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El Hobbit: Un viaje inesperado

Fantástico. Aventuras. Acción Precuela de la trilogía "El Señor de los Anillos", obra de J.R.R. Tolkien. En compañía del mago Gandalf y de trece enanos, el hobbit Bilbo Bolsón emprende un viaje a través del país de los elfos y los bosques de los trolls, desde las mazmorras de los orcos hasta la Montaña Solitaria, donde el dragón Smaug esconde el tesoro de los Enanos. Finalmente, en las profundidades de la Tierra, encuentra el Anillo Único, hipnótico objeto que será ... [+]
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Críticas 485
Críticas ordenadas por utilidad
14 de diciembre de 2012
55 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Jackson afirmaba recientemente que más allá de todas las innovaciones técnicas que incorpora su nueva y esperada película, lo que a él de verdad le importaba era la historia que quería contar, y que a ese respecto eran los espectadores quienes iban a tener la última palabra.

Viendo la película uno piensa que más bien sea al contrario, y que la historia está al servicio de la espectacularidad resultando en una pérdida de la estructura narrativa y de la coherencia de los diálogos. Lo que pierde a la película es la innecesaria espectacularidad. Una exhibición constante de escenas recambolescas y exageradas que abruman al espectador. En muchas ocasiones parece fantasía barata, carece de esa credibilidad que tenía el señor de los anillos que hacía que te creyeras que aquello había sucedido realmente en otra época de la humanidad. Algunos personajes son forzados y sobreactudos, siendo el caso más fraglante el de Thorin, en un perpetuo enfado que no tiene razón de ser y que pierde su credibilidad tras abandonar la comarca. La película exhibe un deseo constante de hacer guiños a las películas de ESDLA, guiños que en muchas ocasiones no vienen a cuento y quedan mal (¿he oído un "venid insensatos"?), con un desfile de personajes de la anterior trilogía que no vienen a cuento y que solamente tienen su largo primerísimo plano para demostrar "que han regresado"

Sin embargo, hay momentos que alcanzan un grado altísimo de calidad cinematográfica, momentos en los que se muestra esa sencillez de cuento infantil que contiene el libro de Tolkien. Entonces uno se queda con la sensación de decir: "toda la película podría haber sido así, y sin embargo, por algún motivo, no lo ha sido". La sensación que me dejó no fue de enfado o indignación, sino de tristeza por la oportunidad solo a medias aprovechada.

Con respecto a la técnica, no he notado los frames de más, el 3D le añade mucha espectacularidad, pero como no anda falto de ella, a cualquiera que se quiera ahorrar esos euros de más ya estará servido viéndola en el 2D de toda la vida. Un recomendación, miradla en versión original, las canciones pierden muchísimo en la versión doblada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
aleixforcada
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16 de diciembre de 2012
50 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha hablado de "El Hobbit" desde su anuncio, cuando iba a ser una única película dirigida por Guillermo del Toro, hasta lo que pasó a ser después: un díptico y finalmente trilogía. Peter Jackson, conocido por su excesos, decidió además probar suerte con este filme para ser el primero en utilizar los polémicos 48fps, algo que ha recibido críticas de todo tipo (rara vez positivas) desde que se comenzaron a ver los primeros materiales en este nuevo 'formato', por llamarlo de alguna forma. Así que cuando finalmente se estrenó la película el pasado 14 de diciembre, con la resaca de las críticas norteamericanas que la ponían, mayormente, de cine infantiloide con aspiraciones épicas, parecía que todo estaba dicho. Que no se podía aportar nada. En parte así es: todo lo que se podía comentar sobre "El Hobbit: un viaje inesperado" ya se ha hecho. Tanto las verdades como las mentiras, las críticas irracionales y las que tienen una base. Por tanto voy a pasar de construir una reseña convencional y voy a soltar una serie de reflexiones al aire, según me vengan a la cabeza.

- A cualquiera que se lo haya pasado bien con la trilogía de El Señor de los Anillos le va a gustar El Hobbit. No sólo es que estén cortadas por el mismo patrón, es que el tono es inequívocamente el mismo, pese a que el material literario aquí sea más ligero (a todos los niveles) hay épica y fantasía, hay de todo. Y vuelven Gandalf y compañía, y hay escenas de una etapa intermedia con personajes como Frodo. Vamos, que es más de lo mismo, para bien y para mal.

