A sangre fría

Los hermanos Addison y Liza (Eric Bana y Olivia Wilde) acaban de robar una fuerte suma en un Casino. Cuando escapan en un automóvil junto con un tercer sujeto por una nevada carretera, sufren un aparatoso accidente. Muere uno de ellos, pero los hermanos sobreviven.
Película dirigida en los Estados Unidos, con buen oficio, por el director austríaco Stefan Ruzowitzky, que firma este tenso y a veces disparatado thriller que pretende ser una exploración de la naturaleza humana y la frontera que separa el bien y el mal, lo cual que apenas llega a conseguir. El guión de Zach Dean está cargado de exabruptos, giros y lagunas evidentes; un guión confuso y alborotado. Está bien la música de Marco Beltrami, y es bastante meritoria la fotografía de Shane Hurlbut. Por cierto que esta Huida, nada tiene que ver ni por temática ni por calidad con la mítica película La huida (The Getaway), 1972, de Sam Peckinpah, con Steve McQueen y Ali Mac Graw.
El reparto es irregular, con estrellas importantes entre los jóvenes, pero sobre todo en los personajes mayores, estrellas muy conocidas y de relumbrón. Los actores protagonistas hacen actuaciones irregulares. Actores y actrices que cumplen su cometido, unos mejor que otros y de manera más o menos creíble, como el famoso Eric Barna, mediocre como hermano atracador de apariencia tranquila inicialmente y que deviene en psicopatón asesino en serie; Olivia Wilde, regular como arrebatadora hermana seductora y auténtica femme fatale; Charlie Hunnam, bien en su rol de ex-convicto y problemático boxeador; Sissy Spacek, estupenda en su rol de madre de Jay; Kris Kristoferson, magnífico como padre severo de Jay y sheriff retirado; y acompañan bien otros secundarios como Jason Cavalier, Kate Mara, Treat Williams, Alain Goulem, Allison Graham, Patrixk Kerton, Sarah Hansen, David Goff y Benoit Priest.
Cuando hace unos días empecé a ver esta película me atrajo el encuadre blanco, las estupendas vistas de ventisca y nieve, así como un arranque que parecía prometedor. Cuando hay nieve, sobre todo en películas de terror o tipo thriller, este aspecto tiene un significado de aislamiento; e incluso de descomposición moral interior en medio de la blancura exterior; o espacio hostil en el que poner en marcha el instinto de supervivencia, aunque sea a costa de teñir de rojo otros devenires. Entonces, esta panorámica del Michigan más septentrional me sedujo y me hizo pensar que estaría ante una cinta recomendable.
Creo que es un film que se acerca más a una peli tipo B que se hunde con estrépito en una trampa (deadfall) en toda regla, tanto para la historia como para el espectador. Este melodrama de suspense se queda en ese punto medio en el que uno no se atreve a levantarse y largarse, ni tampoco queda satisfecho cuando acaba. Es un “entre-dos-aguas” y al final, te alegras de que se haya acabado, antes que te salpique un dedo o cualquier otro miembro de los que varios que se seccionan en la peli.
Tal vez, es un suponer, el director de tan difícil apellido, Ruzowitzky, haya querido construir una historia donde un grupo de personajes van a la deriva buscando una salida airosa a sus incontenidos impulsos, e incluso cierta forma de redención. Lo que ocurre, que si esta idea es (habría sido) generosa para poder hacer un film, en esta obra en concreto, los tales personajes, tras unos increíbles vuelcos del destino y algún truco inverosímil y un abuso de la variable azar, concluyen de forma atropellada.

El austriaco Stefan Ruzowitzky debuta en Hollywood con “La huida (Deadfall)”, un drama con estructura de thriller bastante imperfecto, para que negarlo, pero de agradable visionado.
“La huida (Deadfall)” nos narra la historia de dos hermanos que, tras perpetrar un robo, y en plena huida a Canadá, tienen un accidente. Tras dicho percance el objetivo sigue siendo el mismo, cruzar la frontera, pero ahora lo harán por separado para ser más difíciles de atrapar. El bueno de Eric Bana huye sembrando el caos a su paso y sirviendo de cebo a la policía mientras su hermana, Olivia Wilde, intenta beneficiarse de ello en una huida más silenciosa, mientras utiliza al bueno de Charlie Hunnam para su causa. Mi principal problema con la cinta es que toda la historia resulta muy forzada, todo sucede de forma muy artificiosa. Y quienes se llevan la palma de esa excesiva falsedad son la pareja compuesta por Wilde y Hunnam, su historia de amor no hay quien se la crea, y si tenemos en cuenta que el amor es lo que mueve esa parte de la trama, mal vamos con el resto. Igual parte del problema resida en la falta de química entre los dos interpretes, ¡quién sabe!, pero lo que tengo claro es que no me han funcionado. La parte de Bana resulta más creíble y convincente, a pesar de la vorágine de locura que la preside; también seguramente porque el actor tiene bastante más carisma.
“La huida (Deadfall)” es claramente un film que va de menos a más. Alrededor de nuestro triangulo protagonista circulan una serie de personajes que el guionista Zach Dean va situando en el tablero de tal forma con una única finalidad, desembocar en la tan esperada como anunciada eclosión final. Dicho clímax, dentro de lo que cabe, no está mal, pero me queda la sensación de que a la película le han faltado unos últimos cinco minutos que cierren en condiciones la historia, todo queda como cortado a tajo, muy brusco.
En definitiva, “La huida (Deadfall)” no descubre nada nuevo, eso es más que evidente, pero posee un reparto que ya quisieran muchas películas, y una trama que, pudiendo, no se entrega a la acción fácil. Cosillas que al final equilibran la balanza no dejando tan mal sabor de boca.

