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El faro

Drama. Fantástico. Terror Una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. El veterano farero Thomas Wake (Willem Dafoe) y su joven ayudante Ephraim Winslow (Robert Pattinson) deberán convivir durante cuatro semanas. Su objetivo será mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo que les permita volver a tierra. Pero las cosas se complicarán cuando surjan conflictos por jerarquías de poder entre ambos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 234
Críticas ordenadas por utilidad
18 de enero de 2020
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trama da comienzo cuando dos fareros toman tierra en una isla recóndita para llevar a cabo la guarda del faro de la misma durante un mes. Uno, un rudo exmarinero de avanzada edad con amplia experiencia en el oficio, otro, un joven trabajador con ganas de aprenderlo. Los roces profesionales y de convivencia no tardan en hacer su aparición y llegarán a su punto máximo cuando pasado el tiempo previsto, unas tormentas que no cesan impiden la llegada de su relevo, poniendo a prueba a los protagonistas física y psicológicamente.
Me parece que cuenta con una base muy buena en tanto a historia, localización, personajes (ambos actores lo bordan, especialmente Willem Dafoe para el gusto del que escribe), pero que su director, Robert Eggers, no termina de dar con las teclas precisas para conseguir una película redonda.
Creo que el uso del blanco y negro está más que justificado, pero no así el 4:3. Es como si por creernos más molones nos fuéramos al río a lavar la ropa en vez de sucumbir a la comodidad de que lo haga una máquina por nosotros en casa... Quiero entender que la intención es la de provocar más angustia al espectador pero... no creo que sea necesario!! Ya tienes una isla minúscula, el blanco y negro, unas condiciones atmosféricas nefastas y violencia por un tubo!! Déjanos verlo a pantalla completa porfavor...
A mitad de cinta notas como ésta se le va de las manos a su creador, violencia injustificada, masacre a una gaviota incluida (con recuerdo a 'Los pájaros' de Hitchcock) y cómo te es imposible empatizar con ninguno de los personajes por más que lo has intentado...
Las ganas del director de que te des cuenta quién ha estado detrás de la cámara en todo momento, hace que se pierda en grandilocuencias, dejando un película que cumple el cometido de impactarte, pero que pasado eso queda en lo que pudo ser, pero no fue.
Kike07
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11 de enero de 2020
24 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Positivo:
Las interpretaciones de los dos protagonistas. Son buenas y potentes pero podrían ser mejores en un contexto más tangible.
La puesta en escena. La isla y el ambiente es angustiante. El uso de la luz con tintes expresionistas, el montaje y los elementos sonoros, todo ello hace embudo en el mensaje que quiere transmitirnos el director.
Negativo:
Ese mensaje ya está visto y no ofrece nada que alce el vuelo a nuevos cielos o lo reinterprete.
El contenido está vacío tras el diseño de producción y los dos personajes, incapaces de llenarlo.
Se hace pesada. En media hora puedes hacer un estudio sobre la mente humana y sus rincones más oscuros, mejor y con más hermoso armazón.
Si hubiese tirado por la parte mística (como en la película La bruja) y fuera menos psicológica, otro gallo hubiera cantado.
Seibei
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26 de enero de 2020
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El visionario director y guionista Robert Eggers, se postuló como uno de los autores contemporáneos más estimulantes y renovados de la industria cinematográfica tras deleitarnos con su ópera prima, “The Witch”, reconocida obra del cine de terror moderno con un enfoque del horror mas clásico, centrada en la sutileza, el suspense para no asustar, sinó perturbar al espectador, con una majestuosa atmosfera barroca, de fotografía desaturada, y sonido y música hipnótica, con la que además nos descubrió a la fantástica Anya Taylor-Joy

Ahora nos trae la hipnótica “The Lighthouse”, ambientada en una remota isla de Nueva Inglaterra del siglo XIX, nos cuenta la historia de dos fareros, quienes durante un mes deberán permanecer encerrados en la isla al cuidado de un faro. Thomas Wake es un veterano y curtido farero que tiene el absoluto control del faro, y que desafía y menosprecia a su novato compañero. Efraim Winsolw, un antiguo leñador con un oscuro pasado, es un inexperto farero que llevará a cargo el mantenimiento de las instalaciones con fatigosas y duras labores. Aislados por una dura tormenta aparentemente sin fin, se verán en una escalada de enfrentamientos y tensiones, que se verán agravadas por el alcohol, la aparición de místicas fuerzas de incierta realidad, y la autoridad que representa el control de la resplandeciente luz.

