Mamá es una asesina

Waters, ese ácido crítico de la sociedad estadounidense, en esta comedia alocada y original da vuelta a las convenciones sociales en manos de una Kathleen Turner de órdago. Sí, lástima que esté perdida por ahí esta película porque es divertidísima

Por si existía alguna duda, en esta singular película John Waters demuestra que en 1994 poseía un envidiable sentido del humor. Era mordaz, inesperado, cáustico y brillante.
Además sabía contar historias, imprimirles ritmo, transmitir tensión, crear energía narrativa y dejar un sello personal que conseguía con facilidad la connivencia y la complicidad con el público.

Desde las escenas en que predomina el esperpento hasta los momentos en que el realismo más ortodoxo o la ternura familiar se apodera de la pantalla, el director sabe que puede contar con el espectador para que éste sea su testigo de excepción.
Y, por eso, no le oculta nada.

Pese a que el argumento no es muy original, el resultado si lo es... Se han tocado las teclas adecuadas para que la parodia no lo parezca.
Kathleen Turner lejos de aquellos años donde se desenvolvía como una carismática estrella, logra en su madurez, una interpretación cargada de matices variados.

Posee buen ritmo, por lo que en ningún instante se ofrece sobrecargada. La nota global en esta página roza el seis, y será la que yo le de.

Pretende tanto, que no consigue nada. Película llena de escenas supuestamente originales: en el momento ves una, has visto todas. Es como si las escenas de marujeo de "Eduardo Manostijeras", conformaran una película íntegra. No hay fondo, ni crítica a la familia americana feliz. Turner está como tiene que estar, pero el fallo es el guión: escenas "divertidas" sin cesar consiguen aburrir. Prentenciosa, aunque no lo parezca. Todavía sigo sin saber qué cuenta, o qué quiere contar. La idea primitiva es original, pero no está desarrollada.

El siempre irreverente John Waters lleva hasta las últimas consecuencias el apelativo de madre coraje en esta divertida (y también sangrienta) comedia negra. Kathleen Turner encabeza el reparto y da vida a una mujer capaz de los actos más atroces con tal de salvaguardar el buen nombre de su familia.

Dotada de un sentido del humor muy peculiar (marca de la casa), Los asesinatos de mamá es puro entretenimiento (y crítica nada sutil a la típica familia americana) que se beneficia de la notable labor de Turner, perfecta en su papel de ama de casa psicópata. Ella es uno de los puntos fuertes de este trabajo y la mejor intérprete del mismo (el resto de actores son meras comparsas que se dedican a pulular alrededor suyo). Puede que una vez descubierta la trama la película decaiga un poco, pero no es menos cierto que el resultado final acaba siendo tan estimulante como bizarro.