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La condición humana III: La plegaria del soldado

Bélico. Drama Tras ser derrotados por los rusos, Kaji y los pocos hombres de su unidad que han sobrevivido emprenden una larga marcha en un intento desesperado de llegar a territorio amigo. Tras sortear no pocas dificultades, Kaji se ve obligado a rendirse y es enviado a un campo de prisioneros en Siberia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
5 de febrero de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo palabras para describir la Enorme trilogía de Kobayashi. Nunca antes había visto, sentido, hasta el vértigo, hasta la náusea, hasta.. Increíble, alucinante, atroz, cruel, maravillosa, abominable.. Lo mejor del cine, el mejor cine, la peor vida, la Verdad de la Guerra, la Verdad del ser humano, lo que somos, lo que fueron. Todo. Todos los Oscars del mundo no son nada en comparación con este alma desnuda, que desnuda Todo lo que somos. No merece un 10, merece un 20, como poco.
Maria
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22 de noviembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista la trilogía entera, me dispongo a comentarla como buenamente sé.
Antibelicista si, pero creo que es más allá, como el propio título indica, todo va de la condición humana. Da igual que sea en el trabajo, en la guerra, en la carcel, despues de la guerra. Hay una frase cerca del final a la que siempre llego despues de intentar explicarme el porqué de las barbaridades, incoherencias, etc que ocurren en este asco de mundo. Están hablando de su desengaño con los rojos, con los que tienen una afinidad ideológica pero desafortunadamente no se comportan como tal (aquí ninguno es bueno): "¿No hay más remedio?. Sólo son humanos, no hay más remedio."

El personaje era impensable para mi que existiese en el cine, el actor claro ayuda mucho, en toda su verosimilitud Tatsuya Nakadai es perfecto, no tiene un desliz en las 10 horas de película rodeado del horror, la muerte, la tentación, la desesperación. Sin hacer de él un gran sabio, un héroe, un tio de acción, sin grandes discursos...nos deja unas reflexiones para cagarse, y al fin, no son más que simples y naturales ideas en medio de la locura disfrazada.
Y me lo creo a rajatabla, más cuando desborda todo ese humanismo, razón, lógica, sinceridad, dignidad. Hay que verlo...

Para mi y segun mis gustos claro, "sólo esto" la hace no sé si lo mejor del cine, pero sí la más grande trilogia, por encima de El Padrino, en muchas cosas, no es que no me guste la de Coppola, si no todo lo contrario, no es una comparación gratuita, habrá quien se tire de los pelos, pero es que La condición humana aporta muchisimo más. Digo "sólo esto" porque la realizacion es tan buena como la historia y lo que transmite. Pero en esto me se explicar aún menos. Sólo intentar explicar porqué me parece Descomunal esta obra que, después de verla, se me fué quedando en la retina y en la cabeza cada vez más, en vez de lo contrario..
Fly Faneca
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24 de septiembre de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de resultar paradójico que el grandísimo director nipón Masaka Kobayashi permanezca casi totalmente oculto entre los comunmente afamados directores japoneses considerados clásicos. Eclipsado no solo por la omnipresente obra del siempre alabado Kurosawa si no también por otros nombres ampliamente reconocidos en el mundo cinéfilo tales como Ozu o Mizoguchi no resultaría excesivo declarar que su filmografía no solamente raya a su misma altura si no que la supera con creces especialmente con esta su trilogía de La Condicion Humana, una obra apabullante de una fuerza y riqueza casi inabarcables.

Kobayashi despliega en La Condición Humana más de nueve horas de cine auténtico, comprometido, poderoso, bellísimo, humanista, desgarrador, realista, poético, crudo, incisivo, antibelicista y profundamente romántico a través de una historia de amor imperecedera la de Kaji y Michiko que aún siendo entrecortada, sesgada o destruida por los avatares implacables de la guerra moverá cada una de las acciones de ambos hasta las puertas mismas de la muerte.

En 1943 en una aldea de Manchuria región China ocupada por los japoneses desde 1932 viven su romance Kaji y Michiko bajo la constante amenaza de que este sea llamado a filas para combatir de lado japonés en la Segunda Guerra Mundial que se extiende por el Pacífico. De ideas revolucionarias en su manera de entender la organización y el trato que se le debe dar a todo trabajador, sus superiores le dan la oportunidad de aplicar sus métodos en una vasta e inhóspita mina de carbón cuya mano de obra son prisioneros chinos que malviven y son explotados ajenos a todo derecho y atisbo de libertad, La posibilidad de aceptar este trabajo eximiría a Kaji de sus deberes militares, quedando aplazada de manera indefinida su incorporación como soldado al creciente conflicto bélico en el que Japón está inmerso.

En dicha mina trascurre la primera parte de la trilogía chocando los métodos y los ideales siempre humanistas de Kaji con el carácter autoritario, represor y violento de los dirigentes de la explotación. Además se alza la voz de Kaji de manera continuada en el desierto pues la mano de obra china lo ve desde el prisma de la desconfianza siendo situado a menudo por ellos al nivel de todo japonés, es decir es visto como un enemigo más.

Como ocurre a lo largo de toda la trilogía Kobayashi entrelaza en el argumento principal varias historias secundarias que se amoldan de manera perfecta al grueso del relato configurando una amalgama de situaciones y personajes realmente conmovedoras e impactantes, destacando en esta primera parte la historia de amor que surge entre una prostituta y uno de los prisioneros, solo un ejemplo de lo bien que están tratados por Kobayashi los sentimientos y las relaciones humanas.

