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Todo vale

Comedia Un veterano jugador que entrena a un equipo de hockey sobre hielo (Newman) ve cómo las derrotas se suceden hasta que decide aplicar la más brutal de las tácticas: aconseja a sus jugadores que jueguen como verdaderos animales durante los partidos, sin importar si la violencia que emplean es o no legal. Divertida y muy bien interpretada, fue duramente criticada en su estreno por su violento -y extremadamente liberal- mensaje. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
28 de enero de 2008
32 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unas semanas tenía ganas de ver una peli antes de acostarme y le eché un vistazo al ono para ver qué ponían. Como de costumbre, la programación era desastrosa y ningun opción me satisfacía, pero vi que iban a echar el castañazo y le dí una oportunidad ya que alguien alguna vez me dijo que era un "clásico". Aludiendo a su nombre, pensé que se trataría de una mala peli de los años setenta con un Paul Newman cuesta abajo y comencé a verla; la historia, sencilla, un equipo de hockey aficionado que lleva años perdiendo se encuentra al borde de la desaparición y el entrenador-jugador es éste último. Estaba en la tesitura de apagar la tele de mi fría cocina (ya que mi madre dió un golpe de estado y se quedo ella con el sofá y con el mando), ya que los primeros minutos no me estaban gustando y tampoco estaba en la mejor de las predisposiciones, hasta que, de repente, aparecen los tres personajes que se llevan la palma sin duda, los infames y geniales hermanos Hanson, una especie de gañanes del medio-este americano, surgidos de algun sucio rincon de wichitta, stanville o cualquier otra de esas ciudades americanas del frio interior. Son 3 animales con aspecto de empollones (nerds) que sirven de revulsivo al equipo a base de hostias y golpes criminales al adversario. Lejos de desagradarme toda esta violencia inusitada, el cuerpo me pedía más y más y me convertí en uno de esos aficionados al hockey extremo y violento, contemplando ahora sí el castañazo como una brillantísima crítica a lo que por aquel entonces había derivado el hockey (varias veces se nombra al "Hockey de antes"). El reparto es acertadísimo y abundan los personajes secundarios con una gran personalidad y cada uno con su historia, todo ello coronado con un Newman resolutivo y eficaz, haciendo las veces de líder moral y otras de instigador del odio y la "leña".
Así que cualquiera que desee pasar un buen rato y echarse unas carcajadas le recomiendo sin duda que vea esta joyita que ahora guardo en mi corazón.
SrLobo
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25 de noviembre de 2006
26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pareja formada por Paul Newman y George Roy Hill ya habían dado dos alegrias anteriormente. Aquí el director se hace cargo de una comedia desenfrenada mucho menos sutil (por así decirlo) que "Dos hombres y un destino" y que la maravillosa obra maestra "El golpe". Aunque entretiene esta pequeña salvajada sin lugar a dudas.

Por supuesto no hay quejas sobre Paul Newman. Siempre está perfecto. Haga el papel que haga. Aquí interpreta su papel sensacionalmente y no el el del típico galan sino más bien de un gañan. Y el resto de secundarios están correctos con mención especial a los tres hermanos. Su primera entrada a pista es genial. Y luego está el indio ese del final que apenás sale en un par de escenas pero que te partes con él.

No me importa demasiado el guión, más o menos, es el de un equipo perdedor que utiliza una "buena" tactica para empezar a ganar partidos y para que su equipo sea comprado y no desaparezca. Pero es realmente la violencia en los partidos lo que entretiene, las escenas en si. Genial el momento en que Newman visita a la tía que no quiere vender el equipo. Y tiene unas cuantas más.

Gamberra y salvaje pero también muy entretenida. Sin ninguna pretensión más alla que la de mantenerte entretenido. Y lo consigue. Vaya que si lo consigue.
Pataliebre
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14 de mayo de 2008
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una película sin pretensiones, poco exigente y que consigue el objetivo de hacer pasar un buen rato. Es más que correcta.
La irrupción de los tres hermanos es memorable, sus sobreactuaciones y la energía que desprenden están a la misma altura que un Newman que muestra su versión más canalla. Atractivo, como siempre. Hay escenas que por sí mismas están por encima de la propia trama.
Celebro haberla revisado después de tanto tiempo y la recomiendo firmemente. A menudo las comedias deportivas son decepcionantes y echan para atrás. Este no es el caso
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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8 de abril de 2008
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película tiene un antes y un después de la impresionante irrupción de los hermanos Hansen sobre la pista de hielo que, con su estética ramoniana y su descerebrada violencia, consiguen alucinar tanto al público asistente al partido como al espectador que esté visionando la cinta.

