Cuatro moscas de terciopelo gris

Absolutamente rendido a los pies de "Cuatro moscas sobre terciopelo gris", punto final a la denominada como trilogía animal de Dario Argento tras: "El pájaro de las plumas de cristal" (1970) y "El gato de las nueve colas" (1971).
De las mil cosas que me han hecho inclinarme ante el film, la más importante es lo marciano y delirado que resulta. Una vía que el cineasta romano ya merodeo, sin éxito, en la segunda cinta del tríptico, pero que en "Cuatro moscas sobre terciopelo gris" se revela como elemento fundamental. Por si no fuera poco con Bud Spencer haciendo de un personaje llamado Dios, con secundarios decididamente cómicos, o con una reunión en una especie de convención de ataúdes futuristas demenciales, tenemos marcianas set-pieces de claro tinte psicológico absolutamente brillantes con las que no sabrás qué pensar, o esa iconografía escénica con la que Argento estaba claramente plantando la semilla de "Rojo oscuro" (1975).
Y qué decir de esos encuadres absolutamente geniales que lleva a cabo Argento, especialmente en unos créditos iniciales que son la leche.
En resumen, espero que haya quedado claro mi amor por "Cuatro moscas sobre terciopelo gris".

Hay tantas cosas que están tan poco cuidadas que ni siquiera es posible llegar al final de la película habiendo mantenido el interés por conocer el final. El gran escaparate final queda en nada si llegados a ese crucial momento la pereza ha ganado la batalla. Hablo de personajes que aparecen como de la nada y se esfuman repentinamente cuando parece que han descubierto el plan, hablo de Bud Spencer y su colega el de las gafas, hablo de muertes que esperaba más vistosas, hablo de detalles de la trama tan poco cuidados que cuando llega algo interesante de verdad como son esas enigmáticas cuatro moscas ya todo te da igual.

Aún no he hablado del protagonista, con lo fácil que es escribir cuatro palabras cuando uno lo hace bien y otro mal: y lo cierto es que todos parecemos estar de acuerdo, los que ven una buena película y los que no, en señalar la interpretación del protagonista como un desastre. ¿Tan mal como para gritar al cielo?; lo dicho, un actor desastroso. Yo de un giallo al menos espero muertes brillantes, aquí poca cosa. El intento de ofrecer una resolución a lo Hitchcock, con una mente perturbada que explica demasiadas cosas en pocos minutos (bueno, más bien una explicación de todo lo que queda detrás) no me ha parecido nada acertado. Se ve rápido, eso sí, pero sólo por pasar un poco el rato.

Vaya si esta es una película extraña dentro de la filmografía de Argento, pero oye, eso no quita que no nos crucemos con muchos de los elementos que han alineado su cine durante años y por los cuales le hemos reverenciado.
Como suele ser habitual la historia se coge con pinzas de forma tan débil que casi se cae a trozos antes nuestros ojos, pero igualmente te mantiene atrapado en su sordidez y misterio.

No creo que su talento como realizador visual esté plenamente en rendimiento, pero igualmente podremos vislumbrar retazos de la particular narrativa visual de la que Argento hace gala en muchos otros clásicos.
Y por supuesto es una cinta que no te deja indiferente. Recomendada.
PD: Arrosio es el mejor personaje creado por Argento, ojalá alguien rescatara este fantástico personaje.

Esta tercera película de Argento quizá sea en su totalidad levemente inferior a las dos anteriores, pero en impacto visual creo que sí logra supera a la anterior, al menos en muchos momentos. Es cierto que puede chocar que salga Bud Spencer, pero creo que sale muy bien aquí y genera algunos momentos cómicos interesantes.
La película tiene alguna muerte impactante de las que no olvidas, también tiene intriga y misterio. Es muy buena la idea con la que juega la película de que, en la retina de una persona, puede quedar almacenada la última imagen que esa persona ha visto en vida.

Además, Mimsy Farmer consigue una buena actuación, ella también es la protagonista de otra buena película italiana "Il profumo della signora in nero" de 1974 y también la veo muy bien aquí.

Otra de las buenas películas de Argento, que comenzó en 1970 y 1971 con 3 películas que le consolidaron como el mejor creador de Giallos del momento y heredero del gran Mario Bava.

Segundo largometraje del maestro del giallo, tras la reconocida El Pájaro de las Plumas de Cristal (1971), que está protagonizada por Michael Brandon (Ricas y Famosas, 1981), y Mimsy Farmer (El Gato Negro, 1981).

Roberto, un joven músico que toca la batería en una banda de rock, se ve atrapado en una intriga criminal. Tras recibir extrañas llamadas telefónicas, se da cuenta de que un hombre lo sigue. Una noche, trata de hablar con su perseguidor, pero en la confusión que sigue lo apuñala sin querer. A pesar de que abandona inmediatamente el escenario del crimen, al día siguiente recibe inexplicablemente unas fotografías del homicidio.(FilmAffinity)

La película consigue mantener la intriga en el espectador de principio a fin, con un ya conocido juego en el popular subgénero italiano donde no se sabe absolutamente nada del asesino que acosa a los protagonistas hasta poco antes de terminar la propuesta. Sobre un ritmo que decae en ciertos momentos, sobretodo en su punto intermedio, la trama sabe enganchar al espectador con una atmósfera opresiva que prima, como viene siendo normal en el cine del director, sobre la trama en sí misma. Las actuaciones cumplen su cometido, donde destaca un Michael Brandon que sabe construir su personaje, y un Bud Spencer (Le Llamaban Trinidad, 1970) al que se hace curioso ver en otro registro, sobre las semejanzas con su papel habitual.

Si bien no está a la altura de otros films del director como Suspiria (1977), o Rojo Oscuro (1975), Cuatro Moscas Sobre Terciopelo Gris es una propuesta que consigue mantener el interés del espectador con una trama cargada de tensión apoyado por una atmósfera malsana que es marca del director.

Nota personal: 6/10