Bar Bahar. Entre dos mundos

Fiesta, alcohol, tabaco, música. Un escenario al que estamos acostumbrados cualquier sábado por la noche puede ser una utopía en países como Palestina. Donde la tradición y las costumbres priman por encima de la libertad personal.

Con el título, “Bar Bahar” (traducido tierra y mar), la cinta nos presenta dos elementos opuestos. Pero al igual que una isla puede aparecer en medio del mar, en una sociedad pueden surgir personas que no encajan con los modelos establecidos. Las tres protagonistas de esta historia representan “islas” que tratan de no hundirse en medio del océano; a pesar de las tempestades que se les presentan en su día a día en forma de amigos, familia o pareja.

Tres mujeres diferentes, tres historias distintas. A través de cada una de ellas la directora consigue llevar a la gran pantalla una realidad que sucede en su propio país. Pero esta vez el conflicto no es religioso. La trama se centra en el papel femenino en una sociedad con un fuerte patriarcado. Tres jóvenes con personalidades totalmente diferentes y vidas distintas, tienen problemas parecidos: encajar en la sociedad en la que viven. Y nos relata su lucha contra viento y marea por mantener los valores que las representan; aunque eso las aisle.

El papel de los hombres queda en un segundo plano. Pero todos ellos tienen algo en común, la debilidad de los personajes. La fuerza, la voluntad y el agarre está destinado a los papeles femeninos.

A pesar de ser una historia centrada en una sociedad diferente a la nuestra, extrapolar esta trama a nuestra propia realidad es realmente sencillo. El esfuerzo por encajar y hacer siempre aquello que los demás esperan de ti puede influir en tu propia felicidad.

“Bar Bahar” es una película que refleja perfectamente lo difícil que es ser diferente a los demás e íntegro a uno mismo. El dinamismo, un guion ameno y el buen trabajo de las actrices, consiguen que el público empatice con la historia desde el minuto uno. Con su debut, Maysaloun Hamoud demuestra que nada tiene que envidiar a la de directores más experimentados. Una obra que ya ha marcado huella en un cine casi desconocido como es el Palestino.

Ganadora del Premio de la Juventud en el Festival de cine de San Sebastián de 2016, Bar Bahar / In between es una magnífica ópera prima de Maysaloun Hamoud que narra la vida de tres chicas palestinas en Tel Aviv. Dejando de lado por una vez el conflicto israelo-palestino (al cual hay ligerísimas referencias a lo largo de la peli), In between se focaliza en la represión social que tienen que sufrir las protagonistas por no querer amoldarse a las expectativas que tienen de ellas.

La película posee un ritmo magnífico y unos personajes llenos de matices. Las tres historias son algo desiguales, porque dos de ellas evitan los lugares comunes y clichés mejor que la tercera. Se vuelve demasiado brusca hacia el final, queriendo contar algunas cosas en poco tiempo. También es excesiva en su idealización del mundo occidental, presentado excesivamente como ideal de libertad. Pero en su conjunto es muy disfrutable, por lo que sería una pena que no tenga suficiente difusión.

Como en otras ocasiones, creo que merece la pena ver esta película sólo por sumergirte en otra época, que es el presente para estas 3 chicas que comparten piso, dos judías y una palestina. También opino que el director junta a estas chicas para demostrar que Israel es un país moderno, de igualdad entre mujeres y hombres, frente al atraso de las costumbres palestinas, en las que los hombres subyugan a las mujeres admitiendo y justificando las máximas vejaciones y oprobios.
Destacar el heroísmo del padre de la mujer palestina que aprecia los cambios en su hija y se enfrenta a su prometido. Momento de aplauso merecido.
Sin embargo, el director no consigue convencernos del todo respecto de la igualdad de mujeres y de hombres en Israel, pues ellas tienen que pelear a diario por no dejarse pisar, amenazar a los hombre para que las respeten, ponerse a su altura con el alcohol, el tabaco y las drogas, para errar en una pretendida similitud entre sexos.
Quizá lo mejor es el mensaje global de que la libertad de las personas y la igualdad entre hombres y mujeres se abre paso a pesar de las tradiciones, a pesar del dominio machista en determinadas sociedades, a pesar de un culto religioso fuera de toda modernidad.

Dos mujeres de origen palestino comparten piso en Tel Aviv. Las dos compaginan su trabajo con una vida social muy activa, yéndose continuamente de fiesta con sus amigos. Pero, bajo esa capa de libertad, ninguna de las dos goza realmente de autonomía. Hijas de un entorno que les obliga a buscarse un buen matrimonio si quieren ser respetadas, Leila lo intentará continuamente con su pretendiente, mientras que Salma ve cómo su familia no para de buscarle futuros maridos cuya personalidad está lejos de lo que la joven desea. Una situación aun más complicada es la de la profundamente creyente Nur, que al principio queda asustada por el libertinaje de sus nuevas compañeras de piso pero que, conforme avance la relación entre ellas y la de la propia Nur con su prometido, verá la realidad desde una perspectiva muy diferente.