Si esta película se hubiese hecho en nuestros días, no me cabe duda de que los productores de alguna cadena yanki se habrían puesto a la obra para concebir una serie a la medida de ellos, pero menos mal que la peli se hizo en los 70 porque si la hubiesen hecho ahora, en vez de los bestiales Hansen, habrían puesto a tres guaperas metrosexuales que la hubiesen convertido en una película más del montón de las malas.
JULES
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2 de mayo de 2017
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabemos que al estilo de vida americano le va mucho el asistir a espectáculos cuando más exagerados y grandiosos mejor, que cuanto más cuento, mejor también, que son muy dados a su bandera y a cantar el himno en las escuelas, les va mucho los superhéroes, la emoción y el deporte. El castañazo es una especie de parodia que refleja hasta qué punto puede llegar ese entusiasmo, y el caso es que ese punto nos hace ver que puede llegar hasta la violencia más explícita. De ahí el entusiasmo que generan los hermanos Hanson cuando salen al campo. Pero hay mucha más lectura en esta película.

Antes de los hermanos Hanson, está Paul Newman. Paul Newman aquí es un símbolo a esa época americana tan llamativa: los 70. Paul Newman es el motor de la nueva era, es la iniciativa, la lucha sin cuartel, el empuje, y nos aparece ya sin chaquetas ni corbatas, desaparece la uniformidad gris de los 60, llega el color con las camisas de cuellos picudos que se anteponían a las gigantescas solapas de las chaquetas, esas camisas estampadas de motivos incomprensibles. Es un detalle en el film ver la moda de entonces pero no sería tan disfrutable sin la exacta ambientación, que es otro de los grandes logros de El castañazo. La película es una grandiosa exposición del pueblo americano y de estampas urbanas.

Asistamos al jolgorio con los gritos, con las luces de la ambientación de los partidos; luego al reposo con la luz crepuscular de la tarde; descansemos en los tristes apartamentos en los que una vez alguien hizo la cama y guardó algo en los cajones y ese alguien ya se fue para siempre; y no nos olvidemos de los viajes tediosos en el autobús de la empresa, cargados de humo, sueño y cansancio.

Paul Newman es el entrenador de un equipo de Hockey sobre hielo que vive un momento de incertidumbre clave, un futuro incierto. Su vida sentimental es una locura como lo es su vida profesional, no obstante, su lucha por vencer los obstáculos es infatigable. Los dueños (la dueña) del club se mueven en el misterio, y para colmo rigen el destino a su capricho sin tener en cuenta nada más que sus intereses, pasando de los sacrificados jugadores y lo que pueda ser de ellos. Los tiempos cambian pero algunas cosas siguen igual. Ahí está la realidad oculta pero bien cierta, la de esos obreros que ven desaparecer sus puestos de trabajo de toda la vida porque ya no hay negocio, y el fantasma de la incertidumbre aparece en el camino. Una llamada de lo que en la ciudad de Charleston estaba pasando con el paro en aumento.

Pero ojo, El castañazo en ningún momento se vuelve drama, Paul Newman no lo permite, ahí estará para dar ánimos y seguir adelante, para arriesgar y jugar a ganar. Porque el embrutecimiento machista ofrecido no es el dramático, el del miedo y callar, es el de la lucha. Aunque da pie a otro drama oculto y éste sí es silencioso: el de las mujeres que presagian con desencanto un modo de vida diferente, tranquilo, sensato, en el que no todo es beber y jugar.

El castañazo es un objetivo, una necesidad de salir adelante. Un producto de su época, una especie de road movie más que curiosa, muy americana, eso sí, pero válida. Es para el obrero que sólo quiere romper la rutina de todos los días, el que asiste una mañana a un desfile festivo patriótico, con su banda de música y las entusiasmadas muchachas marcando el paso con sus minifaldas, y otro día disfruta viendo un partido de hockey sobre hielo en plan bestiajo, con una birra en la mano. Una película maravillosa con un fondo de personajes llenos de vida, idealizados, variados y llenos de color, y un humor generalizado a costa de la brutalidad en el deporte. Una de las mejores de Paul Newman.
floïd blue
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