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Mi prima Rachel

Drama. Romance El joven huérfano Phillip Ambrose planea vengarse de una hermosa mujer que ha asesinado a su tutor. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
14 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recreación de la obra de de Daphne de Maurier, un folletín de corte decimonónico en el que entran todos los tópicos melodramáticos de un género honesto, arrebatado, emocionante, quizá injustamente denostado. Un género en el que todo es desproporción, el amor, la muerte, las relaciones, las situaciones y, especialmente, los caracteres, cuya escasa elaboración psicológica se ve compensada por los excesos.

En ésta destaca sobremanera el papel de Rachel, encantadora y malvada, segura de sí, calculadora, inteligente, extremadamente enigmática. Desarrolla un juego que se regodea en la ambigüedad para crear una tensión narrativa interesante, intensa e intrigante. Un papel veleidoso y muy atractivo, magníficamente interpretado por su homónima Weisz. Su antagonista, encarnado por Sam Claflin, es todo lo contrario: dentro del mismo apasionamiento general y sobrecargado de un romanticismo rancio, peca de una inmadurez que raya con la estupidez suprema.

La historia da para mucho, mantiene, interesa, intriga. El aspecto general de la cinta es notable: magnífica ambientación y fotografía excelente, no obstante, el resultado es muy irregular. Apresurada en la presentación, larga y premiosa en el planteamiento y muy precipitada en el desenlace con un final tan fugaz que casi se escapa al entendimiento. También, una vez desvelada la intención del autor, se echa en falta un tono más enfático de los secundarios, el padrino y su hija.

Visualmente, muy bella. Entretenida. Se deja ver bien.
Eulate
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25 de agosto de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi prima Rachel no es el mejor trabajo de Roger Michell, pero aun así es una cinta interesante.
Bellísima y perfecta en lo formal como sólo puede serlo el cine inglés, es una de esas historias de pasión arrebatadora mezclada con misterio que tan bien se le daban a Daphne du Maurier. La cinta, no obstante, en ocasiones no logra hacer justicia a ese amor teñido de mentira e intriga que profesa Philip a Rachel, y le falta algo de ritmo y de concreción narrativa.
Por suerte, Rachel Weisz es una de esas actrices que se basta y se sobra para dar vida ella solita a cualquier personaje. Ver cómo pone cuerpo, cara y voz a la sospecha perpetua que es Rachel Ashley esa una delicia. Cómo mide cada mirada, cada palabra, cada gesto... es el trabajo de una maestra. Bravo.
Ya sólo por casualidad... ¿cuántas películas o series de época lleva Holliday Grainger? Atentos: Los Borgia, El amante de Lady Chatterley, Grandes esperanzas, Jane Eyre, Bel ami, Anna Karenina, Cenicienta, Tuip fever... ¡Jesús!

Lo mejor: Rachel Weisz, soberbia.
Lo peor: Es algo lenta y le cuesta coger fuerza
Sibila de Delfos
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20 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto esta película, intrigado tras haber leído la novela en que se basa. Al igual que en la famosa Rebeca, también de De Maurier (y de la cual Hitchcock realizó una adaptación mítica en la que fue su primera película americana), gira el argumento en torno a una misteriosa figura femenina, que provoca una ambigua fascinación, pues no sabemos hasta qué punto su lado malvado es real o imaginario.

Como en la novela, el principal problema reside en cierta morosidad y falta de enjundia en su desarrollo. Y, sobre todo, en la personalidad del protagonista, un botarate corto de luces que no parece sentir interés por nada, ni siquiera por las mujeres. Hasta el punto de que, en su primer viaje al extranjero, llega a Florencia tras quince días de trabajoso periplo, en pleno siglo XlX, y solo pasa allí una noche, deseoso de volver a casa y sin sentir el menor interés por esa maravillosa ciudad, cuna del arte renacentista. A causa de detalles como ese, le coge uno manía al protagonista (por lo menos yo se la cogí), y piensas que cualquier cosa que le pase se la tiene merecida, por tonto y provinciano. Pero, en fin, lo que acabo de referir respecto al protagonista se ve claro, sobre todo, en la novela.

A favor de la película, hay que decir que tiene un empaque notable, con maravillosas localizaciones y una gran fotografía y dirección artística, así como una gran interpretación de Rachel Weisz, que se llama, qué casualidad, igual que el personaje que interpreta.

Me ha resultado interesante, por otra parte, comparar esta nueva versión con la película de 1951, que protagonizaban Richard Burton y Olivia de Havilland (que he ido viendo a saltos). Viéndola, te das cuenta de lo mucho que ha cambiado el cine, sobre todo técnicamente (en la de 1951 predominan los decorados, incluso el estilo de interpretación es distinto), pero también por algunas decisiones relativas al guion, más fiel a la novela en esa vieja adaptación. Sin embargo, la emotiva y lapidaria frase final, curiosamente, es la misma en ambas películas ("Raquel, mi tormento"), a pesar de que no aparece en la novela. Esta, por cierto, acaba con una referencia nada romántica a la horca, que a su vez aparece en los primeros planos de la vieja película de 1951 y en cambio en esta nueva versión ni se menciona.

