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Perdidos en la noche

Drama Soñando con el éxito como cowboy de exhibición, el joven e ingenuo tejano Joe Buck se traslada a Nueva York, donde comienza a trabajar como gigoló seduciendo a mujeres maduras de Manhattan. Joe pronto descubre que ese mundo no es como él se imaginaba, pero antes conoce a Rico "Ratso" Rizzo, un timador que lo quiere estafar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 118
Críticas ordenadas por utilidad
30 de noviembre de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífico film de John Schlesinger sobre la pérdida de la inocencia y el fin del sueño americano, realizada en el momento justo, cuando más se reclamaba un cambio y una ruptura de las normas sociales convencionales, supone a la vez un asalto frontal al Hollywood dorado. Esto si es auténtico cine social comprometido.
Schlesinger rueda desde las tripas y la ingenuidad de unos personajes impecablemente interpretados por Voight y Hoffman, mención especial para este último, su actuación es sobrecogedora, provoca una ternura y una desolación inigualables.

La cinta sufrió graves problemas de censura, y es que, aunque las escenas subidas de tono puedan parecernos hoy livianas, en 1968 fueron todo un escándalo, por suerte el público aplaudio su valentía y ese mismo año se alzo con los oscar a mejor película, director y guión adaptado, siendo la única en coseguirlo con el calificativo "X".

No termino sin mencinar el tema "Everybody,s Talking" de Harry Nilson, sin duda es una de las mejores canciones de película de la historia del cine.
alcaide
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7 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película a día de hoy, hay que verla con mucho cuidado, es decir, sabiendo que es una cinta que representa El sueño americano a finales de los años 60.
En 1969 Nixon presidente, se llega por primera vez a la luna, creación en los EEUU de una red de telecomunicaciones militar que sería Internet, solo hay que ver la época que era y cuando se hizo la película, sino no se logrará disfrutarla.
Eran tiempos de sueños, de superación constante y de la famosa venta del sueño americano. Ese sueño que a tantas familias y personas americanas tuvo que tumbar al ver la "realidad".
José Antonio
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25 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joe Buck (Jon Voight) trabajo de lavaplatos en un restaurante de Texas. Su ilusión es reunir los ahorros suficientes y lanzarse a la conquista de la Costa Este, meterse en el bullicio que reina las calles de Nueva York y aprovechar lo que únicamente cree que sabe hacer: seducir a mujeres mayores de buena clase y beneficiarse en su aventura. Pero su llegada a la Gran Manzana no es lo que él esperaba y acabará haciéndose amigo de Rico (Dustin Hoffman), un vagabundo que vive en el habitáculo de un edificio en ruinas.

No emparentado directamente dentro del movimiento “free cinema” de su Inglaterra natal, John Schlesinger había obtenido notoriedad en películas dramáticas como “Darling” (1965) o “Lejos del Mundanal Ruido” (Far From the Madding Crowd, 1967) ambas interpretadas por Julie Christie. La popularidad de éste director a mediados de los sesenta se acrecentó con esta fría y gris retrospectiva nada amable de Nueva York en “Midnight Cowboy”, encumbrando también la famosa canción de “Everybody´s Talking on Me” y una excelente banda sonora bajo la batuta del gran John Barry (sin olvidar el sólo de harmónica del tema principal). Y ya no es necesario comentar el imparable ascenso a la fama de Dustin Hoffman como el de Jon Voight; aunque tardarían a ser algo reconocidos. Voight fue algo más impopular posteriormente pese a su papel de inválido veterano de guerra en “El Regreso” (Coming Home, 1978) de Hal Ahsby y su carrera de actor se relegaba a papeles secundarios. Pero Hoffman revitalizó su popularidad hasta el reconocimiento que obtuvo gracias a su interpretación del hermano autista de Tom Cruise en “Rain Man” (1987) de Barry Levinson.

