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Estrellas en mi corona

Western. Drama Un veterano de guerra civil llamado Josiah Grey (Joel McCrea) llega a una pequeña ciudad del sur de los Estados Unidos para ejercer su ministerio como pastor religioso. Grey tiene una familia y muchos amigos, pero pronto encuentra la fricción con algunos de sus feligreses. En seguida se crea una disputa entre su ministerio y el del joven doctor del lugar, que busca el tratamiento científico para curar a sus pacientes. La aparición del ... [+]
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
11 de mayo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra maravillosa película semidesconocida de un director que, indudablemente, hay que repasar.
Catalogada como western, se trata más bien de un drama rural y de costumbres con alto contenido espiritual que invita a la reflexión sobre dónde se encuentran las soluciones a la salud física y anímica de las personas.
Con un magnífico retrato de costumbres, Tourneur nos lleva a un pequeño pueblo, justo después de la Guerra de la Secesión y nos presentará a sus habitantes, construyendo con gran pericia a cada uno de sus habitantes, dotándoles de una personalidad bien diferenciada, sus formas de vida, sus maneras de pensar...Todo ello con cuatro trazos magníficos y pinceladas de sus formas de vida que nos instalan en ese pueblo rápidamente, como si siempre hubiéramos vivido allí.
Nos presentarán al pastor ( Joel McCrea) y sus encontronazos con el joven médico, recién instalado allí que pronto sostendrán una cierta rivalidad sobre la prioridad de sus respectivas profesiones. Pero la peli no se limita a una mera confrontación ciencia, religión, como podríamos suponer, sino que abarca mucho más.
El ser humano tiene muchas necesidades físicas y espirituales y la ayuda puede provenir de muchas maneras y de muchas personas.
De la ciencia, que sana el cuerpo y lo encarna el médico, de la religión que cura el alma y lo encarna el pastor. También de la generosidad y la nobleza que lo encarna el agnóstico Jed Isbell y de la psicología que vuelve a encarnar el pastor que se sirve de este recurso para salvar a un negro de sus propios conciudadanos.
Todo vale y todo lo necesitamos, venga de donde venga. Si nos hace bien, bienvenido sea. Como si una cosa fuera más importante que otra.
Una excelente película que no se puede dejar de recomendar. Qué estúpidos somos dejando que mueran estas películas.
Quiero llamar también la atención hacia la cantidad de extraños aparatos que he visto en el film que me han llamado la atención.
Aparatos como arcaicos peladores de frutas y verduras, una especie de ventilador, o no sé muy bien que era eso, una especie de extraña rueca...No sé, no me daba tiempo a fijarme bien, pero no cabe duda de que se han provisto bien de aparatos propios de esa época para la mejor ambientación del film que sin duda contribuyen a dar mayor autenticidad a la historia. El director ha sabido meterte en ese pueblo, no hay duda.
Emocionante y humana.
Izeta
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3 de enero de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso fue lo primero que me impactó, hallarme ante una película en la que, independientemente de virtudes o defectos, su contenido era como un bálsamo frente a todas las producciones que nos ofrecen hoy tan llenas de negrura, de fealdad, de ausencia de ética, de odios intrínsecos, de ideologías encubiertas, de degradaciones antinaturales. Parecía cine hecho en otro planeta, fresco, vital, esperanzador, sencillo. Como digo, aunque pueda tener aspectos criticables, la cinta en su conjunto tiene ya ese valor intrínseco, y es que al finalizar su metraje puedes sentir en lo que mayormente se ha convertido el cine de hoy.

Alguien dirá que es una película llena de contenidos propagandísticos (el tema de la religión) o de ñoñerías varias; que el argumento es infantil e increíble, propio de mentes simplonas. Pero a mí me ha llegado todo el argumento de otra manera, por una sencilla razón: La historia está contada por un niño, son los recuerdos de infancia de un hombre que revive sus momentos desde las sensaciones del momento. Seguramente esta cuestión la han olvidado los más críticos con la cinta.

¿Los cánticos espirituales? Para mí son cánticos de alegría, de comunión con tus iguales. así los recordaba el chaval. Para quien tiene tirria por todo lo que suena a eclesial, los sufrirá, pero en mi caso veo un elemento que aporta vitalidad a los personajes de la historia (no soy ningún practicante católico).

¿La forma tan amable de las relaciones sociales? Recordemos cuando éramos niños (si no fue época traumática), sobre todo hace 40 ó 50 años, ¿Acaso no vivíamos el entorno con esa confianza? A pesar de que la visión es idílica, no deja de contener de una verdad potencial, pero eso solo lo saben los que en algún momento de su vida han saboreado esa realidad.

¿La cualidad del reverendo de autoridad pública? De primeras, agradecí la no presencia de elementos policiales en toda la historia. Ello permite conectarse con la posibilidad de una sociedad más libre, más responsable, más humana. Es cierto que el reverendo se arroga un exceso de autoridad, pero también es cierto que este tipo de personajes serán siempre necesarios si no hay un suficiente número de individuos con dignidad y valentía necesarios.

¿El reverendo aleccionador? En la escena con su amigo el herrero podemos comprobar que no, lo que mira es el corazón de las personas, no es un dictador, no está obstinado con que se vaya a misa obligatoriamente. En algún momento aparece muy prepotente (al llegar al pueblo) pero pienso que es la vulgaridad de los nativos lo que le lleva a ello.