Bar Bahar (o Bar Bahr, conocida como In Between internacionalmente) es el nombre de la película que, narrando los hechos descritos anteriormente, pretende elaborar un retrato sobre la situación de las mujeres en aquel territorio. Maysaloun Hamoud, cineasta israelí de origen húngaro, dirige su primer largometraje dando muestras de tener las intenciones claras. La directora va de frente, trata de poner de relieve las circunstancias que aun hoy en día empañan el futuro de muchas mujeres como las que vemos en la pantalla, y lo hace con un espíritu de denuncia clarividente desde el primer momento.

De hecho, toda la parte inicial es lo mejor de Bar Bahar. Sin necesidad de inmiscuirse en burdos detalles, Hamoud traza con criterio la naturaleza y temperamento de las tres protagonistas. Cada una tiene su propia razón de ser y es sencillo encontrar un porqué que justifique la simpatía que despiertan casi desde la primera escena que las vemos. Además, los diferentes estilos de vida le permiten a la cineasta realizar una denuncia común: da igual si la mujer es fiestera o austera, si estudia o trabaja, si es hetero u homosexual. Solo por ser mujer, ya está condenada a que la sociedad espere algo determinado de ella sin que la afectada lo pueda modificar.

La valentía de Hamoud a la hora de representar ciertas escenas está fuera de duda. Sabemos que lo que nos está contando es verídico porque lo conocemos por otros medios. Ahora bien… ¿realmente Bar Bahar resulta creíble en su conjunto? La demonización es una de las tácticas más inmediatas para reflejar la bajeza de una persona o colectivo. Su facilidad de uso le convierte en una herramienta muy usada, como lo demuestra cualquier telefilm en el que los “malos” son siempre personas trastornadas o de una brutalidad inhumana. En este caso, Bar Bahar también cae en ese viejo error: lleva al extremo a algunos personajes de manera que lo que vemos no son personas, sino monstruos. La película pasa entonces a un escenario diferente, donde el tópico y lo previsible toman el mando de los acontecimientos.

De esta manera, Bar Bahar condensa sus méritos en las intenciones de la directora y en ciertos detalles (como las meritorias interpretaciones de las protagonistas). La denuncia social que Hamoud realiza es loable y necesaria, pero la denuncia cinematográfica no está transmitida con la habilidad necesaria. Bar Bahar utiliza demasiados artificios para dotar a sus escenas de una espectacularidad que termina por neutralizar cualquier intento de profundizar en el verdadero problema. La directora rasga la superficie con entereza y sensibilidad, pero no acude más allá. Por ende, el film se convierte en una pieza de buen ritmo, que alterna con corrección sus momentos, pero que no es capaz de ofrecer algo que verdaderamente impacte.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)

Interesante primer film de la realizadora Maysaloun Hamoud, mujer nacida en Budapest, pero que pronto regresó al pueblo del que era originaria su familia, en Israel.
Gran conocedora de la realidad de las mujeres palestinas que viven en Israel para ganarse la vida, retrata un universo propio de ellas, primero como simples mujeres jóvenes, con sus deseos, anhelos, ansias de libertad, busca del amor, del reconocimiento familiar, y luego como palestinas en un mundo machista muy cerca de sus verdaderos hogares, pero muy lejos en cuanto oportunidades, amén de todas las implicaciones políticas inherentes al ya demasiado antiguo problema entre palestinos e israelíes, que tanto sufrimiento y muerte lleva ocasionando.
Aquí, tres mujeres jóvenes, cada una con sus problemas y situaciones, viven y finalmente toman decisiones que cambiarán sus vidas. Una, que goza de una identidad sexual inaceptable para su familia, otra que va a casarse con un mal hombre al que no ama, y una tercera que encuentra el amor pero este no le acepta tal cual es.
Las tres se unirán y serán valientes, demostrando que la mujer hoy en día goza de inteligencia, valentía y determinación, apartándose del yugo del macho, de los integrismos religiosos y de los corsés familiares que castran sus libertades individuales volviéndoles sumisas y casi esclavas.
Como calidad intrínseca cinematográfica no es muy allá, lo importante es el contenido, las historias, las interpretaciones y la dúctil realización de Maysaloun Hamoud, que ha sabido narrar una película que gana según pasan los minutos, hasta hacerse interesante, honesta y dignísima.
Así se ha reconocido en diversos certámenes internacionales, como el del pasado Festival de Cine Internacional de Donostia, donde fue la cinta más galardonada.

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