El odio

"Es la historia de un tipo que cae de un piso 50. El tipo según va cayendo, se repite sin cesar, para tranquilizarse, hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien. Pero lo importante no es la caída, sino el aterrizaje"

Mathieu Kassovitz a sus 28 años de edad desgrana en esta película la exclusión social a la que se enfrentan un grupo de tres chavales en un suburbio de París: Hubert, Said y Vinz. Tres colegas de ascendencia inmigrante que deambulan por un Paris decadente, en el que las políticas de interior han creado una nueva Francia, la que nadie quiere saber de ella, pero que existe, y sale a relucir en ocasiones por el odio. En base a esto el director utiliza maravillosas técnicas para que el espectador consiga llegar a la raíz del problema. Largos planos secuencia que hacen que cada escena sea altamente interpretable, creándose situaciones en las que se confunde la inocencia adolescente con la cruda violencia.

Obra en blanco y negro.
Ya desde que la vi en su época se decía que era Obra maestra absoluta y su fama ha aumentado con el tiempo. Creo que soy ya un hombre adulto "sensato y burgués" y me he sentido desorientado, ambiguo, y no sé ni qué sentir al verla.

Obra destacable de anécdotas de un drama social de adolescentes hijos de inmigrantes en París antes de sus tradicionales disturbios, esta vez de 1995.

El problema es que no hay una trama bien conformada y que las anécdotas aunque verosímiles no son gran cosa aún reflejando las contradicciones de los jóvenes: de cómo reaccionan ante el "abuso policial" frente a uno de sus compañeros de pandilla pero en realidad son egoístas y un poco les da igual salvo con el final, o cuando hablan de cómo follan las chicas que consiguen pero después se demuestra que no saben relacionarse con normalidad con una chica de clase media.

Quizá el hecho de que no sepan describir bien sus emociones y que todas las conversaciones sean ambiguas, torpes o simplonas me repele. Hay quien diría que no se puede esperar conversaciones profundas, ni grandes escenas reales de jóvenes marginales, irresponsables, que obviamente no miden las consecuencias inmediatas de sus actos, pero no sé, quizá tras los disturbios esperaba alguna inquietud más épica.

Como es de esperar se relacionan con delincuentes medio descerebrados, con ancianos excéntricos o con gente pasada de todo, vienen de familias desestructuradas con madres que les dan buenos consejos pero que ni los vigilan ni se esfuerzan para motivarlos para nada.

En fin, lo esperable...

Los de París nos la han vuelto a meter doblada, igual que la Nouvelle Vague y joyas semejantes. Es increíble que habiendo tanto cine quinqui en España, y después con películas de denuncia social como "Barrio" de forma palmaria nunca pudiéramos conseguir en España una película destacable tan auténtica a este nivel donde se refleja la desorientación de la juventud de los barrios marginales.

Sin más preámbulos, no se puede negar lo innegable, y es que la fotografía es espectacular, el ambiente que envuelve al espectador durante toda la película es inigualable; no obstante, me sigue sin transmitir un mensaje real; los personajes, planos, no hacen nada durante todo el desarrollo de la trama que no sea: insultar, pegar y generar disturbios innecesarios; se hace difícil de ver.

En mi opinión, se intenta mostrar una falsa realidad de unos ''energúmenos'' de suburbios con diálogos absurdos que no me llegan en absoluto, que actúan de manera constante como si fuesen los mártires de una sociedad racializada; como si no fuese la sociedad la que está sufriendo los estragos de estas personas.

Muy lejana a la realidad que se está viviendo en Francia, y sin ir más lejos, en algunos barrios de España.

Que equivocados estuvieron siempre en el caso del trato a aquellos que "vienen de fuera" los franceses, y el tiempo ha dado la razón. No se pueden crear guetos, despues eso engendra odio, es crear diferencias entre los ciudadanos del mundo. Esta película es de 1994 el problema no ha ido más que creciendo en los últimos años, y a nadie parece importarle, sólo cuando se quema algún coche en el centro. Esta película muestra una Francia de hace 13 años que en este caso prácticamente igual que la actual.

Hacer viviendas protegidas a kilometros del centro de las grandes ciudades y subvencionar los trabajos en las afueras, apacigua el problema en un espacio corto de tiempo, pero no sana el problema.

Esta película narra muy bien la vida en uno de estos barrios, los problemas de todo adolescente o niño de un lugar como éste. Y sobre todo cuando van al centro de París te das cuenta de lo apartados de la sociedad que se encuentran... En el trato que le dan a estas personas los cuerpos de seguridad por la sencilla razón de ser de piel diferente, más y más odio...

Lo que haces es convertir esos lugares en una olla a presión, y ésta estallará tarde o temprano. El tiempo nos ha dado la razón, y con gente como Sarkozy todo irá a peor...

‘El odio’ es una película de Mathieu Kassovitz que refleja, con una increíble maestría, la vida del extrarradio de los suburbios franceses. Película, basada en un hecho, aboga por la crítica desgarrada de las clases sociales menos favorecidas y por una realidad más que tangible que aborda las calles de un pueblo que está acosado por la pobreza, las drogas y la brutalidad policial.
Los tres personajes protagonistas representan tres sectores sociales a los cuales, históricamente, siempre se ha marginado de una forma u otra. Los tres amigos son; uno judío, uno árabe y el otro negro.
Las características de los personajes son tan diferentes entre si que me pregunto si si la intención del director es también retratar a las diferentes razas con la característica innata de cada una de ellas por genética, judío extremista, árabe inocente y negro sumiso. Dejando atrás una intención de crítica sobre un occidente cada vez más enfermo y un pueblo nacido como francés que, poco a poco, está despertando de un largo letargo.
La película muestra el odio que surge de unas clases desfavorecidas y como estas surgen en contra del opresor. Hay que tener en cuenta la historia de esta cultura de étnicas en Francia y como se han revelado a lo largo de los años. El hambre que genera violencia y esta que se focaliza en la policía, como en el caso de los tres amigos o que, por el contrario genera una violencia racista que es la que imparten los skins, los cuales se escudan en la raza pura y la pertenencia de un Estado que responde a ella huyendo de la “peste” de un genética o cultura diferente. El pobre en pie de guerra contra el pobre mientras la policía aplica el terror y los ricos viven entre algodones. La esencia de una enfermedad que irremediablemente afecta a occidente y que provoca la ceguera como principal característica.
El hombre, perseguido por si mismo y que añora una libertad que no tiene y que no conseguirá ya que está encerrado en una cárcel económica junto a las drogas, las peleas y el odio. El hombre en la ratonera, sin ninguna posibilidad de supervivencia.
El odio engendra odio y el odio se propicia con odio. El odio actúa para enfrentar al hombre con el hombre
El odio de un judío a verse atacado constantemente, la tristeza de un árabe al verse marginado por todos, la melancolía de un negro que ha perdido la ilusión por la vida. El grito silente de un pueblo que sangra y una sociedad que cae y cae y que, mientras cae, se repite a si misma “por ahora todo va bien”.