Como aquella de Steve McQueen con Fassbender y Mulligan, dos hermanos castigados fatalmente por un terrible pasado familiar, esta historia se deja ver muy agradablemente y con interés y disfrute hasta un fallido final, en falso cierra, lamentable por excesivo y lioso y forzado y estrepitoso y en el que se confirman los peores temores o las ambiciones mal desarrolladas en la construcción de los personajes más grandes que la vida a los que se les somete a demasiada tensión y problemas y dificultad y horrorosas complicaciones paterno filiales sin ni un segundo parar.
Kate Mara con Treat Williams, el boxeador Hunnam con Kristofferson y los dos protagonistas, Bana y Wilde, con su padre, todo es dolor y fracaso en esas tortuosas relaciones.
Dos hermanos que se protegen/aman frente a un mundo hostil, se juega en ese sentido hasta con la ambigüedad incestuosa, un hijo que falló/traicionó a la educación recibida y una hija que carga tan injustamente con la culpa de una madre que se fue para no volver. Callejones sin salida, jeroglífico, vidas cruzadas, ominoso destino, una trama regada de nefandos crímenes que no está tan mal a pesar de su final o de su exagerado narrativo caudal, ese afán.

A uno se le viene a la cabeza la magnífica "Fargo" cuando comienza a ver esta película, y eso no es precisamente una ventaja para "La huida". La famosa película de los hermanos Coen confluye en algunos aspectos con la que nos ocupa, manteniendo la tensión del thriller de principio a fin.

Lógicamente no aguanta comparaciones y es por eso que es mejor olvidar y disfrutar de una película irregular que se contagia muy pronto del paisaje, y a la que le falta brío y emoción para ser un poco más particular. El director rueda de manera impersonal una película que juega con la capacidad que imprima a sus personajes de empatizar con el público, y que no presenta a los roles ni muestra sus vidas desde el comienzo de los problemas. Hubiera sido interesante ver algo más que el presente, aunque hubiera sido en forma de flashbacks.

"La huida" es en el fondo una historia de personajes con buen corazón inmersos en situaciones complicadas, que necesitan ser queridos y arropados, y es difícil transmitir esos sentimientos cuando no hay pasión en la dirección. De manera fría van apareciendo las secuencias de la historia y el thriller mantiene la expectación, pero al no haber un misterio, todo tiene un final algo previsible.

Aún así, es muy interesante ver la adaptación de estos personajes al medio que les rodea y a unas vidas complicadas de vivir. Los personajes principales están correctamente interpretados, especialmente un Bana cuya mirada refleja dolor y obsesión, pero las mejores interpretaciones llegan de la mano de los secundarios Spacek y Kristofferson, contenidos y tristes, y que al final son eje importante de la historia.

Aunque su traducción natural es "Caída mortal", este thriller que llegó a las carteleras hispanoparlantes como "La huída" o "Sangre fría", es una cinta de suspenso que tiene un tono bastante sobrio en medio de las praderas heladas del norte de Estados Unidos.

Sin espectacularidades y jugando con delicados toques de oscuridad, "Deadfall" (2012) con Eric Bana, Olivia Wilde, Charlie Hunnam, Sissy Spacek, Kris Kristofferson, Jason Cavalier y Kate Mara -buen cartel de nombres- entrega entretención medida, sin muchos puntos altos pero tampoco con errores que nublen el juicio.

Es cierto que el guión parece poco ambicioso y deja con ganas de más, pero Eric Bana también ofrece una buena dosis de incertidumbre con un rol en el que rara vez puede vérsele torciendo el destino.

En cuanto a los baches en el camino, "Deadfall" entrega poco para la cantidad de tiempo que dedica a los diálogos y esa cosa almidonada termina por ser un poco molesta y como lo anterior, deja ganas de más al terminar.

Hubiera sido interesante jugar más con las cámaras en ciertas secuencias y agregar un buen condimento con la música, explotando la oscuridad del film, pero bueno, no ocurre y como resultado tenemos una cinta pasable, por suerte de duración acotada y que sirve para pasar el rato, nada más, porque a la más mínima distracción nos pierde.

Recomendación:
Pasable. Entretiene pero peca de poco ambiciosa y su dirección tampoco explota las potencialidades que podría haber alcanzado.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com