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Voto de alexsespinar:
8
Drama. Fantástico. Terror Una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. El veterano farero Thomas Wake (Willem Dafoe) y su joven ayudante Ephraim Winslow (Robert Pattinson) deberán convivir durante cuatro semanas. Su objetivo será mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo que les permita volver a tierra. Pero las cosas se complicarán cuando surjan conflictos por jerarquías de poder entre ambos. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2020
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin una obra a la altura de lo que el cine de terror debería ser considerado. Una película orientada hacia un público adulto o más bien opuesto y no únicamente hacia esos fanáticos entusiastas de los ‘jumpscares’ de dudosa calidad a los que desgraciadamente la industria hollywoodiense nos tiene sometidos desde hace ya años. Y cuando uno se encuentra con algo diferente como es mi caso, siempre es bien recibido. Mi única pega es que ‘The Lighthouse’ no haya tenido un mínimo reconocimiento, aunque visto los tiempos que corren, era de esperar. ¡Qué ingenuo soy!

El director, Robert Eggers (The Witch) —deseando ver ya su próxima película por cierto— entremezcla de forma magistral la mitología con el terror psicológico más inquietante que puedas llegar a imaginar narrando la historia de dos fareros que son llevados a una remota isla de Nueva Inglaterra para mantener y cuidar un faro durante cuatro semanas hasta que todo se tuerce debido a un cúmulo de circunstancias, haciendo aflorar en ellos lo peor que uno puede llegar a esconder dentro y librando así una batalla por hacerse con el control del faro (de la luz), batalla que va más allá de la simple jerarquía y de la la lucha entre clases. Ahí es donde también juega un papel importante tanto la paranoia como el misticismo y que veremos reflejado de forma repetida con secuencias un tanto oníricas a lo largo de la historia como el poder oculto que se le atribuye al faro según Pattinson en ‘The Lighthouse’.
A simple vista parece un argumento sencillo pero:
¿Cómo hace Eggers para bordarlo y convertirlo, en mi opinión, en una obra de culto? Con muy poco. Con una pequeña isla, un faro y una banda sonora densa y perturbadora (sigo soñando con el maldito sonido de ese condenado faro!) además de dos interpretaciones impresionantes que son las de William Dafoe como veterano farero y Robert Pattinson como ayudante de éste. Simplemente con eso. A Eggers no le ha hecho falta más. Bueno sí, le ha añadido la guinda ambientándola a finales del siglo XIX, mostrándonosla en un blanco y negro granulado y dotándola de un encuadre de 1:19:1, tal como debería verse, atribuyendo así a la película un toque más clásico e inquietante. Precisamente este enfoque —que bien le valió una estatuilla de la Academy— hace que la película luzca muchísimo más, veremos una secuencia de fotogramas que son simplemente poesía para la vista. Paisajes marítimos salvajes, tormentas, aves al más puro estilo Hitchcock, planos panorámicos maravillosos alejados del faro y de la casa donde los fareros habitan, planos tanto diurnos como nocturnos que nos dejarán embelesados y detalles de secuencias cercanas como las muecas en rostros desquiciados de nuestros personajes que son extraordinarios y a su vez aterradores.
Todo ello en un fantástico despliegue técnico que luce impecable y, a pesar de ser en blanco y negro, permite que te envuelva en una atmósfera donde notarás incluso el frío en noches lluviosas y la sensación de aislamiento y abandono al que están sometidos los protagonistas.

Por supuesto, como no podía faltar en una película de este calibre y a pesar de que el propio Eggers reconociera que su película era una interpretación contemporánea del relato de “The Light-house” de Edgar Allan Poe, los guiños a otros grandes de la historia del cine están muy presentes como son Stanley Kubrick (El Resplandor), Alfred Hitchcock (Los pájaros), Andrei Tarkovsky (Stalker) en algún que otro plano interior, o incluso en la primera escena, que me hizo recordar a Martin Scorsese (Shutter Island).

Destaco de nuevo las interpretaciones como fareros al borde de la locura tanto de Willem Dafoe como de Robert Pattinson; sobretodo este último para mi sorpresa encarnando a T. Howard o Ephraim Winslow, un ayudante sublevado, desquiciado y atormentado por su oscuro pasado al que veremos evolucionar a lo largo del metraje hasta el punto de perder los estribos. Actor al que daba por encasillado y que me ha propinado una patada certera en el estómago de mi ignorancia. Esta actuación merecía mucho más por parte de la crítica a juzgar por lo que he podido ver. Si todavía no habéis tenido la oportunidad de observarlo actuar en ‘The Lighthouse’ hacedlo y probablemente opinéis como yo y eso que era bastante reacio al principio. W. Dafoe, en su papel de jefe, lo clava por supuesto, mostrándonos a Thomas Wake, un veterano lobo de mar lastrado, ex marinero curtido, autoritario, que se aprovecha de su súbdito y que utiliza de forma desmesurada el abuso de conocimiento (los mitos) y de poder hasta el punto de sacar completamente de quicio a su ayudante para arrastrarlo así al extremo de su enajenación mental. Los dos, repito, están a la altura de lo que el director nos quiere hacer entender. Ambos excelsos, diría yo.
Si bien el diálogo no predomina al principio, conforme vayan pasando los minutos podremos advertir un uso elaborado y muy bien cuidado del lenguaje culto. Hay algunos monólogos que simplemente me han dejado boquiabierto, en especial los de Dafoe.

Concluyendo, ‘The Lighthouse’ se desmarca totalmente de esas refritas películas de terror que nos sirve Hollywood casi todos los viernes y se convierte en una obra que podríamos calificarla como independiente, esa es la llave de la puerta —o del faro, nunca mejor dicho—que Eggers nos entrega para poder abrirla y adentrarnos así en un mundo inquietante, único y oscuro, repleto de referencias históricas, metafóricas y mitológicas como podría ser el conocido mito de Prometeo (especialmente este) y la fábula del monstruo Cthulhu del gran Lovecraft (maestro del terror) y donde el ser humano bajará hasta lo más profundo del infierno de su alma para sacar a relucir la locura elevada al máximo exponente.
Un producto brillante e infravalorado a partes iguales que bien lo amarás o lo odiarás. Yo voto por lo primero.
alexsespinar
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