Un corazón normal (TV)

Dirigida por Ryan Murphy y producida por la HBO, remarca en un tono intimo, con emotividad y dureza, la lucha y división de los activistas gays, que con la escasa ayuda de la comunidad médica, intentaban mostrar la verdad de una pandemia, calificada al principio de los 80, como el “el cáncer gay”, el SIDA, con una gran interpretación de Mark Ruffalo, enérgico y elocuente, y un elenco de actores a la altura de un guión acertado muy desgarrador, hacen un film CONTUNDENTE

La primera vez que oí hablar del SIDA fue a raíz de la muerte del actor Rock Hudson, siendo yo un proyecto de adolescente. Pero a esa edad en ningún momento fui consciente de lo que la irrupción de esta enfermedad supuso para la sociedad a principios de los años ochenta. El cine se encargo, ya durante los primeros años noventa, de retratar, con más o menos acierto, el drama que el SIDA representó, primero para la comunidad gay,y luego para el resto de la sociedad. Películas como En el filo de la duda, Compañeros inseparables o la francesa Las noches salvajes abrieron el camino a un tema que desde entonces se ha llevado al cine desde todos los ángulos posibles.
A su vez a mediados de los ochenta, y anticipándose al cine, se estrenó en los circuitos más independientes una obra de teatro con toques autobiográficos, The Normal Heart, escrita por Larry Kramer y que de manera enérgica llevaba a escena el aterrador proceso que llevó a la comunidad gay neoyorkina a tomar conciencia del grave problema al que se enfrentaban ante la pasividad e indiferencia de las autoridades. Ya desde el primer momento esta obra fue considerada de referencia, pero no ha sido hasta estos últimos años que ha tenido una exhibición más normalizada, siendo reestrenada con éxito en los escenarios de Broadway. Además, y tras años intentando llevarla al cine (recuerdo que durante años estuvo vinculada a Barbra Streisand), ha sido finalmente la cadena HBO quien, de la mano del director Ryan Murphy, ha conseguido, por fin, darle formato de película. Y la experiencia se ha saldado con un logro divulgativo y emocional de primer orden.
En el año 1981, la ansiada libertad con la que la comunidad empezó a normalizar su vida recibió un tremendo revés con la aparición de una enfermedad desconocida que afectaba a varones homosexuales y que pronto se asoció con las relaciones sexuales. La enfermedad se extendió con enorme rapidez y los muertos pronto se empezaron a contar por centenares. Esto puso en jaque a un grupo de activistas por los derechos de los homosexuales, encabezados por el escritor Ned Weeks que se esfuerzan porque las autoridades consideren prioritaria la investigación sobre la desconocida epidemia. Su lucha contra un sistema inmisericorde, y sus propios dramas personales centran el argumento de una película que tiene sus principales virtudes en la fuerza del texto, y en la enorme interpretación de un grupo de actores entregados en cuerpo y alma a la película.
No parecía en nombre de Ryan Murphy en más adecuado para un proyecto de estas características, y es que sus proyectos televisivos (Glee o American Horror Story) apuntaban en una dirección aparentemente opuesta, y sus dos películas previas, Recortes de mi vida y Come reza ama, habían resultado, como mucho, discutibles, siendo muy generosos en la calificación. Pero sorprende ver la honestidad con la que se ha acercado a esta historia, hasta el punto de que la obra ha perdido parte de su cinismo y fiereza por el camino, para convertirse en algo más emocional e intenso. Su labor de dirección no pasa, eso sí, de ser meramente funcional cediendo el protagonismo, como he dicho antes, a un guión que, en boca de esos actores, se convierte en algo profundamente doloroso, por real, y profundamente emocionante.
Mark Ruffalo en cabeza de manera sobresaliente un reparto en el que destaca la conmovedora interpretación de Matt Bomer. Juntos componen un dúo que llega directamente al corazón del espectador. Junto a ellos una renacida Julia Roberts, como la única doctora que se atrevió en aquel momento a hacer frente a lo desconocido, está igualmente soberbia. Destacar también de entre el resto del excelente reparto al actor Joe Mantello, que protagonizó la reciente reposición de la obra en Broadway, y que aquí tiene un personaje secundario con una escena que pone los pelos de punta.
Tal vez esta película no descubra nada nuevo en lo cinematográfico, pero tiene la suficiente fuerza para calar hondo en el espectador sin trucos, con emoción verdadera y dignidad.

7,5

PD: No he visto la obra teatral original. Mis apreciaciones están basadas en los numerosos fragmentos de la obra que se pueden en Youtube, y que dan una idea del tono, aparentemente diferente al de la película, que la obra de teatro tiene.

