Corazón de héroes

Ridley Scott es de esos directores que es un buen reclamo para cualquier película, pues dirigir películas de la talla de 'Alien, el octavo pasajero', 'Blade Runner' o 'Gladiator' son créditos suficientes para dar el beneficio de la duda a cualquier cosa que lleve su nombre en los créditos. En el momento de 'Tormenta blanca', Scott ya había rodado la primera y la segunda, pero incluso hasta los mejores no son perfectos todo el tiempo.

Basada en una historia real ocurrida en 1961, parecería más bien un remake encubierto de 'El club de los poetas muertos' que fue un pelotazo allá por 1989. Jeff Bridges, un actorazo como la copa de un pino, es rodeado de unos pocos veteranos y actores jóvenes en una historia que promete una odisea y la mayoría de tiempo es una sucesión de escenas donde algunas son poco relevantes para la historia que se quiere contar. Da la sensación de que le sobra metraje. Estoy de acuerdo en que es importante dar contexto, en la mayoría de lo posible, pero, al menos, que tenga utilidad.

Aún con todo, el metraje va desarrollándose más o menos satisfactoriamente con las jóvenes caras del elenco y Jeff Bridges destacando hasta que por fin hace acto de presencia la anunciada tormenta blanca que da sentido a toda la película. Ciertamente, ese tramo está muy bien rodado y tiene buenos momentos dramáticos, mas pasa en un suspiro. Ya no solo lo visto previamente parecía carecer de provecho en algunos tramos, sino que la parte realmente relevante es un pispás. Una sorpresa desagradable el usar el reclamo de un accidente marítimo para ser infrautilizado.

Con todo esto en cuenta, realmente no es un engendro de película. Los actores interpretan a un nivel correcto, el tramo de la tormenta está bien ejecutado y la resolución tiene su aquel. Que podría haber dado bastante más de sí es evidente si hubiesen pensado más inteligentemente en condensar el relato porque con dos horas de duración le sobran unos cuantos minutos.

Es tan inevitable encontrar tantas similitudes entre la TORMENTA BLANCA de Ridley Scott y El Club de los Poetas Muertos de Peter Weir como, para algunos, recordar el destino de los amores contrariados con el olor de las almendras amargas. Y, a lo peor, el saberse Jeff Bridges un remedo en ésta del inefable Robin Williams en la otra, puede que supusiese un lastre para el siempre brillante actor de Los Ángeles, Su Notarino, compañero del de Chicago en El Rey Pescador: todo por las aguas.
Naufraga, un tanto, esta TORMENTA BLANCA, con otra raíz en El Señor de las Moscas, de Golding, a la hora de fundamentar la profundidad de las relaciones entre los personajes. Y, de otro lado, cuesta mucho encajar a John Savage en alta mar tras verlo en una jaula de Vietnam. O a Caroline Goodall, médica en el Albatross, toda vez abandonada aquella fábrica de recauchutados en la República Checa.
Regular esta TORMENTA BLANCA, pues. Acaso una flor que un día se admiró y mañana estará muerta.

Es un diez pero con un matiz principal, creo que gustará más al sexo masculino, muy al estilo del Club de los Poetas Muertos. Para un servidor, el mayor activo de esta película es sin lugar a dudas la historia, la cual, acompañada de unas excelentes actuaciones, sobre todo las de Bridges y Wolf, hacen que cojas tus bártulos sin pensarlo y te enroles en la tripulación del Albatross desde el primer momento. La puesta en escena así como el contexto histórico en que se desarrolla le dan más credibilidad. La lucha constante de los personajes más jóvenes por alcanzar la madurez se refleja de manera perfecta con cada barapalo que se llevan, con cada primer instante de sus vidas en algo que constituirá un punto de inflexión en su adolescencia, con la forja de la amistad que les acabará uniendo hasta el punto de ser como una gran familia. No lo duden y sigan las aventuras del Albatross.

Un saludo a todos.

Basada en hechos reales ocurridos 30 años antes, es decir, que ya a nadie le importaban. Y menos aún ahora, 60 años después.

Me ha recordado, y mucho, a "El club de los poetas muertos", porque va del mismo palo. Una serie de adolescentes, algunos con problemas, donde no faltan el chulito que debe redimirse y el niño de papá al que el padre no le deja respirar, que se topan un con profesor enrollado que les guía en ese tortuoso camino que es la adolescencia, donde se pasa de niño a hombre. Por suerte, Jeff Bridges no me causa las naúseas que sí me da Robin Williams.

Es una película monótona y aburrida. Quizás en los 90, donde los adolescentes no tenían tantos estímulos, esta película tuviese algún sentido. Hoy en día, desde luego, no.

Terminando de ver “White Squall” (1996) de Ridley Scott con Jeff Bridges, David Lascher, Ryan Phillippe, Ethan Embry, Scott Wolf, Eric Michael Cole, Jeremy Sisto, Jason Marsden, Balthazar Getty, John Savage, entre otros. Drama de aventuras sobre un grupo de jóvenes que se van en un buque escuela en los años 60 para explorar, sin contar con la fuerza de la naturaleza. Película basada en hechos reales, muestra el rito de paso de los jóvenes masculinos, hacia la edad adulta, en un pequeño microcosmos como lo es el barco mismo, donde podremos ver todas las características psicológicas que definen a los varones. Al tiempo que aprendemos como espectadores, temas como la amistad, la camaradería, la unión, la fidelidad de grupo, la pérdida y las responsabilidades, entre otros puntos a reflexionar. La dirección de Ridley Scott es estupenda, desde el montaje, hasta lo narrativo, la puesta en escena, y la dirección artística, todas las escenas en el mar no tienen igual, así como el realismo en los efectos especiales. Del reparto, todos los jóvenes actores caen en el estereotipo, pero eso no quita que sus interpretaciones sean buenas; cada uno de ellos tendrá su momento de lucimiento, y de recuerdo que quedará en la memoria del espectador, aun cuando la historia es narrada y seguida por un solo personaje, es el carácter de grupo el que sobresale, incluyendo a los actores adultos, donde destaca Jeff Bridges principalmente. La película ha sido toda una sorpresa, que bien merece ser revalorizada como una Obra Maestra del cine de aprendizaje y aventuras. Nos queda que “El costo de la aventura”
RECOMENDADA
PRONTO una nota en el blog de Lecturas Cinematográficas.
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