El gran robo

El actor de Anatomía de Grey hace de guaperas enamorado de una cajera (Ashley Judd) que acude al banco con tal de verla. En los primeros minutos el banco es atracado por dos bandos diferentes: unos muy preparados, con alta tecnología, y otros, muy torpes, callejeros. Los rehenes del banco son encerrados (Judd queda así en un segundísimo plano) y Dempsey se hace el héroe, pero a su manera.

No es sólo una trama rocambolesca e increíble, si no que no tiene la más mínima gracia. Los atracadores caen mal: unos, por estúpidos; los otros, por llevarles la contraria. Se abusa del uso de las armas, explosiones, de las amenazas y de las secuencias de "ni para ti, para mí". Para rematar, el personaje excesivo de Dempsey está inspirado en tipos como Castle o El mentalista, al atribuirle ciertas dotes para la observación detectivesca. Es capaz, por ejemplo, de recomponer la escena a lo CSI.

El gancho en realidad es averiguar cómo ha sido posible que se haya dado un doble atraco y quiénes están en el ajo. Pero para esclarecer esta conspiración se dan más vueltas que en una noria.

Colombo estaría orgulloso del papel interpretado impecablemente -ya era hora que acertara en su elección- por Patrick Dempsey en una historia que divierte porque no hay por donde cogerla. Con un principio torpe, un desenvolvimiento sin ton ni son, lleno de giros inesperados que recuerdan a esas tardes de domingo lluviosas jugando al cluedo con los amigos y un final inesperado que pretende crear sonrisa en el espectador (y lo hace) tiene momentos geniales con otros menos intensos pero con un nivel aceptable de comedia barajada con thriller y misterio. Sin duda alguna, lo más espectacular es la actuación de Patrick, sobre el que recae todo el peso interesante del relato y que, de forma soberbia, se expande por todos los fotogramas como pez en el agua. Un sorprendente y novedoso "Se ha escrito un crimen" pero más atractivo y seductor aunque, llega momentos, que alcanza tal ralladura de inalcanzable locura que podría haber ocurrido la más original estupidez que uno pueda imaginar. Quédense con las risas que provoca, no piensen mucho en los pasos que sigue y disfruten de la picardía de nuestro héroe conductor.

La definiría con una sola palabra, entretenida. Al fin y al cabo es una de las cosas más importantes de una película, entonces si queréis pasar un rato sin tener que prestar mucha atención y viendo a bastantes actores conocidos tanto en series (Patrick Dempsey, de lo mejor), como en otras películas, esta es la vuestra.
Desde el principio intenta entrelazar acción con escenas cómicas, algunas mejores que otras, consiguiendo mantenerte pegado a ella hasta el final, cuyo objetivo primordial es la sorpresa, en los casos que lo consiga, prodríais llegar a hablar de ella.

Su idea gira sobre «Dos bandas de atracadores, un único botín» pero creo que hace referencia a los dos hemisferios de mi cerebro que están siendo atracados por un único trofeo y fin: robarme y saquearme mis neuronas. Yo no haría mucho caso a una película cuyo título original es ‘Papel-volador’ pero una vez que uno ve sus títulos de crédito iniciales se da cuenta de las intenciones: una regresión infantil al subconsciente del espectador mediante dibujos pueriles, para inutilizar sus puertos cerebrales, con un cruce de comedia chanante y lo que no se sabe si es una parodia de una cinta de atracos a banco o un atraco a las cintas de parodia.

En la crítica, por supuesto negativa, que ha hecho Toni Vall en Cinemanía compara “Atraco por duplicado” con ‘La hora de José Mota’ pero yo quiero romper lanza a favor de la película del director de “El rey león” y negarlo rotundamente. ¡No tiene nada que ver con José Mota! ¡Esto es “Manos a la obra AKA Manolo y Benito Corporeision” en su versión robo y atraco de bancos! Cuando vi Ashley Judd en “Normal Life” me dije: esta chica se merece llegar lejos… pero ahora hace películas como “Rompedientes”, “La gran aventura de Winter el delfín” o “Atraco por duplicado”… Y luego está el calienta-bragas de Patrick Dempsey… A estos chicos les ponen una bata y ya son sex-symbols internacionales. Un poco como le pasó a George Clooney con “Urgencias” pero en vez de subir Dempsey como su referente sex-symbol está cayendo en picado como mi tensión cada vez que ve uno de estos churros.

“Atraco por duplicado” podría haber sido una revisión de “Un cadáver a los postres” pero jugando con esas películas de atracos de giros y giros y más giros sobre giros… y, al final, acaba todo tan girado como mi cuello antes de vomitar.

"Atraco por duplicado" tiene una premisa muy original. Es cierto que las películas basadas en robos de bancos son un género casi por sí mismo, y aunque con variaciones, casi siempre tiene el mismo desarrollo. Pero en esta ocasión, el guión firmado por los creadores de Resacón en Las Vegas parecía ir por otro camino.

Un atraco a dos bandas es esta premisa original que, a pesar del esfuerzo de los creadores, nunca logra remontar el vuelo tras unos prometedores primeros minutos. Poco a poco, lo que parecía ser interesante se convierte en monótono, en parte porque la historia se convierte en un absurdo tras otro sin que los protagonistas puedan hacer algo por remediarlo. Ni la presencia de Dempsey, al que aquí no le falta carisma pero sí la capacidad de llenar la pantalla, ni la de Judd, a la que le falta papel para demostrar que se siente cómoda en la comedia, permiten a la película captar nuestra atención.

Y por si esto nos pareciera poco, la película da un giro de 180 grados pasando de la comedia absurda al misterio sin que los protagonistas cambien de registro. Una especie de "Diez negritos" (salvando de lejos las distancias) que ni los caricaturizados atracadores ni los aburridos rehenes no saben bien cómo encarar, para terminar en un gran lío en el que nadie es lo que parece porque, en el fondo, nadie sabe muy bien quién es.