The Normal Heart es un milagro.
Lo que ha hecho Ryan Murphy es simple y llanamente una de las mejores películas vistas en años, sea en TV o en cine. The Normal Heart no sólo es un desgarrador, durísimo, comprometido y necesario relato sobre la explosión del SIDA entre la comunidad gay de Nueva York en los 80, sino una pieza de arte fílmico. Golpea como un mazo en el corazón del espectador, pero lo hace sin cursilerías ni tonterías, sino basándose en las experiencias desgraciadamente reales de personas que sufrieron este infierno que detalla la película, con diálogos espléndidos, ambientación perfecta y una emotividad latente durante todo el metraje que fluye de forma mágica. Murphy, además, mantiene el ritmo perfectamente, sin que el interés decaiga, y es uno de esos raros casos de una producción que según avanza se va volviendo más y más interesante y preciosa. No tiene además ni rastro del aire telefilmesco de Dallas Buyers Club, con la que comparte muchos puntos inevitablemente, y es desde luego más redonda y lograda que la ya de por sí estupenda Philadeñphia. De hecho, se puede decir que es seguramente la mejor película que se ha hecho sobre el SIDA en Estados Unidos.
Pero todo esto no sería nada, nada, si Murphy no contase con un reparto de excepción para dar cuerpo a todas esas emociones, y todos merecen unas palabras: Alfred Molina representando la lucha del heterosexual medio entre la compasión y el amor y el rechazo hacia la comunidad gay; Joe Mantello, soberbio y desbordante en su contención (atención a cuando estalla frente a los otros quejándose de todo lo que es injusto y de lo dura que ha sido su vida); Jim Parsons, aportando toques cómicos en un tono muy distinto a lo que hace en Big Bang Theory y luciéndose también como actor dramático (ver su discurso en el funeral de un amigo); Taylor Kitsch, un actor siempre injustamente ninguneado por la crítica por sus fallidos intentos de convertirse en un héroe de acción, que consigue aquí una interpretación realmente soberbia que no recuerda a nada de lo que haya hecho anteriormente en Salvajes, Battleship o The Bang Bang Club, donde ya estuvo excelente (ver sus enfrentamientos con Ruffalo o cuando cuenta una experiencia traumática vivida en un avión); Matt Bomer, en la primera actuación de su carrera que demuestra que puede ser un actor de los grandes, uno que puede decir cosas muy interesantes a partir de ahora (atención a cuando Felix confiesa su pasado a Ned, sus miradas en el metro a un enfermo o, sin dar detalles, todos los últimos cuarenta minutos de película). Y por supuesto, Mark Ruffalo, que es sin lugar a dudas uno de los mejores y más versátiles actores del mundo, todo alma y corazón en la piel de un hombre desesperado que lo va perdiendo todo y aun así sigue luchando, al que Ruffalo dibuja en toda su complejidad, con su valentía y también su intransigencia (Weeks es un personaje que no acepta nada bien que se le lleve la contraria o que los demás personajes no sean como él). No cabe olvidarse tampoco de Julia Roberts, igualmente excelente. Acabada ya su etapa de reina de la comedia romántica, la protagonista de Erin Brockovich ha encontrado un nuevo filón en los personajes de mujer amargada pero con buen corazón, que borda, como hizo en Agosto. Escenas como la del enfrentamiento de Brookner con la Comisión deberían cerrar la boca de los que se echan al cuello de Roberts a cada paso simplemente por haber sido la reina indiscutible de Hollywood durante los 90.
Simple y llanamente, una película necesaria, terrible y maravillosamente hecha.

Lo mejor: Todo.
Lo peor: Quizás podría haber durado unos minutos menos.

El tema del Sida en USA ha tenido en los últimos años resonancia en el cine, destacando dos trabajos, el espléndido documental “How to Survive a Plague” y el año pasado la destacable “Dallas Buyers Club”. Este año HBO acaba de estrenar el telefilm “The Normal Heart”, que se centra al inicio de los 80, cuando el Sida se estaba apenas descubriendo y se conocía como un cáncer que atacaba sólo a los gays, la he visto y ha sido una notable decepción. Lo único a destacar son los actores, con una gran Julia Roberts, a pesar de su pequeño y desaprovechado papel y el resto del elenco que cumple, y que seguro sonarán en las nominaciones del Emmy, Globes etc.., pero dejando de lado el elenco de lujo que tiene, el guión cojea en ocasiones, el aire a telefilm se hace muy evidente en el peor sentido de la palabra. No aporta absolutamente nada, excesivamente larga y con poco contenido. Mejor quedarse con las dos obra que menciono al inicio. Es una lástima, puso ser otra buena obra sobre el tema, pero le quedó grande el trabajo a Ryan Murphy.

http://www.frasesdepeliculas.com.co/
http://asbvirtualinfo.blogspot.com/

Me dispuse a ver esta cinta después de que Matt Bomer se llevara un bien merecido Globo de Oro por su interpretación en esta cinta.
A priori, no esperaba mucho de ella, tenía en mente que sería una Philadelphia 2.0 con búsqueda reiterada de lágrima fácil. Pero afortunadamente no ha sido así. Me ha parecido conmovedora y desgarradora sin los escesos histriónicos de Tom Hanks.

Producida por HBO y dirigida por Ryan Murphy, The Normal Heart muestra con crudeza y sentimiento la lucha de grupo de activistas gays en el Nueva York de los años 80 por ser escuchados por políticos y responsables de Sanidad ante un extraño pero letal "cáncer gay" que va sesgando la vida de sus amigos y parejas.

El tiempo pasa, el cáncer gay ahora se llama SIDA, ataca veloz y también lo padecen los heterosexuales. Ya no es solo una enfermedad provocada por la pomiscuidad gay, ahora el número de víctimas sí parece contar más que antes y ahora sí que políticos y autoridades médicas están dispuestas a conceder más atención.

Soberbia actuación de Mark Ruffalo, muy bien acompañado por un elenco con grandes interpretaciones, destacando la de Matt Bomer.

En definitiva, interesante y bien lograda película; CONMOVEDORA