Los vigilantes de la noche (Baywatch Nights) (Serie de TV)

Los vigilantes de la noche debe ser el intento más rastrero y zarrapastroso de aprovechar el filón que supuso la serie de tet*s y cul*s también conocida como los vigilantes de la playa.
En un tono chulesco a la vez que grasiento y casposo, ahí va David Hasselhoff que no contento con salvar a tres rubias tetudas, dos abuelas, hundir cuatro lanchas de mafiosos
y solucionar lo del precio del petróleo, le queda tiempo por la noche, para hacer lo mismo que hace por el día!! Total, David Hasselhoff, que nos acostamos a las 5 de la mañanita con los cubatitas y tal... y nos levantamos a las 7 para correr un poquito por la playa, hacernos unos largos y tal y tal... vale, David Hasselhoff, ya si eso, nos lo cuentas otro día.

No recuerdo haber visto en la tele una serie más mala que ésta. No es ya que me parezca una estupidez tratar de estirar el incomprensible éxito de los vigilantes de la playa –que también–, es que escribir unos guiones todavía más malos no tiene perdón de Dios. Si se piensan que esto va de detectives, sólo acertarán a medias: ¡algunos capítulos terminan siendo una imitación paupérrima de "Expediente X"! Sí, sí, como han oído.

Un apunte: que yo sepa, hay al menos dos temporadas con 22 capítulos cada una. Sé que parece excesivo, pero es el misterio de la tele.

Le doy la única nota posible: un -10.

¿Se creían que nos interesaba la trama?
¿Se creían que interpretaban bien?
Porque nosotros no nos creíamos que David Hasselhoff fuese tonto: sencillamente lo sabíamos.

Cámaras torcidas y tambaleantes que llegan a marear, dialogos absurdos, efectos especiales antediluvianos y cutres, planos absurdos y demás fallos de realización hacen de "Los Vigilantes de la Noche" una de las peores series que alguien puede llegar a ver.

La pretensión de llevar a Mitch Buchannon (David Hasselhoff) al terreno de la investigación ha acabado por destrozar las mentes de los pobres que hemos intentado ver esta serie. Al empezar cada capítulo ya se empieza a ver el poco futuro que puede tener el resto del episodio. A los cinco minutos es muy probable que alguno de los cámaras haya intentado hacer equilibrios mientras rodaba o que a algún guionista haya sacado a relucir su ingenio con cualquier tipo de comentario absurdo. Si avanzamos un poco más en el capítulo los equilibrios de los cámaras empezarán a marear al espectador, aunque ese mareo se pasa al ver los utensilios de cartón piedra o las transiciónes de imágenes, incluso peores que las de los vídeos de las bodas.

Mientras el apartado técnico nos da dolores de cabeza y risas al mismo tiempo Mitch Buchannon nos demuestra su valentía y con heroicidades múltiples, cada una más tonta que la anterior. Menos mal que la ciudad de LA cuenta con detectives de tanta categoría como los protagonistas de la serie, que además de encargarse de criminales, resuleven problemas con fantasmas y demás sucesos paranormales.

En resumen, solo recomendable para aquellos que deseen una muerte cerebral lenta y dolorosa durante 44 largos episodios.

Horrorosa. No contentos con la simpleza y superficialidad de Baywatch, a los desatinados creadores (Hasselhoff incluído) no les dio vergüenza poner al aire esta payasada de mal gusto. Verdadero bodrio insoportable, que por fortuna salió pronto de nuestros televisores (claro que fue reemplazada por otras frivolidades, a veces peores).