- El tono está bien medido. Cuando debe ser épica (como en ese fantástico prólogo, las tomas de decisiones, etcétera) y cuando se suelta y se limita a retratar la vida de sus personajes: costumbres, cánticos, rencillas entre razas. Difícilmente puedo quejarme de esto, porque Peter Jackson lo ha sabido conducir con bastante buena mano.

- Duración: excesiva, sí, pero tampoco demasiado. A lo largo del metraje suceden todo tipo de cosas, hay tantos enemigos intermedios que la estructura difícilmente se resiente más allá que en los momentos en los que la historia se detiene en puntos concretos. Por ejemplo, algunas batallas son más largas de lo que podrían (pienso en la del subterráneo con los trolls) pero tampoco es un problema excesivamente gordo. No sobra ninguna escena completa, ni ninguna subtrama, así que por mi parte no tengo queja. Como mucho le dejaría en dos horas y media, vamos, 10-15 minutos menos que recortaría de batallas o secuencias de acción.

- "El Hobbit: un viaje inesperado" es, más que nunca, un trabajo de equipo. Es ridículo darle todos los méritos a Peter Jackson, cuando la película cuenta con una notable partitura musical de Howard Shore, por ejemplo, un trabajo técnico envidiable (maquillaje, efectos visuales) e interpretaciones de altura: un entregadísimo Martin Freeman, el siempre inmenso Ian McKellen, un sorprendente Richard Armitage, construyendo un impecable Thorin, pero sobre todo Andy Serkis, repitiendo como Gollum: decir que es lo mejor de la película es quedarse corto.

- Gollum: Andy Serkis es un actor maravilloso, quizá el más infravalorado de toda su generación. Los académicos y estetas se escudan en que sólo interpreta a criaturas digitales, como si eso fuese fácil. Su Gollum es espectacular, es capaz de representar dos papeles simultáneos sin que se noten las costuras, sin caer en los peores tics. Es un puro espectáculo. Y su segmento del film, en la cueva con Bilbo, lo mejor de las casi tres horas de "Un viaje inesperado".

- ¿24fps?: No sé si el haber rodado el film en 48fps ha podido afectar a que la conversión a 24fps para cines convencionales haya "estropeado" en parte la película, pero más que nunca los travellings y deslizamientos laterales de Peter Jackson se ven extremadamente borrosos, como si faltasen cuadros en la imagen y fuesen a saltos. De ser así, cualquier película rodada a 48fps en el futuro tendrá ese problema hasta que los cines se adapten... puede ser terrible.

- Críticas preconcebidas: de la misma forma que hay un segmento de gente que va a ver películas de directores de moda exclusivamente para criticarlas, con "El Hobbit" ha sucedido que las frases hechas de los medios norteamericanos han sido adoptadas aquí por aquellos que no tienen nada que decir. Nada propio. De esta forma, el gag recurrente de "es que ESDLA Son 3 libros, y por eso hicieron trilogía. Pero El Hobbit es un libro... ¡y es trilogía también! JAJOJAOJAOO" ya aburre, agota. Invitaría a toda esa gente a darse una vuelta por Google, buscando cuantas adaptaciones de historias cortas hay en la historia del cine. Pienso en Edgar Allan Poe, autor cuyos relatos de 20-30 páginas han sido convertidos en películas de 90 minutos. Por citar sólo uno. No se trata de lo largo que sea un libro, sino de cómo se le saca partido.

- Críticas preconcebidas (II): "Peter Jackson se quiere forrar a nuestra costa JOAJOAJAOA". Pues sí, el cine por mucho que le joda a algunos también es negocio. Pero es que encima os gusta, y después de ver "El Hobbit" seguro que muchos agradeceréis poder volver a la Tierra Media dos veces más, y no sólo una. Sois unos frikis, os compraréis los muñequitos de LEGO y los trajes de elfo y enano para los carnavales. Y os quejáis de "tener que ver" tres películas en lugar de dos. Ridículo.