Abandonamos las tierras rurales del siglo XVII de “The Witch” para adentrarnos en el ambiente del mundo marítimo de finales del siglo XIX, en el que cuanto mayor es la pérdida de cordura, más se evoca en un gran abanico de influencias literarias y mitológicas del mundo subacuático. Para ello cuenta con Jarin Blaschke, director de fotografía con el que ya trabajó en su anterior proyecto. Ofrecen una oscura atmósfera con tonalidades de blanco y negro, un alto nivel de contraste y una deslumbrante luz, consiguiendo textura fotográfica en cada plano. La proporción de la imagen escapa de lo cuotidiano, siendo esta de 1.19:1, un encuadre prácticamente cuadrado con el que dará gran juego en los escenarios cerrados. Para ennegrecer más el entorno, Mark Korven compone siniestros sonidos y melodías como si del propio faro surgieran.

Pero si algo es mayor que las fórmulas del director, este es el trabajo actoral de Willem Dafoe y Robert Pattinson. Ambos se someten a un titánico duelo interpretativo a la par que sus personajes contienden en una batalla física y psicológica en la que se desata toda la demencia de cada ser atraída por la luz del faro. Ofrecen un exigente nivel de rivalidad acorde con un guión de diálogos densos e instintivos y lenguaje vehemente, en un desarrollo cada vez más caótico y turbado para que el espectador se sienta tan perdido como los propios protagonistas.

Si Eggers sorprendió con “The Witch”, no defradua con “The Lighthouse”, mantiene las formas y técnicas que hicieron su primera producción tant intrigante, a la vez que procesa y lustra su sello autoral. Un cuento oscuro, siniestro, escalofriante y angustioso, que aborda unas increíbles interpretaciones de Dafoe y Pattinson. Una película expresionista y artesana capaz de quedarse en la memoria durante largo tiempo.
Víctor Baylach
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2 de mayo de 2020
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin una obra a la altura de lo que el cine de terror debería ser considerado. Una película orientada hacia un público adulto o más bien opuesto y no únicamente hacia esos fanáticos entusiastas de los ‘jumpscares’ de dudosa calidad a los que desgraciadamente la industria hollywoodiense nos tiene sometidos desde hace ya años. Y cuando uno se encuentra con algo diferente como es mi caso, siempre es bien recibido. Mi única pega es que ‘The Lighthouse’ no haya tenido un mínimo reconocimiento, aunque visto los tiempos que corren, era de esperar. ¡Qué ingenuo soy!

El director, Robert Eggers (The Witch) —deseando ver ya su próxima película por cierto— entremezcla de forma magistral la mitología con el terror psicológico más inquietante que puedas llegar a imaginar narrando la historia de dos fareros que son llevados a una remota isla de Nueva Inglaterra para mantener y cuidar un faro durante cuatro semanas hasta que todo se tuerce debido a un cúmulo de circunstancias, haciendo aflorar en ellos lo peor que uno puede llegar a esconder dentro y librando así una batalla por hacerse con el control del faro (de la luz), batalla que va más allá de la simple jerarquía y de la la lucha entre clases. Ahí es donde también juega un papel importante tanto la paranoia como el misticismo y que veremos reflejado de forma repetida con secuencias un tanto oníricas a lo largo de la historia como el poder oculto que se le atribuye al faro según Pattinson en ‘The Lighthouse’.
A simple vista parece un argumento sencillo pero:
¿Cómo hace Eggers para bordarlo y convertirlo, en mi opinión, en una obra de culto? Con muy poco. Con una pequeña isla, un faro y una banda sonora densa y perturbadora (sigo soñando con el maldito sonido de ese condenado faro!) además de dos interpretaciones impresionantes que son las de William Dafoe como veterano farero y Robert Pattinson como ayudante de éste. Simplemente con eso. A Eggers no le ha hecho falta más. Bueno sí, le ha añadido la guinda ambientándola a finales del siglo XIX, mostrándonosla en un blanco y negro granulado y dotándola de un encuadre de 1:19:1, tal como debería verse, atribuyendo así a la película un toque más clásico e inquietante. Precisamente este enfoque —que bien le valió una estatuilla de la Academy— hace que la película luzca muchísimo más, veremos una secuencia de fotogramas que son simplemente poesía para la vista. Paisajes marítimos salvajes, tormentas, aves al más puro estilo Hitchcock, planos panorámicos maravillosos alejados del faro y de la casa donde los fareros habitan, planos tanto diurnos como nocturnos que nos dejarán embelesados y detalles de secuencias cercanas como las muecas en rostros desquiciados de nuestros personajes que son extraordinarios y a su vez aterradores.
Todo ello en un fantástico despliegue técnico que luce impecable y, a pesar de ser en blanco y negro, permite que te envuelva en una atmósfera donde notarás incluso el frío en noches lluviosas y la sensación de aislamiento y abandono al que están sometidos los protagonistas.

