A sangre fría

Un thriller bastante correcto que no innova demasiado y se mantiene dentro de los parámetros esperables jugando muy bien su baza de la ambientación en la Norteamérica polar, con desoladoras extensiones de nieve, hielo y tormentas. En ese paraje intranquilizadoramente hostil de por sí, “La huida” confronta a unos delincuentes a la fuga con unos lugareños del culo del mundo de una forma algo previsible en cuanto a desenlace, pero con buena mano para desarrollarlo. De los primeros papeles serios del hoy cotizado Hunnam, muy bien rodeado de caras consolidadas, pero demostrando que ya entonces tenía un don. "La huida" es rutinaria (lo sabe ella y lo sabes tú), pero tiene un pase.

Hubo un tiempo en que Olivia Wilde me parecía de una belleza indescriptible. Aquí, con más maquillaje de lo habitual en ella, incluso le desfavorece, aunque sigue siendo un espectáculo verla.

La película tiene un comienzo potente, con dos subtramas que más adelante se suman en una sola, pero que no consiguen ser creíbles para el espectador. Y a partir de ahí la trama avanza pero hacia un pozo sin salida. Querer enredar artificialmente la historia, la lleva irremisiblemente hacia un callejón sin salida, quedando un final que probablemente no satisfaga a nadie. Una pena, porque esta "road movie" sobre nieve apuntaba alto.

Tras robar un casino y sufrir un accidente de coche en medio de un bosque nevado, los hermanos Addison (Bana) y Liza (Wilde), de forma inverosímil marchan cada uno por su lado. Dos huidas.
La tercera es la de Jay (Hunnam), un ex boxeador que acaba de salir de la cárcel con libertad condicional y lo primero que hace es ajustar cuentas con quien supone arruinó su carrera y lo llevó a la trena.
Después de un montón de peripecias por cabañas en medio de la nieve, a cual menos creíble, encontramos a los tres con los padres de Jay celebrando en su casa el día de Acción de gracias.
Mal guion, ya lo han dicho otros antes, que se deja a medio resolver muchas cuestiones y mete otras completamente gratuitas de relleno.
La realización eso sí es de acción frenética, con carreras, peleas y tiros sin parar. Muertos y más muertos.
Buena escena con las reflexiones personales de los protagonistas antes de comerse el pavo. Al menos nos explican un poco las cosas.
Tres huidas, pero el aficionado al cine de acción más o menos negro no hace falta que huya. No lo pasará mal, pero sin tirar cohetes.

Es la palabra que me viene a la cabeza cuando recuerdo Deadfall. Una tormenta de nieve que cuando pasa, sólo deja silencio. Stefan Ruzowitzky no arriesga demasiado en su apuesta, dejando el reparto como lo más interesante de lejos, junto a una trama bastante manida.

Eric Bana, quien ha demostrado ser buen actor en otras cintas, aunque personalmente se le desaprovecha en este tipo de cine comercial, es lo más destacado junto Charlie Hunnam, conocido por la serie Hijos de la Anarquía, que, de paso, recomiendo encarecidamente. Kristofferson y Spacek ponen la nota experta a la historia, que peca de simple: tras un atraco y posterior accidente de coche, se desarrollan los hechos, que de manera fortuita se enlazan al final. De por medio, mucha nieve, algo de violencia y una historia de amor cogida por los pelos entre Hunnam Y Wilde. Lo demás, transcurre a trompicones mientras el espectador se va imaginando la traca final. Es decir, que Deadfall resulta un proyecto del montón con caras conocidas, como suele ser la tónica. Una historia más con esperado final donde al menos se logra mantener el interés sin demasiadas pretensiones. En mi caso, el cartel me atrajo por la presencia de Eric Bana.

También me parece interesante apuntar, que tal y como solemos traducir los títulos en nuestro país, no me extrañaría nada que alguna cabeza pensante la bautize con algo como "Fugitivos en la nieve".
Y poco más que decir, amén de resultar recomendable para una tarde en blanco de esas que todos solemos tener.

Una tormenta de nieve, que tras pasar, pronto se olvida.

“La huida (deadfall)” como su título indica parte del punto de partida de dos hermanos y un exboxeador que huyen de la justicia ambos por diferentes motivos y que por una serie de sucesos casuales terminan cruzando sus caminos, nada fuera de lo normal si no fuera porque esos hechos son muy pocos creíbles y las casualidades se admiten 1 o 2 pero cuando son tan numerosas ya se pierde verosimilitud en la historia hasta el punto de no creerte nada de lo que sucede, dando lugar a escenas realmente ridículas y fuera de lugar.

Algo llamativo es la ambientación de la historia en una ventisca por lo cual todo sucede rodeado de nieve y deja algún que otro plano bastante llamativo pero esto es una simple anécdota en una película llena de incoherencias y algo confusa.

Siempre queda la esperanza que con un final digno se ponga algo de orden dentro de tanto desbarajuste pero no es así, rematando la película con un final insulso y decepcionante reforzando el mal sabor de boca dejado sobre todo por una historia llena de agujeros de guion y sin sentido.