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Vincent debe morir

Comedia. Drama. Fantástico. Thriller Vincent empieza a ser atacado por la gente que lo rodea sin motivo aparente. Su anodina existencia se descontrola y, conforme la violencia crece, no tiene más remedio que huir. Pero ¿adónde?
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
12 de octubre de 2023
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno empieza a ver una película se puede esperar de todo. Por mucho que te cuenten, respetando tema spoiler, hasta que no te enfrentas a ella no sabes lo que va a aparecer en pantalla y si la magia del cine te va a atrapar. Puede ser que sin indagar mucho, las premisas iniciales te parezcan atractivas. Vincent Debe Morir sorprende agradablemente desde el inicio. Parte de una idea muy original que busca, en nuestra opinión, provocar que el espectador se quede a cuadros intensificando esa sensación inicial conforme transcurren los minutos. Es de lógica que mantener el nivel o el ritmo durante toda su duración, un poco larga por cierto, es bastante complicado. Es de aquellas cintas que si se hubiera alargado un poco más, habría conseguido que su valoración cayera en picado.

Vincent trabaja en una oficina. Sin venir a cuento es atacado agresivamente por un becario y por el contable. La cosa se va poniendo durilla cuando hasta los desconocidos quieren partirle la cara. No tendrá más opción que huir a un entorno más tranquilo, abandonando su vida monótona, sin saber que todo puede ir mucho. peor.

El guion, obra de Mathieu Naert, nos va llevando de la mano de manera algo lineal, a través de una historia que en realidad necesita eso, pausa e ir viendo como todo se va al garete a pesar de que deseemos que pase lo contrario. Estos vaivenes que te provoca la hace todavía más interesante. Piensas: de esta Vincent se sale cuando pasa todo lo contrario. Todo muy bien ligado apareciendo, como es habitual en las cintas francesas de todo tipo, ese costumbrismo que nos resulta tan cercano y a la vez tan lejos de lo que estamos acostumbrados a ver. Nos dibuja una sociedad muy crispada que tiene lidiar con un día a día muy chungo, sobre todo en las grandes ciudades y que intenta explicar, creo que muy acertadamente, esa agresividad que se convierte en el leit motiv y que acaba convirtiéndose en una plaga.

Stéphan Castang está al frente de este proyecto. Tiene la habilidad de pausar una película que se presta a un ritmo acelerado. Por el contrario nos hace bajar el ritmo, sin escatimar, eso sí, escenas de alto voltaje. Fija la atención en un protagonista sobrepasado por los acontecimientos que reacciona de manera particular dado su carácter introvertido. Toma decisiones bastantes lógicas en un mundo ilógico encontrando lo que parecía que no tenía posibilidades de encontrar.

Karim Leklou encabeza el reparto en un excelente trabajo. Es el protagonista absoluto, dotando a su personaje de muchas aristas y de un tono dramático, no excesivo, que le sienta tan bien en su recreación de Vincent. El resto del elenco aporta su granito de arena para colocar a Vincent Debe Morir en una de las cintas más originales de la temporada.

Si tenéis la oportunidad de verla anotadla en vuestra apretada agenda, no os arrepentiréis. Sorprendente y muy agradable de ver.

https://www.terrorweekend.com/2023/10/vincent-debe-morir-review.html
TerrorWeekend
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12 de noviembre de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son bastantes los títulos apocalípticos de origen galo, que ha proliferado de un tiempo a esta parte, seguramente como catalizador de la convulsa realidad social y política que vive el país vecino, y que de algún modo se puede extrapolar al resto del planeta, siendo éste un subgénero que se presta bastante a recibir tales inquietudes.

Con un planteamiento bastante original, el debut en la dirección de largometrajes del también actor Stéphan Castang, plantea una especie de survival horror, en el que su protagonista, Vincent, es atacado en el trabajo por dos compañeros sin motivo aparente, una situación que ira escalando de manera incontrolada, obligándole a huir dejando todo atrás para mantenerse a salvo.

En el centro del escenario, un Karim Leklou expuesto a la vorágine de odio incontrolado a su personaje, con un protagonismo casi absoluto, el cual sujeta con solvencia, bien acompañado desde el plano secundario por la actriz Vimala Pons, la cual aporta otro perfil nada condescendiente, algo que ayuda bastante al fondo emocional del film, en cuanto a que el espectador sienta verdadero peligro por la suerte de ambos.

El humor negro, surgido en gran parte de lo inverosímil que resulta para Vincent, tan desaforado ataque de ira contra su persona, ilustra incluso alguna de las escenas de mayor impacto, algo que se difumina en su último tramo, donde se echa en falta no ya que se centre el mayores explicaciones, bien expresado su carácter metafórico, pero si que de menos bandazos con ese concepto de maldad pura, tan caprichoso como quizá lo sea la propia condición humana.