Por supuesto, como no podía faltar en una película de este calibre y a pesar de que el propio Eggers reconociera que su película era una interpretación contemporánea del relato de “The Light-house” de Edgar Allan Poe, los guiños a otros grandes de la historia del cine están muy presentes como son Stanley Kubrick (El Resplandor), Alfred Hitchcock (Los pájaros), Andrei Tarkovsky (Stalker) en algún que otro plano interior, o incluso en la primera escena, que me hizo recordar a Martin Scorsese (Shutter Island).

Destaco de nuevo las interpretaciones como fareros al borde de la locura tanto de Willem Dafoe como de Robert Pattinson; sobretodo este último para mi sorpresa encarnando a T. Howard o Ephraim Winslow, un ayudante sublevado, desquiciado y atormentado por su oscuro pasado al que veremos evolucionar a lo largo del metraje hasta el punto de perder los estribos. Actor al que daba por encasillado y que me ha propinado una patada certera en el estómago de mi ignorancia. Esta actuación merecía mucho más por parte de la crítica a juzgar por lo que he podido ver. Si todavía no habéis tenido la oportunidad de observarlo actuar en ‘The Lighthouse’ hacedlo y probablemente opinéis como yo y eso que era bastante reacio al principio. W. Dafoe, en su papel de jefe, lo clava por supuesto, mostrándonos a Thomas Wake, un veterano lobo de mar lastrado, ex marinero curtido, autoritario, que se aprovecha de su súbdito y que utiliza de forma desmesurada el abuso de conocimiento (los mitos) y de poder hasta el punto de sacar completamente de quicio a su ayudante para arrastrarlo así al extremo de su enajenación mental. Los dos, repito, están a la altura de lo que el director nos quiere hacer entender. Ambos excelsos, diría yo.
Si bien el diálogo no predomina al principio, conforme vayan pasando los minutos podremos advertir un uso elaborado y muy bien cuidado del lenguaje culto. Hay algunos monólogos que simplemente me han dejado boquiabierto, en especial los de Dafoe.

Concluyendo, ‘The Lighthouse’ se desmarca totalmente de esas refritas películas de terror que nos sirve Hollywood casi todos los viernes y se convierte en una obra que podríamos calificarla como independiente, esa es la llave de la puerta —o del faro, nunca mejor dicho—que Eggers nos entrega para poder abrirla y adentrarnos así en un mundo inquietante, único y oscuro, repleto de referencias históricas, metafóricas y mitológicas como podría ser el conocido mito de Prometeo (especialmente este) y la fábula del monstruo Cthulhu del gran Lovecraft (maestro del terror) y donde el ser humano bajará hasta lo más profundo del infierno de su alma para sacar a relucir la locura elevada al máximo exponente.
Un producto brillante e infravalorado a partes iguales que bien lo amarás o lo odiarás. Yo voto por lo primero.
alexsespinar
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11 de enero de 2020
56 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y varias veces.Oda al onanismo, y no sólo eyaculatorio. Con mucha caradura y un esteticismo negro,el director sin ninguna buena película en su haber, busca la gravedad, el pesimismo, la trascendencia.
Para ello quiere ampararse en referentes mitológicos y soledades varías para ocultar un guión inexistente, repleto de petulancias y recursos dignos del peor cine de autor- gafa pasta de los setenta adaptado a los gustos de un público televisivo(leáse series truculentas) y con no demasiados referentes culturales de fuste.
Los actores pues se suman al festín, y nos regalan gestos y poses como lo harían en cualquier escuela de interpretación, tras algunas copas y con ganas de impresionar al alumnado.
Inanidad.
edug
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