La carrera de John Schlesinger emprendió un camino de altibajos con los irregulares thrillers “Los Creyentes” (The Believers, 1987) y “De Repente un Extraño” (Pacific Heights, 1990). Ni en su última película “Algo Casi Perfecto” (The Next Best Thing, 2000) consiguió que su pareja protagonista, Madonna y Rupert Everett, alzaran el listón de una comedia romantica algo sosa y a años luz de lo que podía haber sido un digno fin de carrera.
Natxo Borràs
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29 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“¿Qué vas a hacer en el Este, Joe? – “Allí hay muchas mujeres y los hombres son maricas”. Joe viaja en un autobús camino de la gran urbe, mascando chicle con su aparatoso transistor al hombro, llega el vaquero que huye de su mediocre vida en el Oeste, “soy nuevo en la ciudad, acabo de llegar de Texas y estoy buscando la estatua de la Libertad”. Obra audaz, símbolo de la contracultura que refleja el mejor cine de los sesenta, una película controvertida en su época por el tema tan sórdido que tocaba, una visión desmitificadora del sueño americano. Con un estupendo guión del izquierdista y “Blacklisted” Waldo Salt, basado en la novela de James Leo Herlihy.

Esta es una historia de amistad y de fracaso de unos seres perdidos en la jungla de una Nueva York deshumanizada, cutre y marginal, aquí no vemos el Skyline ni Central Park, sólo vemos las cloacas del imperio, un mundo de pícaros donde la miseria, los chaperos y degenerados pululan por doquier. Fiestas a las que asisten drogatas psicodélicos que consumen psicotrópicos y aman el arte de Andy Warhol. Joe Buck (Jon Voight) un vaquero tejano, ingenuo y provinciano camina por la calle 42, con la intención de vivir de las mujeres como gigoló, una vez desengañado encontrará a Ratzo (Dustin Hoffman), un timador y carterista, un pobre diablo tuberculoso que sufre una cojera.

Una película sombría que recrea el lado menos noble de la “gran manzana” donde se puede sentir el frío del crudo invierno, sin luces de neón ni glamur, viviendo en cuchitriles destartalados, húmedos y abandonados, donde unos personajes desquiciados y estrambóticos pasan de la comedia a la tragedia. Todo ello amenizado por la canción de Nilsson, “Evrybodys talking” ya mítica como “leit-motiv” de esta desgarradora historia. Ese año ganaron el Oscar, la película, el director y el guión, también deberían haber ganado al mejor actor uno de estos dos grandes actores: Voight o Hoffman, pero había otro cowboy, el más grande, John Wayne que lo ganaría por “Valor de ley” de Henry Hathaway. “Cowboy de medianoche” es una película de culto, mítica e inolvidable.
Antonio Morales
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13 de diciembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra ya mítica que versa sobre la necesidad de sobrevivir en la vida sacrificando la dignidad, la integridad física o lo que sea. Un personaje de pillo pero desgraciado en el fondo genialmente incorporado por Dustin Hoffman y un apuesto joven que mediante su físico espera enriquecerse satisfaciendo los más íntimos deseos de las mujeres en Nueva York magistralmente interpretado por Jon Voight son los protagonistas de una historia dura que se va haciendo progresivamente agria y conmovedora. Desde distintos puntos de vista los dos protagonistas sufren la misma desgracia, la falta de horizontes. La película al tiempo que desprende una gran carga de morbosidad resulta muy humana en su conjunto y tiene el secreto de la eterna juventud pues los problemas de adaptación de unos seres perdidos en la vida que presenta siguen siendo muy actuales puesto que la obra era muy osada para su momento. Las escenas que evocan tiempos pasados mientras el personaje de Voight viaja camino de un gran futuro que será muy distinto del que imaginó tienen una gran fuerza. La conclusión de un film en el que todo es sórdido es que la amistad es lo único que puede aliviar los sinsabores más grandes. No hay que olvidar la magnífica canción de los créditos. La historia engancha desde el principio y el espectador queda asombrado ante la riqueza de matices que presentan los personajes en un relato que ofrece todo lo que promete desde el principio e incluso más si cabe con una prodigiosa estructura argumental donde no hay un solo plano que sobre o que falte. En resumen resulta ser una maravilla absoluta cuyo conjunto cala muy hondo en el espectador con momentos conmovedores y llenos de autenticidad, plasmando una realidad social con valentía.
Cromatico
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