, pero es que es la realidad. Cosa tan bella y bien hecha, no se merece esas puntuaciones sinceramente. Cada uno que decida en cualquier caso. Solo decir que yo la vi en V.O. y es una maravilla, ¿quizás en traducida al español pierde horrores? No sería una sorpresa.

Estén de acuerdo o no, saludos a todos.

¿Cómo se puede hacer una película que dispone de un argumento tan exótico un producto tan vulgar, aburrido, insoportable, soporífero, carente tanto de interés como de emoción, cutre, absurdo, soso y ridículo? Pues bien, vean esta película y cambien decorados y actores y ahí lo tenéis.

He de añadir que tras la trayectoria de films de Keira Knightley sobre dramas de época han sido varios los intentos que he hecho por visionar este metraje. Me ha sido imposible en las 5 ocasiones que he intentado verlo.

Heroísmo fue el mío cuando, tras mi cuarto intento, en el quinto conseguí alcanzar los 50 minutos de metraje más insoportablemente tediosos que han visto mis ojos. ¿Luego alcanzará el culmen del éxtasis este film? Ni lo sé, ni pienso intentar terminar de ver similar bodrio barato.