- No, no he leído el libro original. Tampoco leí los de "El Señor de los Anillos", así que no puedo juzgar adaptaciones. Como tampoco pude hacerlo con la saga "Harry Potter". Yo juzgo las películas, exclusivamente, y puedo decir sin que me tiemble la voz que "El Hobbit" no es peor que "Las Dos Torres", por ejemplo. Es decir, como película, pocas diferencias artísticas con respecto a la anteriores. Aunque el abuso de efectos digitales en ésta quizá hagan que envejezca con mayor celeridad, eso es cierto.

Dicho todo lo anterior, me pongo el anillo y desaparezco al grito de "OLA K ASEI".
Caith_Sith
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13 de diciembre de 2012
55 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en 2001 se iba a estrenar El Señor de los Anillos: la comunidad del anillo, pocos creían que el director Peter Jackson fuese a realizar un buen trabajo en la adaptación de tan mítico libro de J.R.R. Tolkien. Había mucho que contar, demasiados personajes que presentar en apenas tres horas, decían los escépticos. Sin embargo, el neozelandés logró elaborar una más que notable película, encumbrada por su ambientación y su banda sonora. Sus dos secuelas no hicieron sino mejorar la calidad cinematográfica de la primera parte; no en vano, El Retorno del Rey se llevó once Premios Oscar, entre ellos el de mejor película y mejor director.

Tras el rotundo éxito de la trilogía, Jackson volvió a emprender una idea que permanecía en su cabeza desde la década de los 90: la adaptación de El Hobbit, también escrita por Tolkien, y que de hecho permitió al británico escribir posteriormente El Señor de los Anillos. Sin embargo, se presentaban dos problemas. Por un lado, el carácter más infantil de El Hobbit respecto de la trilogía que le sucedió (hay que recordar que en un principio Tolkien escribió la novela para sus hijos y no con un carácter comercial). Por otro lado, su escaso volumen: poco más de trescientas páginas. Una cifra escasa, que lo es más aún si tenemos en cuenta que Jackson planeó desde el principio dividir El Hobbit en tres películas. Con este dato, los más pesimistas vaticinaron que la adaptación al cine poseería cantidades industriales de ‘relleno’ para compensar la escasa duración que en un principio podría tener.

Sin embargo, desde los primeros minutos podremos comprobar que las críticas negativas hacia la obra de Jackson no girarán en torno a este punto. Al comienzo, la película nos traslada al agujero-hobbit de Bilbo Bolsón (interpretado de nuevo por Ian Holm en su versión anciana), quien escribe una carta a su sobrino Frodo narrándole una fabulosa historia en la que se embarcó sesenta años antes. Una historia que comienza en una tranquila mañana de la Comarca, con la llegada del mago Gandalf a la casa de Bilbo (ahora caracterizado por Martin Freeman). Esa misma noche, el hobbit recibe la visita de trece enanos, que le proponen embarcarse en un viaje arriesgado pero con un valiente propósito: recuperar en Erebor el tesoro y el reino que el dragón Smaug arrebató a los enanos hacía ya muchos años. A pesar de las dudas iniciales de Bilbo, el hobbit decide aceptar la difícil empresa y se une a los enanos y a Gandalf en un viaje que les deparará muchas dificultades en forma de orcos, trasgos, trolls… Y también algún viejo conocido de El Señor de los Anillos.

Rodada con la novedosa tecnología 3D a 48 fotogramas por segundo (el doble que hasta ahora), El Hobbit: un viaje inesperado no disminuye un ápice la calidad audiovisual de sus predecesoras. La fotografía y el diseño artístico permanecen enmarcados en una belleza casi sin parangón, a pesar de que se pierde buena parte de la epicidad que otorgaban los escenarios de El Señor de los Anillos. Lo que sí ha facilitado la tecnología es el diseño de los personajes no humanos, particularmente los trasgos y los trolls, cuyos rasgos faciales se ven claramente más definidos. La banda sonora, si bien se le puede achacar que en ciertos momentos recuerda excesivamente a la de la consabida trilogía, mantiene muy bien el tipo y facilita la inmersión en la película. Aquí también hay que destacar los efectos sonoros, que en el transcurso de cada batalla logran un impacto sensorial que hace temblar los oídos del espectador. Tampoco hay que achacar nada a la caracterización de Martin Freeman como Bilbo. El británico cumple con lo que se esperaba de él, dando vida a un personaje cuya interpretación en principio no gozaba de demasiada dificultad por el propio carácter templado que Tolkien imprimió al hobbit en su obra.