El alto sentido de la justicia mueve los actos de Kaji y el refugio en el calor y amor verdadero de Michiko aminora los sinsabores y decepciones que se derivan de su proceder, pero el orden, la disciplina y la defensa del status quo se interpondrán entre ambos y Kaji será relegado de sus funciones y más aún enviado a la guerra muy lejos de su amada, iniciándose entonces la segunda parte de la trilogía.

La instrucción de Kaji como soldado constituye el primer bloque de esta segunda parte, adentrándose Kobayashi así en los entresijos de la estructura de un ejército japonés altamente estricto, deshumanizado y jerarquizado donde las vejaciones y el maltrato son frecuentes incluso entre los propios soldados. Cabe destacar las fragantes similitudes de este segmento de La Condición Humana con el de la instrucción mostrada por Kubrick en La Chaqueta Metálica, algunas estructuras argumentales son estrictamente similares constituyendo una adaptación que muchas voces han tildado de plagio, hecho que solo con los años ha llegado a ser ampliamente conocido en el mundillo cinéfilo pasando prácticamente inadvertida la palpable semejanza entre ambos films cuando Kubrick estrenó su película en 1987.

La habilidad de Kobayashi para seguir pincelando la historia de amor entre Kaji y Michiko alcanza aquí uno de sus puntos álgidos en el fragmento en el que Michiko se presenta en el cuartel en busca de noticias y se le es concedida el pasar una noche a solas con su esposo. Dicha oportunidad será aprovechada por los amantes hasta el último aliento siendo el encuentro entre ambos tan hermoso como melancólico y sutil conocedores de que al amanecer una guerra casi infranqueable volvería a separarlos.

En el segundo bloque de esta segunda parte Kaji y su batallón son finalmente enviados al frente teniendo que entrar en combate con la avanzadilla implacable del ejército ruso que asola todo a su paso con sus tanques destructores. Kaji se encontrará aquí con la cara más despiadada y mortífera de la guerra, asistiendo impotente a la muerte de sus compañeros soldados y aferrándose a un instinto de supervivencia en el que siempre revolotea la sombra de Michiko. Además Kaji sentirá en su alma el dolor y la culpa de matar a otro ser humano lo que revertirá en el que será desde entonces su único propósito, regresar a casa en brazos de Michiko aunque sea tal vez y para siempre un hombre cambiado, un hombre manchado en sangre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Wild In Love
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28 de junio de 2021
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El final de la trilogía “La condición humana” de Masaki Kobayashi y basada en la obra de Junpei Gomikawa.
El inicio de un camino de muerte con el único objetivo de sobrevivir.

La búsqueda desesperada del regreso al hogar. Un único pensamiento, volver a encontrarse con Michiko, todo lo demás, obstáculos. Kaji inicia un viaje de introspección en el que cada vez escuchamos más sus pensamientos en voz en off, narrándonos aquello para lo que no hay palabras.

Soportar el hambre. El frío. Matar. Perder a tus hombres. Tener que abandonarlos. Robar. Aplastados. Sin rumbo. Seguir hacia delante. Volver a casa. Michiko.

En el tortuoso camino ya no parece quedar espacio para la moral, un error de cálculo supone perderlo todo, con una bellísima fotografía en blanco y negro, recorremos el camino junto a Kaji, observando como pierde pequeñas partes de si mismo, como le arrancan algunos fragmentos, como otros desaparecen.

“La sangre del odio continuará brotando de las heridas y alimentando una desconfianza irreparable”

Vemos el desengaño en Kaji, como sus ideales se hacen añicos, como observa que la condición humana es igual en todos, independientemente de su lugar de origen o su estrato social, o de las ideas.

“Solo son humanos, no hay más remedio”

El ejército rojo captura a Kaji, e irónicamente está donde comenzó, en un campo de prisioneros, solo que esta vez la situación es la contraria. Aún con todo, Kaji mantiene su orgullo, sigue siendo el, mientas las situaciones, la justicia o la verdad pueden cambiar, y a él le pueden llamar “samurai fascista”, la ironía lo abarca todo.
Como individuo sufre, y hace lo que puede por protegerse, pero la autoridad ve en Kaji un problema, siempre lo ha sido, y todos sus actos, aunque intentasen ser correctos, se vuelven contra él en forma de rencillas.
Ya no hay espacio para más actos correctos, solo para sobrevivir un día más.

En la guerra el bien es suprimido y el mal tolerado, Kaji es un espectro de lo que una vez fue, consumido, humillado, manchado, vencido.

Su movimiento se ralentiza. Sus pasos se acortan. Blanco. Manju. Michiko. Nieve. Pureza. Regreso.
mi_mo_ca
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4 de octubre de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Final de este impresionante fresco antibelicista de Masaki Kobayashi. Como bien comentan algunos compañeros en sus críticas, parece injustificado el desconocimiento a esta película y a su director, autor de extraordinarios films, "Kwaidan", "Rebelión", "Samurai". Magnífica recreación del antes, durante y después de la intervención japonesa en la 2ª Guerra Mundial, y en concreto en Manchuria. Tal vez en esta 3ª parte y final, la película resulte un poco tediosa, no obstante el conjunto es realmente notable, sobresaliendo sobremanera la dirección de Kobayashi, un adelantado a su tiempo.
Pablo
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