[•REC] 4: Apocalipsis

Siento tener que escribir esto, pero esta última parte de la saga REC, de la cual me considero una gran fan, es más floja. La primera me impresionó, la segunda me encanto, con la tercera me reí mucho, aunque haya leído críticas que la ponen fatal, pero ésta última, la que se supone el desenlace, me pareció, previsible, sin sorpresas y con unas interpretaciones que dejan mucho que desear. Puede ser que me esperara algo más, o por lo menos un final diferente. Aun así, he de reconocer que me lo pasé bien en el cine en algunos momentos de la película. Sí la volvería a ver, no se si por ser fiel a la saga o por qué.

Desastre absoluto, el único concepto aplicable para definir la última película de Jaume Balagueró, La cuarta entrega de la saga Rec, Rec 4: Apocalipsis (Rec 4: Apocalipsis, 2014). Algo que sorprende después de que el cineasta mostrara sus dotes como director en Mientras Duermes (Mientras Duermes, 2011), hace relativamente poco tiempo. La película ha tenido un bagaje comercial bastante mediocre, más si la comparamos con sus antecesoras, y parece que supone el cierre definitiva a la franquicia.

La película sigue la saga que Balagueró y Paco Plaza formaron con un filme que obtuvo un éxito espectacular, allá en el 2007, con Rec (Rec, 2007). Después de una segunda entrega que era más de lo mismo, la saga se dividió en una tercera y cuarta parte bastante diferentes. En la tercera entrega, Paco Plaza era el único director (en las dos primeras películas hubo una codirección entre Paco Plaza y Jaume Balagueró) encargado de la realización y la película abandonaba el punto de vista subjetivo, para convertirse en un filme de corte mucho más tradicional (no por eso peor, de hecho la tercera entrega volvió a elevar el nivel de la saga, gracias a que Paco Plaza aporta frescura entregando una película que combinaba el gore con el humor más absurdo, homenajeando a los clásicos de culto de los años ochenta como Evil Dead de Sam Raimi y compañía). De igual manera le sucede a esta última entrega, que está dirigida exclusivamente por Jaume Balagueró, y que abandona el punto de vista subjetivo y el Found Footage para ofrecer una película de Zombies convencional.

Sin embargo, calificar la cuarta entrega de Rec como convencional es hacerle un enorme favor a lo que realmente es el filme. Porque sinceramente, la película no llega ni a ser un entretenimiento digno, sino que siendo justos, parece una película de factura Z. La película retoma argumentalmente los hechos de las dos primeras entregas, y por tanto nos volvemos a encontrar con el protagonismo principal de Manuela Velasco, quien vuelve a interpretar el personaje de reportera. Esta vez, es sacada del edificio, pero la película vuelve a utilizar un escenario cerrado, como es un barco, ya que los militares supuestamente recogen a nuestra protagonista para hacer experimentos con ella y conseguir una vacuna que pueda erradicar el virus. No es muy lógico que en vez de traerla a un hospital militar se la traigan a un barco cochambroso del que se va la luz cada dos por tres, pero eso son agujeros argumentales, que como veremos posteriormente, son habituales en esta última entrega.

La película abandona el humor para utilizar las estrategias convencionales del subgénero zombie. Complejo militar aparentemente organizado y seguro que acaba viéndose desbordado por un pequeño incidente (un mono que no sabemos muy bien de donde ha salido) que acaba por derivar en un apocalipsis zombie. Grupo reducido de personajes protagonistas que se ve reducido poco a poco hasta que sólo quedan dos. Quizá lo único sorprendente en este aspecto es que los personajes protagonistas principales son poco arquetípicos, en especial el informático Friki del que uno no supone que va recaer sobre el protagonismo.

Así pues, Rec 4 es más de lo mismo. Seguramente lo que destaque más para mal en el filme sea el error total de casting. Y es que cuesta encontrar alguna interpretación destacable. Podríamos citar a Héctor Colome como el único actor que no cae en el ridículo, pero el resto resulta un auténtico terror. Choca que incluso Manuela Velasco, quien había llevado perfectamente el papel principal en la primera entrega esté tan absolutamente desacertada en este filme. Los propios actores parecen recitar un texto del que apenas se creen algo, y la poca convicción resultante traspasa la pantalla.

Por si fuera poco, el talento innato de Jaume Balagueró para crear atmósferas (una de us señas más características) que ya vimos en sus primeros filmes como en Darkness (Darkness, 2002) se queda en la nada en Rec 4. La extraña ubicación donde transcurre la película es totalmente ignorada por Balagueró, que no sabe aprovechar la claustrofobia o el ambiente del barco. De hecho, ni siquiera hay un plano que nos ubique al propio barco dentro del mar, sino que parece más bien una maqueta. La estética industrial del filme convierte a Rec 4 en una obra anodina que no consigue involucrar al espectador, que verá la película casi con desgana.