En resumen, esta película está bien, pero Rebeca es seguramente la mejor novela de De Maurier y me quedo con la maravillosa adaptación que de ella hizo Hitchcock.
alex
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3 de noviembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lamento comenzar con una triste decepción, la sentida con la triste adaptación de la estupenda obra de Daphne du Maurier, perpetrada por Roger Michell. Roger Michell, que se come momentos muy marcados e importantes del libro como quien mastica patatas fritas; y lo resalto sabiendo del tan manido "No es posible condensar en dos horas una obra literaria sin perder páginas por el camino o metraje", porque no es el caso: el director no ha eliminado mucho material literario pues tampoco es que lo hubiese, y me refiero a que es la típica novela muy fija en el nudo y agradecida en el desarrollo. Es suspense, y Michell obvia detalles hacia el final que desvirtúan la historia y cercena la cabeza de la triste Rachel y con ese cráneo, la esencia del personaje.

A aquellos afortunados que hayan leído el libro, tan sólo hacerles recordar cuándo y cómo se revelan las reales intenciones de Rachel -un magnífico in crescendo en la habitación de ella-, y también cierto jardín. Y entonces, si han visto la película con la expectación y la suspicacia naturales, se sentirán tan tristes como yo...

Como Rachel y yo.
Rick Blaine
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4 de septiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la mano de Roger Michell ("Notting Hill" (1999), "Morning Glory" (2010)) nos llegó en 2017 esta intriga británica de época, basada en la novela homónima de Daphne du Maurier (autora también de "Rebeca" (el trabajo en el que se basó Hitchcock para una de sus obras maestras del suspense)). A principios del siglo 19 el joven noble Phillip Ashley (Sam Claflin) se dispone a heredar una gran fortuna de su primo y padre adoptivo fallecido... pero su viuda (Rachel Weisz) también llega a las tierras de los Ashley con dudosas intenciones.

El film cuenta con ciertas cualidades robustas que tornan la experiencia cinematográfica en una distracción admisible siempre... y hasta seductora por momentos. Y estos bastiones son en mayor medida el juego continuado de su ambigüedad criminal (el guion (a pesar de caer en la simpleza y topiquez del personaje masculino de la trama, un ser que nunca piensa antes de actuar) sabe componer y virar con la intriga de si este personaje femenino es un lobo con piel del cordero o una incomprendida entre prejuicios) y la actuación maestra de Rachel Weisz (capaz de dotar a su rol de un magnetismo natural a la vez que trasmite de forma avezada unos sentimientos inciertos (nunca se sabe si su personaje está fingiendo para manipular o no)), y en menor medida una puesta en escena distinguida (hay en "Mi prima Rachel" un despliegue de escenarios repleto, tanto de interiores como de exteriores. Y para muestra la secuencia de la cena navideña o esos paseos a caballo por parajes naturales), una actuación natural y pertinente de Sam Clafin, y una banda sonora adecuada (que no sobresaliente) de Rael Jones.

El problema viene con la distribución de los tiempos que hace Michell, y es que el de Pretoria estira ciertas escenas sin ninguna necesidad... e incide demasiado en las partes redundantes del relato (pocas, pero las tiene). Esto hace que "Mi prima Rachel" se vaya diluyendo más de lo que debería (¡vamos, que no estamos ante el magnífico tempo de Paul Verhoeven en "Instinto básico" (1992)!) y vaya distanciando con cierta indiferencia al espectador. Y eso que Michell ofrece un despliegue de planos versado (entre tanto plano/contraplano y plano recurso hay un uso estupendo del foco alterno).

Es, en definitiva, una cinta de género que pudo resaltarse más con una elección más equilibrada y pulida de sus situaciones. Y aun así, todas las virtudes del film (con Weisz a la cabeza de ellas) van sosteniendo un metraje para derivar en un visionado lo suficientemente confortable y curioso en líneas generales como para merecer un vistazo. Es una película recomendable como pasatiempo a todo público adulto (e indispensable para los muy incondicionales de las intrigas de época y de los trabajos de sus actores principales). Pues "Mi prima Rachel" no es un thriller de la categoría de "El secreto de sus ojos" (2009) o "Tesis" (1996), pero se puede equiparar fácilmente a "La duquesa" (2008), "Un crimen perfecto" (1998), "La chica del tren" (2016), "Regresión" (2015) o "La visita" (2015) entre otras.

Lo mejor: La actuación imperial que se marca Rachel Weisz (éste está entre sus mejores trabajos. Y eso es mucho decir de una actriz que ha hecho papelazos como los de "El jardinero fiel" (2005), "Negación" (2016) o "La favorita" (2018)).
Lo peor: Como el guion trata de forma tan arquetípica y simplona al personaje de Sam Claflin (que merecía algo más que ser el pardillo manipulable de turno).
Spark
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