Por tanto, El Hobbit: Un viaje inesperado es una película totalmente recomendable a aquellos que quedaron fascinados con la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson. Pese a que en esta ocasión se pierda el factor sorpresa y parte de la gran carga épica de las anteriores películas, la nueva adaptación de Jackson merece una oportunidad. No olvidemos que esta película, al igual que las anteriores, es sólo la primera parte de una obra coral que quedará completa con las dos inminentes secuelas: El Hobbit: La desolación de Smaug se estrenará en 2013 y El Hobbit: Partida y regreso, con la que concluirá la nueva trilogía en 2014.
Kasanovic
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16 de diciembre de 2012
59 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda crítica, reseña, ensayo o texto escrito comienza, inevitablemente, con una palabra, una frase o una oración.
“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit.” Esta sería la oración que Tolkien escogería para desatar una de sus obras más famosas.
La oración que inicia mi crítica es, oficialmente, “En una butaca en el cine, había un espectador”. La palabra espectador deriva de la palabra latina "Expectatum" y comparte raíces con expectación, expectante, expectativas... Creo que ahora ya empiezan a intuir hacia donde me dirijo.

En una butaca en el cine, había un espectador.
Este espectador esperaba expectante. Esperaba regresar, una vez más, a la Tierra Media, ese paraíso que sólo la imaginación conoce, porque es únicamente la imaginación quien lo puede crear, recrear y, posteriorme, habitar. Un paraíso cuya puerta siempre se encuentra abierta a través del libro pero de la cuál sólo Peter Jackson tiene la llave a través de la pantalla. Y hasta aquí las introducciones pseudopedantes y prosaicas.

Todos hemos advertido lo que ocurre con las cuartas películas, sucesoras de trilogías anteriores. Entre los ejemplos más destacables se encontrarían la mediocre Amenaza Fantasma, de George Lucas “el oportunista” o La blasfemante Jungla de Cristal 4 de Len Wiseman “el profanador”.

Peter Jackson ya tenía su trilogía, una trilogía que, salvo algunos detalles, resultaba impecable. Ahora sólo tenía que hacer con ella lo que Steven Spilberg “el sodomita” hizo ya en su día con Indiana Jones cuando rodó el Reino de la Calavera de Cristal.

Y aquí empieza el despropósito. De discursos y diálogos épicos (porque recuerden que Peter Jackson inventó o reinventó precisamente el género ÉPICO), personajes soberbios, batallas legendarias y momentos gloriosos hemos pasado a una cofradía de enanos (cancioncitas incluidas) con Martin Freeman en el papel de blancanieves. Esta coproducción Disney-Pixar-Nadie (encargándose los primeros de las putas canciones, los segundos de la imagen y los terceros del guión) despierta de nuevo al Dragón dormido que son las trilogías de éxito. De hecho, la propia película es una metáfora en si misma. El dragón dormido (personaje de esta película, inspirado inconfundiblemente en Emilio Botín, “el usurero”) representa a las trilogías que son despertadas por la sed de oro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jeyrooby
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16 de diciembre de 2012
52 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pensé en más de una ocasión que me había equivocado de peli, y es que poco o nada se parece esta adaptación a aquel entretenido libro que leí años atrás.

La película es un gran ejemplo de cómo se mantiene la industria hollywoodiense últimamente. 0 ideas nuevas, 0 guión. 100% efectos visuales, eso sí.

Ya en la primera hora de película se ven las intenciones de los productores, que básicamente es meter paja para alargar innecesariamente el film y que dé para tres entregas. Además de resultar soporífera en más de una ocasión, las "aportaciones" al libro son tan ridículas que producen risa, como cuando los enanos se ponen a emular a Pavarotti juntó a la chimenea en casa del hobbit.

Si la trilogía del señor de los anillos era un gran ejemplo de cómo adaptar al cine exitosamente un libro en ocasiones tedioso, El Hobbit es un ejemplo mejor de cómo convertir un libro lleno de ritmo y aventuras en un tostón repleto, eso si, de efectos especiales.

Definitivamente una gran decepción.
Cengusiento
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