Un trabajo modesto, pero que aprovecha bien sus medios técnicos, tales como el montaje o el sonido, muy necesarios para generar esa tensión genuina en sus momentos más enérgicos, mientras Castang mantiene las pausas y la sobriedad necesarias, para hacer que su ópera prima cabalgue por momentos, como un purasangre desbocado, con algunos defectos, pero mayores virtudes.

Finalmente, 'Vincent debe morir' es un film convincente, que sabe mantener el interés casi todo su metraje, y que resulta claramente relevante el los tiempos que corren, con un mensaje plausible sobre como podemos terminar, su dejamos que el odio se apodere de todas las facetas de la sociedad, lo cual acabará seguramente por derrumbar los cimientos, del cada vez más escaso y quimérico estado del bienestar.


- Películas del 33 Fancine: Festival de Cine Fantástico Universidad de Málaga -

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alcaide
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4 de marzo de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿No os ha pasado alguna vez que vais ociosos a comprar el pan y de repente una turba incontrolable se os tira encima para destriparos? Recuerdo que una vez salía yo de un bar y me encontré a un amigo mío peleándose con un chaval que no había visto en mi vida. Aún estaba asimilando esa realidad cuando uno de los amigos de este tipo se percató de mi presencia y se puso a gritar que yo iba con el otro y que a por él. Sin comerlo ni beberlo me vi corriendo por mi vida siendo perseguido por una media docena de energúmenos que ni de coña iban a atender a razones y que sólo querían sangre en una justa pelea de siete contra uno. Lo que para mí fue un acontecimiento importante que recuerdo como si fuera ayer ocurriendo alrededor de veinte años atrás. Pues eso sería un martes por la mañana para el protagonista de nuestra historia. Un desgraciado que despierta una ira incontrolable con quién sea que se cruce en su mirada. Bienvenidos a los viejos tiempos del Xque.

Vincent es un cuarentón recién separado con un trabajo aburrido y con poca vida social. Pura ciencia ficción ¿eh? De repente empieza a tener un aura alrededor suyo que hace que cualquiera que pase por ahí le quiera reventar la cabeza con lo que tenga a mano y como que al chaval mucha gracia no le hace. De este punto veremos como se desarrolla una historia que es pura supervivencia para el pobre Vince que sin comerlo ni beberlo es el enemigo público número 1. Como Patrick Swayze. Hay una cosa llamada “las cinco etapas del dolor”, ya sabréis, negación-ira-negociación-depresión-aceptación, pues algo parecido veremos al propio Vincent haciendo su propio via crucis, que van desde la experimentación de su nueva maldición hasta elaborados recursos de supervivencia.

Con ésta película tengo tres problemas, el primero son precisamente esas etapas y es que no acaban de cerrar bien, las acciones de Vincent que cada vez son más extremas por pura necesidad no tienen repercusiones importantes en su vida, más allá de salir por patas a la que pueda. La trama va desarrollándose sin que le afecten los resultados más de minuto y medio y a mi eso me hace bastante ruido. Imagínate que te peleas con un vecino a puro puñetazo y le acabas abriendo la cabeza delante de todo el vecindario. Ya te aseguro que por muy fuerte que cierres la puerta de tu casa tus problemas no van a terminar ahí, pero en la cinta no ocurre lo mismo.

El segundo problema lo tengo con una segunda mitad de la película bastante menos interesante que la primera, y ahí tiene bastante culpa la trama romántica que ni era necesaria ni pienso que esté bien desarrollada. Un amor tan puro y auténtico que aparece de la nada y que no te crees en ningún momento, aunque entiendo que es un recurso para ayudar a la metáfora de la historia pero se podría haber hecho mucho mejor.

Y el tercero, y admito que éste es más problema mío que de la película aunque no por ello duela menos, es que fui a ver la película esperando una cosa y luego me encontré algo bastante distinto. Por pura sinopsis entiendo que va a ser una de esas películas festivaleras que rozan la serie B, que son divertidísimas y repletas de escenas locas y originales, y aunque al principio parece que sí van a ir por ahí los tiros realmente no es así y nos encontramos ante una película dramática-romántica con algunas trazas de cachondeo pero mucho más pequeñas de lo que me gustaría. Y la verdad, lo tiene todo para ser una película muy divertida pero se va apretando el freno constantemente y así no hay quien coja carrerrilla.

Vincent debe morir no es una mala película para nada, es una producción muy pequeña pero que sabe jugar sus cartas para lucir bien en todo momento. Un protagonista sin ningún carisma (y esa es la gracia), un problemón que se le viene encima y un puñado de buenas ideas hacen de ésta película algo bastante recomendable. ¿Que podría ser mejor? Pues sí, no haciendo más pero sí diferente, pero al menos deja el pabellón bastante alto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Oriol_kk
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4 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una historia de violencia

Vincent debe morir es un thriller que une la violencia y la oscuridad del ser humano con un toque de comedia muy interesante. El metraje combina la violencia extrema a lo Kill Bill o John Wick con un personaje que es el colmo de la normalidad.