Mención especial merece uno de los trucos argumentales con los que juega la película. Primero se nos muestra claramente como las larvas infectadas navegan por el cuerpo de Manuela Velasco, para que finalmente veamos que eso se niega. Un truco bastante sucio que resume lo que es Rec 4.


http://neokunst.wordpress.com/2014/11/28/rec-4-2014/

Es increíble. Matizo: es increíble que el otrora grandísimo Jaume Balagueró haya podido firmar semejante basura.
Después de una primera película ([REC], a secas) de lo que posteriormente se convirtió en saga (que no debió ser así, pero vamos, aquí manda qui€€€€n manda), en la que el tándem formado por Balagueró y Plaza nos regaló una de las mejores películas de terror españolas (y una de mis favoritas, dicho sea de paso), en la que el factor sorpresa era lo que prevalecía, lo que te hacía ponerte de pie en el cine (molestando al de atrás, claro) y aplaudir; además de esa calidez, esa veracidad de los vecinos, esa falta de bso, sustituida simplemente por sonido ambiente, ese reparto desconocido que te hacía sumergirte realmente en la historia, estar dentro del edificio, empatizar con cada personaje, y creer que lo que estabas viendo era un documental... Pues eso, todo eso que me enamoró en la primera parte, dadle la vuelta, tergiversarlo todo, barnizarlo con una capa fina pero uniforme de mierda, y presentarlo como Rec 4: Apocalipsis..

Falla en todo lo que puede fallar:
- Un guión repleto de fallos; agujeros argumentales (más bien barrancos argumentales); giros argumentales realmente estúpidos; interpretaciones deplorables (Manuela Velasco, ¿qué has hecho con la frágil Ángela Vidal? ¿por qué ahora eres una masa de sobreactuación con hacha?); una nula atmósfera oclusiva (y eso que la película transcurre íntegramente en un barco); una bso que más que acompañar la tensión, se la carga; un pulso a la hora de dirigir las escenas de "acción" que.. tela.. para robar panderetas; una previsibilidad durante todo el metraje ciertamente preocupante; unos sustos que.. ah, no, que no hay.. estás haciendo una peli de terror, majete, mete algo que dé miedo, copón, no monos radiactivos y zombis estúpidos..

Una pérdida total de tiempo. Otro ejemplo más (clamoroso) de cómo el poderoso caballero Don Dinero puede llegar a convertir un producto original, aclamadísimo por crítica y público, apabullante, terrorífico (en el buen sentido, claro), en semejante pedazo de mierda maloliente.

Se nota que esta última entrega (esperemos.. porque la escena final.. bueno, mejor ni la comento, de vergüenza ajena) me ha quemado bastante, ¿no? Pero bueno, lo agusto que me he quedado no me lo quita nadie.

La última (Y parece que definitva) entrega de Rec.Es un ejercicio mas de lo que ya sabemos buenos efectos especiales, buen montaje, buena fotografía, sangre y carreras...... Poco más. Los actores aunque no estén notables están a la altura de lo que se espera de ellos excepto Maria Alfonso Rosso que parece mas perdida de lo que su papel pide. Balagueró cierra con lo que mejor sabe hacer un montaje de locos y una factoria de efectos especiales para la ocasión.

La primera entrega de [•REC] marcó todo un hito en el cine de terror a nivel mundial, la muy lograda película dirigida por la dupla catalana Balagueró-Plaza sacaba enorme provecho al ya muy manido formato del metraje encontrado, con una precisa puesta en escena donde todo pasaba el por ojo de Pablo y su cámara.

La enorme fuerza del relato de aquella primer película se basaba en el total aprovechamiento de una poderosa locación, personajes bien desarrollados e interpretados, un guión muy preciso y la puesta de cámara, que explotaba el miedo a lo desconocido y un uso muy interesante del fuera de campo.

Con las siguientes entregas vinieron más experimentaciones; el punto de vista múltiple en la no muy lograda segunda parte que se perdía en tratar de explicar el fenómeno, después la muy efectiva comedia negra en la tercera, dirigida en solitario por Paco Plaza hasta llegar a éste aparente cierre en Apocalipsis, donde ahora Balagueró dirige también en solitario y vuelve a jugar con diversas cámaras plantadas en diversos puntos del barco donde se sucede toda la acción.

El filme arranca justo donde terminó la segunda película, Angela Vidal es encontrada y rescatada del edificio, tanto ella como una mujer mayor, sobreviviente de los hechos sucedidos en la boda en paralelo y vista en la tercera parte, son llevadas en una supuesta cuarentena en un barco en altamar, donde varias pruebas les son realizadas con el pretexto de conseguir una cura definitiva para la misteriosa infección.

Dejando de lado todos los elementos que hicieron de la primera película una obra de terror asfixiante e inolvidable, ésta nueva REC hace apenas uso de recursos ya muy gastados y poco efectivos, como el volumen muy alto, personajes infectados que corren a gran velocidad para intentar morder al resto y mucha, mucha sangre, esto a pesar de que la acción ocurre dentro del barco, locación que no es bien aprovechada, además ahora el fuera de campo simplemente no existe.

Los personajes son trazados de manera demasiado lineal, los malos son bien malos y los ingenuos muy ingenuos, si acaso, además de Angela, sobresale el gordo cibernético y friki de Nic, el único que pone algo de interés en medio de un guión que trastabillla lleno de imprecisiones y vueltas de tuerca forzadas, obligando a sus personajes a tener que arreglar todo con diálogos inconexos que dejan la tensión y el miedo muy lejos de lo que se pretendía.

Quizás lo que más se echa en falta en ésta REC son precisamente los momentos de horror, el cual nunca aparece, si acaso sólo en los momentos en que se muestra el video que registra lo sucedido en la primera parte; ahora todo el tiempo lo ocupan intrigas y persecuciones que poco aportan a una saga que se siente ya gastada, a pesar de que el final avise que esto aún podría continuar.