¿Valores? La amistad, el compañerismo, el buen trato de pareja (hermosa la manera de ayudar el reverendo a su mujer), la convivencia positiva, la valentía para ayudar al indefenso (Cloroformo), la fortaleza para hacerse valer.

La película demuestra como, aunque tengamos las ideas que sea, lo que nos define como humanos son nuestras acciones y no las palabras que exhortemos.

Sorprendente todo lo que ocurre respecto a la aparición de una enfermedad en el pueblo. El médico quiere imponer su "quédate en casa". ¿No les ha recordado esa escena a lo que hemos vivido recientemente con la pandemia? ¿No se les han revuelto las tripas al comprobar con qué facilidad quién es autoridad te quiere encerrar sin suficiente fundamento? (como nos ha ocurrido hace poco).

¿La escena del viejo labrador negro y los que van a por él? Muy irreal, sí. Pero no importa, hay que recordar que el niño escondido es el que experimenta el momento.

En definitiva, un soplo de aire fresco frente al mayoritariamente demolido mundo cinematográfico de la contemporaneidad, un 7,5.

Ah ¿La escena del reverendo y la esposa del médico? ¿La escena final? (en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tombol
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16 de abril de 2013
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mío con Tourneur no tiene arreglo: he visto siete de las películas que ha dirigido, algunas de ellas con muy buena consideración crítica (esta que nos ocupa, sin ir más lejos), pero ninguna ha conseguido emocionarme lo más mínimo ni ocupar un lugar mínimamente relevante en mi memoria cinéfila. Cierto que ninguna me ha desagradado, pero no logro descubrir al brillante director que la crítica ensalza y defiende. Por lo que he visto, es más un competente artesano que otra cosa.

Centrándonos en esta "Estrellas en mi corona" (vaya con el himno de los mismísimos, no se me va el sonsonete de la cabeza), nos hallamos ante una película digna y entretenida, más cercana al espíritu Capra que al western tradicional, que logra sobrevivir a su espesa capa de moralina y almíbar a base de buen hacer interpretativo, de un guión trabajado y de una dirección escueta y eficaz. Aunque el tiempo no la ha maltratado demasiado, la película es hija de su época y hoy hay que verla con cierta condescendencia e inocencia, y, sobre todo, hay que creer en la bondad intrínseca del hombre para comulgar con un final bastante inverosímil.
Fali
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10 de abril de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al principio, parecía una apuesta entre la ciencia y religión, y viendo que el protagonista es Joel McCrea, pues ya se sabe quien gana.

Aunque la película no se trata de ver quien gana, si no de como se puede convivir, es un poco el reclamo de que la religión es tan necesaria como un médico.

Me chirría por algunas partes, es muy dada a la publicidad sobre unos actos religiosos, y que ir a la iglesia es tan importante como respirar.

No la suspendo tanto, porque también un tema muy importante, para mí el más importante de la película: el racismo, y concretamente el Ku Klux Klan, que aunque sea un poco light, pues me gusta el apoyo que hay hacía la persona negra.
edugrn
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21 de noviembre de 2013
12 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por mucho que la localización en espacio y tiempo lleve a pensar que se trata de una película del oeste, no lo es. Aparece un cura al que incluso Tourneur le pone una pistola en el cartel de la película pero no, Joel McCrea ni se parece a un tal Eastwood como jinete pálido. "Estrellas en mi corona" puede ser un drama religioso, un "drama sureño" o lo que sea, hasta una de piratas si quieren, pero lo que está más claro que nada es que no es una película del oeste. Ni "far west", ni sheriff, ni polvo, ni tiroteos, ni mala leche en ningún lado, y si llego a saber que este insufrible largometraje es lo que es me voy corriendo locamente a ponerme cualquier otra cosa.

La etiqueta de "western" es definitivamente falsa, de manera que ante lo que es, la historia de un pastor en un pueblo y sus quehaceres religiosos, yo me posiciono valorando la película lo más negativamente posible. Como ateo practicante, tanto yo como otros tantos, ante espectáculos tan lamentables no queda otra que posicionarse de forma radical. "Estrellas en mi corona" es una buena apología del buen pastorcillo de ovejas, realizada para el regocijo del que suele ir a misa los domingos a las doce, y por supuesto, para englobar en la fiesta al escéptico queda la siempre exagerada bondad cristiana. El ser humano es bueno porque es cristiano y si un cura dirige la orquesta se convierte en héroe y hacedor del bien. Aquí McCrea es más importante que el médico, es quien salva al negro del linchamiento y hasta consigue que el granjero que no pisa la iglesia acabe cediendo. Todo es tan despreciable...

Como buen cinéfilo llegué aquí por el nombre propio del director, Jacques Torneur es historia del cine y sorprende ver en su filmografía productos tan diferentes. No puedo hacer otra cosa que confesar mi decepción, esta película es de lo más lamentable. No puedo acabar sin mencionar, a modo de defensa, otros títulos también religiosos pero cuyo contenido no cae en lo empalagoso, en lo fastidioso y en lo cargante... Frank Capra y su "Qué bello es vivir", ese tremendo "Nazarín" del maestro Buñuel... No porque "Estrellas en mi corona" sea de temática religiosa y el espectador anónimo ateo practicante ha de ser una basura, aunque lo es en este caso. Lo que me mata es ese proselitismo despreciable...
Luisito
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