Un oficinista que trabaja como creativo en una empresa francesa, que tiene una vida como la de cualquier persona se ve envuelto en una especie de frenesí macabro porque cuando alguien lo ve, intenta matarlo sin motivo aparente.

Si algo funciona en Vincent debe morir es la absurdidad de la situación. Una persona completamente normal debe abandonarlo todo para sobrevivir. El tono es un acierto sin lugar a dudas. En cambio, la trama y la cantidad de géneros que pretende incluir el director en el metraje llegan a lastrar un poco la segunda mitad de la película.

*Se dan golpes y se reciben

Vincent debe morir quiere plantear muchas cuestiones pero a la vez, en ciertos momentos, pierde algo de ritmo. Así pues, la película quiere ser un alegato, quizás demasiado evidente, de la banalización de la violencia, con las reminiscencias a Hannah Arendt que el espectador quiera ver.

Asimismo, Vincent debe morir pretende mezclar el thriller y la reflexión social que se esconde detrás del argumento con un romance que, en ocasiones, puede parecer forzado, y con un lirismo macabro que minuto a minuto se va apoderando de la película.

Con todo, Vincent debe morir consigue juntar algunos elementos interesantes y permite hacer una reflexión acerca del impacto de la ultraviolencia (como lo llamaba la novela de Anthony Burgess y la posterior obra homónima de Stanley Kubrick: La naranja mecánica) pero puede que todo quede en eso pese a que pretende más.

La alienación aleja la trama del inicio mundano y así, Vincent debe morir plantea muchas preguntas a lo largo de la trama que no llega a resolver ni a recordar en ningún momento. Pese a ello, la actuación de Karim Leklou (Vincent) convence y hace perdonar algunas preguntas que deberían tener respuesta.

*Conclusión

Vincent debe morir es una propuesta que permite reflexionar sobre la violencia y la banalidad a la que la podemos reducir. Con una trama que mezcla el thriller con la comedia más absurda, la película sabe encontrar un tono personal. Aun así quiere abarcar demasiado y hay variaciones de ritmo, sobretodo en la segunda mitad.

Escrito por Guillem Uceda i Oliver
Cinemagavia
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5 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se mezclan diversos estilos de una manera tan correctísima como en ‘Vincent debe morir’, solo se puede disfrutar del viaje. Una de las grandes cintas que se disfrutaron en Sitges y que nos lleva a un mundo apocalíptico, a una situación para nuestro protagonista de lo más extraña, que lleva al mismo a ser el principal personaje de esta película con un estilo survival de lo más rápido y ágil, que no da tregua y que en todo momento te mantiene pegado a la butaca. Desde un comienzo en el que la base se va asentando y el estilo de humor con ciertos toques absurdos van apareciendo, ya se va teniendo claro que con ‘Vincent debe morir’ se va a poder disfrutar, reír, agobiarte y hasta sentir una mezcla de empatía y lástima por el protagonista que va cambiando debido a su buen corazón y las relaciones personales que va creando.

El ambiente que tiene en todo momento ‘Vincent debe morir’ muestra una paleta tenue, con pocos ápices de color intenso que aligeren esa sucesión de instantes en las que la tensión superficial es latente. Este trabajo cromático y el ritmo narrativo que contiene, relajándose cuando es necesario y disfrutando de pequeñas situaciones que se van creando, forman una película que cuenta muchas cosas y que te deja saborear los instantes en los que, aunque parezca no contar nada, crea mundo interior y ofrece sensaciones que alimentan más y más la experiencia de ver ‘Vincent debe morir’.

El guion es otro de los grandes culpables de que ‘Vincent debe morir’ sea tan disfrutable. Ácido, con un humor negro interesante y con muchísimas reflexiones de la condición humana y de su comportamiento en momentos como el que están viviendo en la película, pero todo llevado con un estilo muy interesante que te mantiene alerta, que a pesar de como en ciertos instantes tenemos tranquilidad en su fotografía, el guion e, incluso, sus silencios, aportan muchísimo a la tensión y al ritmo que tiene la película. Claro, que aquí tenemos algo muy importante también: el trabajo interpretativo ha de estar a la altura para que sea creíble, y aquí tenemos a un Karim Leklou bárbaro, cómico, intenso, cuya complexión física ayuda a que su personaje y situación sea tan creíble que lo único que puedes hacer es dejarte llevar por como se mueve frente a la cámara y como te oferta todo.

En definitiva, la película es una maravilla en muchos sentidos. ‘Vincent debe morir’ parece no tener ningún prejuicio ni nada que esconder, y eso hace que su naturalidad a la hora de narrarnos la historia sea como cuando charlas con un amigo en la terraza de un bar. Muy, pero que muy fresca y novedosa, y con un estilo muy propio que hace que sea altamente disfrutable.

Crítica para MagaZinema
www.magazinema.es
Garzía
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