Seda (Silk)

Menudo tostón. Película aburridísima, tediosa y soporífera. Me costo un huevo no quedarme dormido.
No hay nada digno de reseñar. Tal vez la fotografía, pero termina siendo empalagosa. El guión es completamente absurdo y está penosamente adaptado. Nunca da la sensación que el tio se pegue realmente esos viajes al Japón de mediados del siglo XIX. Parece más bien que se monta en un AVE y que va y viene cuando le da la gana.
Las interpretaciones son lo menos creible y sosas que recuerde en mucho tiempo. Ni Keira Knightley se salva. Está desconocida, no se mete en el papel en ningún tramo del metraje y Michael Pitt, pues...¿quien coño es Michael Pitt?. Alfred Molina pasaba por ahí, como casi siempre.

Película para olvidar, solo recomendable para un domingo de resaca porque la siesta que te pegas es de órdago.
No perdais el tiempo con ella.

PD: Espero romper rapidamente la dinámica que llevo ultimamente. Entre este bodriete, Jumper y una que pillé el otro día en el cable que llevaba por título Secuestro.com(que mala es por Dios), tengo la sensación de estar viviendo en otro planeta.

La película es monótona, repetitiva, aburrida, no se profundiza en casi nada, el actor principal lo hace mal (no tiene ni carisma ni glamour). No conocemos bien el fundamento de la historia. Lo único positivo: la música y algunas bellas imágenes, además de la presencia (insisto: la presencia, porque su actuación deja que desear) de Keira Knightley, una actriz que creo que se está empezando a sobrevalorar y que se está anquilosando en ciertos papeles, que acabarán por encasillarla.

Una historia de reiterados viajes, primero a Egipto y luego varias veces al Japón en busca de gusanos de seda para una industria de una población francesa en 1862. Hervé Joncourt (Michel Pitt) aunque bien casado con la bella, amante y condescendiente Hélène (Keira Knightley) se interesa por una joven japonesa (Sei Ashina), se obsesiona y se muestra melancólico y deprimido. Una película extremadamente lenta en que los personajes casi no hablan, los japoneses hablan en su idioma, sin subtítulos, los franceses en inglés y los viajes se reproducen en secuencias de "diapositivas" o escenas aisladas de diversas geografías. Un intento de producir bellas imágenes con un elenco que no es malo pero con un guión sin mucho interés, de profunda melancolía.

Arranca la película con una escena de gran atractivo visual y esa misma fuerza permanece tímida, oculta; bajo una historia aparentemente sencilla, ¡aparente común! ¡Para retomar esa fuerza al final y de forma sorprendente! Hasta llegar a la lágrima del espectador más duro; que cuando es tarde se siente atrapado por la belleza y emotividad de esta película discreta y tan sutil que pasa desapercibida...

Técnicamente rasga apenas lo notable acercándose más a la correccion. Buen diálogo. Fotografía de gran belleza. Buenas escenas. Sutil narración... ¡Es una película visual y psíquica! Y ahí está el gran fallo del director: los protagonistas. Cuya interpretación debería ajustarse a la profundidad psicológica de la trama y sus personajes. Keira (lejos de ser una estrella del firmamento) va mejorando en su faceta de actriz y en ella recae, realmente, la acción. ¡¡Porque el muchacho es de una sosería soporífera!! ¡No se le mueve ni un músculo de la cara cuando regresa de ponerle los cuernos a su novia! ( por ejemplo) cuando su personaje es dulce, bueno y sentimental. Y eso determina la nota; dejando , definitivamente, la historia y narrativa como protagonistas.
Se echa de menos la fuerza allá por la mitad de la película que, como digo, concentra su potencial justo en su principio y fin. Algo arrítmica. En algunos tramos se excede de explícita; en otros se echa en falta.

¡¡Aún así una peli sorprendente!! Sentimental pero no sentimentaloide. Sutil. Inteligente. Sencilla. Nada pretenciosa. ¡¡Bella!! Y no es fácil encontrar una película que sorprenda, favorablemente. Enmascarada: complejidad en lectura sencilla. Final cerrado pero de libre significado, dejando al espectador a su juicio y criterio... Haciendo reflexionar...

Un drama realista para los que no les importa derramar alguna lagrimilla ¡¡pero tampoco llorar a moco tendido!!

Creo que no he entendido esta película. ¿Es una historia de amor? ¿De pasión? No entiendo las motivaciones del personaje principal, Michael Pitt, ni de la concubina japonesa, como se puede enamorar uno tan locamente de una persona que has visto una vez, y con la que ni siquiera puedes entenderte. No entiendo el porqué de los viajes del protagonista a Japón, y me resulta difícilmente creíble que, en el siglo XIX y sin entender el idioma, a uno le fuera tan fácil conseguir que le guiaran hasta un feudo perdido en Japón a comprar huevos de gusanos de seda. ¿Y quién le enseñaría a hablar francés al susodicho señor feudal japonés?
No he leído el libro, cuando lo haga igual puedo llegar un poco más al fondo de esta historia que, al parecer, "enganchó" a tanta gente. La película, desde luego, es bastante sosa. Salvo tan sólo la música, que es bastante bonita y acompaña adecuadamente a ciertos momentos de la película, cuando no hay diálogo. Y ciertos paisajes y escenas, que son estéticamente muy bellos.