Turistas

Me encantan las películas británicas. Me encanta Trainspotting y a lo mejor por eso Sightseers me ha gustado. No se trata de si la película es coherente o no, no hace falta que siempre nos tengan que explicar que es lo que mueve a la gente a matar, cuando hay asesinos que matan sin razón. Es una historia de una peculiar pareja, dos psicópatas.
La película destaca por el fantástico guión, por los magistrales actor y actriz protagonistas y por supuesto, por la preciosa banda sonora, que hace hasta romántica una película tan fuerte y violenta como esta.
Esta película es la Thelma y Louise europea. Aunque hay situaciones surrealistas, tiene ese toque realista del cine europeo. Los protagonistas son perdedores, gente muy normal, no muy agraciada físicamente, algo obsesionados con el sexo y rotos por dentro, lo que les lleva a asesinar. Son personas con pasado pero sin futuro.
El final es muy bueno. El ritmo no decae y la película capta la atención de principio a fin.
La fotografía de la película es impactante, yo diría lo mejor. Preciosos paisajes y fantásticamente bien rodada.

Tengo que reconocer que la película tiene algunos momentos buenos, pero es demasiado surrealista para el que esto escribe. Los actores lo hacen muy bien pero la historia (¿historia? Ah! ¿pero hay de eso?), bueno comienza despacio pero luego se suceden las "cafradas" cada vez más a menudo, hasta el "apoteósico final". Demasiada sangre y caos para mi gusto, aunque seguro que tendrá su público.

No se puede medir la longitud de las costas españolas con una regla de metro, ni se puede dirigir un partido de futbol con las reglas del baloncesto. A cada medida su escala, a cada actividad sus reglas. Por eso no se puede ir a ver una película de Ben Wheatley, por lo menos las dos que yo he visto, pensando que matar es algo extraordinario que se hace en casos extremos y que está penalizado por la ley, vamos que matar no es como gritarle a alguien, insultarlo, golpearlo, porque entonces uno se pasa toda la película escandalizándose, extrañándose o con las manos en la cabeza debido a lo que está viendo. Hay que poner matar al mismo nivel que escupir, vilipendiar, acusar y verbos de parecida transcendencia. Porque si no pasará lo que me paso a mí viendo la otra película, la primera que vi de él, “Down Terrace”, que tuve que verla dos veces, porque la primera no sabía si tildarla de terrible, sangrienta o de despropósito. En la segunda me di cuenta que entre gamberrada, asesinato imprevisto y cotidianidad de lo más vulgar Wheatley reflexiona sobre lo frágiles que son los límites. Sean del tipo que sean… y además me reí.
Porque hay un humor terrible en las historias de este director inglés. Humor para poder acompañarlas, como pasa con algunas comidas, duras de sabor, que se aderezan con salsas para hacerlas más digeribles. Sin ese humor sus películas serían de terror. De esta manera te entretienes, pones en tu boca algún ¡Oh! de estupefacción y te pasas un rato de lo más entretenido.
Si alguien quiere ponerse transcendental y relacionar el título de la peli, “Turistas”, con el hecho de que los protagonistas sean auténticos turistas en la sociedad en la que viven, donde se pasan las normas y las reglas de respeto a la vida y a los demás por el forro, allá ellos.
Si alguien quiere verlos como los “bonianclai” de nuestro tiempo, allá ellos.
Cualquiera de los dos puntos de vista, valen.
Aunque en realidad es la historia de un hombre fracasado y susceptible que ve injurias, burlas y desprecios según el ánimo que tenga en ese momento y en cada momento reacciona según sus propias reglas y que ya hemos dicho que contempla matar como un “quítame allá esas pajas”. Pues bien este “turista” encuentra a su media naranja en una chica muy a su medida que vive castrada por su madre en todas las acepciones de lo que se puede castrar en un hijo. Y como no puede ser de otra manera esta “turista”, de cabrona a cabrón y tiro porque me toca, se enamora y para celebrarlo deciden hacer un viaje. Es un viaje de inicio y, dada la condición de la pareja, de fin de una relación.
Un viaje de lo más peligroso para aquellos que se cruzan con ellos y no les caen simpáticos. A la enamorada le cuesta encontrarle el punto de armonización a su compañero, hasta que por fin afina y comienza el dueto. Claro que él tiene sus razones y no todo vale. Se aman, se pelean, se reconcilian y van dejando el camino sembrado.
Es antológica la escena en que su compañera quiere ponerse a su altura y él le reprocha que no lo haya hecho bien, que lo haya hecho sin método. Yo me sonreía mientras veía la sangre por toda la carretera. ¿Seré un sicópata?
¿Y qué decir del final?
A las feministas les encantará.
A mí me pareció de rechupete.
No sé qué pretende Ben Wheatley con sus películas pero yo me lo paso en grande, esperando a cada momento eso que si fuera pintura se llamaría “pincelada expresionista”.
No he hablado del guión, ni de la interpretación, ni de la fotografía, ni de la dirección de actores, ni del casting, por la misma razón que a partir de ahora cuando tire un papel al suelo me aseguraré de estar entre amigos de verdad o solo. Si no, a la papelera. Y si alguien me llama la atención por tirarlo, voy, lo cojo y me lo como.
Vayan a verla y si se descojonan, sin dejar de reflexionar, es que le han cogido el punto a Ben Wheatley.
http://cadasegundoajeno.blogspot.com.es/2017/12/turistas-sightseers-de-ben-wheatley-2012.html?zx=956c2646f7038e52

Viendo la ficha de FilmAffinity ya ves que está catalogada dentro del género de asesinos en serie. Esa es una pista muy grande.

Estamos acostumbrados a películas de asesinos en serie donde hay una trama detectivesca buscando al culpable, donde matan por venganza, o por sentirse marginados o maltratados por la sociedad, o simplemente porque llevan el mal en las venas. Aquí todo eso cambia. Aquí asesina más bien "porque me ha mirado mal", por despecho, por envidia.

Supuestamente esto es una tragicomedia de humor negro, pero la verdad es que no le he visto la gracia. La flema británica no la encuentro por ninguna parte. Más bien me ha parecido la típica película de "vamos a hacer algo diferente" con la idea de sobresalir y pegar el pelotazo o convertirse en película de culto.

Tampoco es que sea horrible del todo. Se puede ver, pero puestos a echar hora y media frente a la pantalla, hay mejores cosas con las que entretenerse.

Odiar este film es fácil. Es desagradable de ver, los personajes son antipáticos, su supuesta mala leche es de una ingenuidad teen ofensiva, la puesta en escena es pretenciosa y copiada de la insana y referencial 'Ocurrió Cerca de Su Casa', entre otras, con ese estilo semidocumental cámara en mano...

Lugares comunes pretendidamente originales al servicio del nihilismo más desesperante, del asco existencial, de la no creencia en nada ni en nadie. Así no hay quien vea cine, que basicamente es una ilusión que incluso en sus aproximaciones más oscuras enciende luces en nuestro interior. 'Turistas' deprime no porque es lo que quiera conseguir, sinó porque ves que, detrás de todo ese vomitivo viaje, dentro del oficio de su director no hay nada: puro hueco revestido de trascendencia. Y haber transitado para nada, y durante una hora y media, por el nihilismo duele.