El valiente

Una gran ambientación, un momento histórico muy interesante y un actor en estado de gracia no pueden hacer flotar a ésta película que se hunde al no conseguir un tono que se mantenga durante todo su metraje, al no dotar de mayor profundidad a muchos de sus personajes y al no saber aprovechar momentos que pueden dar mucho jugo y que se resuelven de manera precipitada. Una lástima, pero “Los hombres libres de Jones” es una de las promesas de gran película para éste año 2016 que no se ha cumplido.

Crítica completa, otras críticas de cine y series (y algun que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com

La mayoría de los países, en algún momento de su historia, han vivido una guerra civil protagonizada por sus habitantes. España sufrió la suya entre 1936 y 1939, Guatemala vivió una lucha fratricida entre 1960 y 1996, pero la guerra civil que todos conocemos es la de Estados Unidos, en gran medida gracias a su cine, que ha ofrecido títulos como “Medalla roja al valor” (1951), “Tiempos de gloria” (1989) o “Gettysburg” (1993), así como la popular e irregular serie “Norte y Sur” de la década de los 80.
Los primeros momentos de “Los hombres libres de Jones” recrean el escenario bélico de la Guerra de Secesión (1861-1865) centrándose en sus consecuencias funestas (muertos y heridos), mostrando toda la crudeza de la contienda. Pero, hete aquí, que al igual que en “La delgada línea roja” (1998), lo importante no es la acción sino las reflexiones, las palabras y decisiones que adoptan los personajes.
“Los hombres libres de Jones” está inspirada en hechos reales, pero se toma ciertas libertades cinematográficas. Newton Knight desertó del ejército confederado para rescatar a sus hijos de las garras de un familiar inmisericorde no por sus convicciones raciales. Sin embargo, en el filme, se le presenta como un adalid de la lucha contra la esclavitud. Al margen de estas imprecisiones históricas, la película, caracterizada por su sobriedad, se constituye en un sólido alegato antibélico sin llegar a las cotas de “Senderos de gloria” (1957), de Stanley Kubrick o la mencionada ““Medalla roja al valor”, de John Huston.
La principal razón para ver “Los hombres libres de Jones” es Mattthew McCounaughey. Antaño actor ramplón, que protagonizaba paparruchas como “Ed Tv” (1999) o rarezas como el remake de 1994 de “La matanza de Texas”; en los últimos años se ha forjado una sólida carrera fundamentada en grandes interpretaciones como “Mud” (2012), “Paper Boy” o “Dallas Buyers Club” (2013), sin olvidar la imprescindible serie “True Detective”.

Hace mucho tiempo que dejamos de considerar a McConaughey como actor exclusivamente de comedia romántica en papeles bastante superficiales. Y hace tiempo también que sabemos que, si se implica, es capaz de transformarse y meterse en un papel mucho más profundo. Ahora protagoniza “Los hombres libres de Jones” basada en la historia real de un desertor de la Guerra de Secesión y de cómo se convirtió en una figura controvertida además de luchar por lo que creía suyo.

La película olvida la parte más polémica sobre el protagonista y las circunstancias que le rodearon para centrarse en una historia en la que en su comienzo prevalece la acción sobre la reflexión, pero en la que queda claro que las secuencias de lucha no le interesan. Hay mucho material didáctico en su historia, con algún que otro flashback que conecta pasado reciente con la época en la que está basada, y que evidentemente sólo añade minutos a una duración ya de por sí bastante extensa. Esa acción contenida y breve no determina grandes cambios en su narración, y esto conlleva momentos en los que la película puede hacerse lenta e incluso algo tediosa. Quizás “Los hombres libres de Jones” quiera abarcar demasiado, más de lo que es capaz, y no pone el énfasis necesario en alguno de los temas que toca. Transmite la sensación de estar incompleta, de que le falta algo, quizás sea ritmo, quizás sea interés, pero la dirección del experto Ross (director de la también extensa “Seabiscuit”) deja mucho que desear, incapaz de imponer su estilo narrativo y llevar el argumento por el camino correcto como ya hizo en “Los juegos del hambre”, mucho más intrépida que ésta.

“Los hombres libres de Jones”, gran apuesta para la temporada de premios por su épica historia, una época atractiva para los académicos y el interés de los hechos que narra, ha pinchado en hueso creando una película compleja que mantiene nuestra atención, pero que no enamora ni atrapa ni con su contenido ni con sus personajes.

Si juzgo la película como una película de acción, biografía y drama yo a la película le pongo un siete de que no te arrepientes de verla. Lo digo porque la verdad es que yo no me creo mucho que un «ejército» de mujeres y hombres (y viceversa) y niños/niñas pudieran enfrentarse y salir indemnes contra un ejército norteño que eran los que tenían el dinerito, no hay más que ver la escena inicial y quién tenía el uniforme más limpio y divino de la muerte.

No tengo mucho que decir, no se trata de una guerra de sur contra norte —de Secesión— sino de unos hombres que se unieron porque estaban cansados de luchar en una guerra que hacía de todo menos beneficiarle. Como mensaje bonito de ¿y quién ganó la guerra de Secesión —guerra en la que el norte de EE. UU. luchaba contra los sudistas que querían que la esclavitud no se aboliera—? pues yo respondo TODOS, está bien.

Pero como ya digo en el primera párrafo me parece más una película propagandística, cuando no negra, de que la «guerra es mu perra» bla bla bla y el pueblo unido jamás será vencido. Ambientación, vestuario y demás de diez, eso sí. Me hubiese gustado más drama judicial que al principio parecía que iba a tener más peso pero no, al final se queda en nada.

La película nos traslada a la guerra civil americana, la de norte contra sur, en ella, un médico del ejército se harta de ver morir a jóvenes por una causa que no es la suya y deserta del ejército. Desde ese momento se dedica a intentar hacer que las personas que le rodean consigan ser libres, creando una especie de milicia armada contra ambos bandos.

La película intenta ser tanto un retrato de un momento histórico muy concreto como una reivindicación a todo lo que sufrieron los negros en los Estados Unidos, y no sólo durante la esclavitud, sino hasta tiempos mucho más modernos.

Lo hace mediante un esquema que hemos visto en películas como el Patriota, con ese idealista rebelándose contra el ejército al que pertenece y enfrentándose a él. El caso es que la película no acaba de definirse, y no tiene claro si convertirse en una película de acción o acabar siendo un alegato político. Ésta indecisión hace que el resultado final de la misma sea un tanto irregular, y el sabor de boca que deja su final no sea todo lo redondo que podría ser.

Porque el resto de elementos de la cinta están bien, desde la ambientación hasta las interpretaciones pasando por los efectos especiales. De hecho, si se mira la película como una serie de partes independientes se me antoja excelente… pero al juntarlas no acaban de quedar todo lo cohesionadas que deberían.

No es falta de ritmo, no es un bajón evidente en algún momento… es simplemente que no acaba de funcionar. Supongo que en éste caso podría hablarse de un fallo de director, incluso de concepción; uno que deja una película que podría aspirar a la excelencia en un… pues no está mal.

Y es una pena, porque el tráiler pintaba a peliculón de los buenos, de esos que te dejan con el culo torcido y con ganas de volver a ellos (como el Último Hombre, también bélica).

En fin, una película que no es mala, pero que es totalmente prescindible, y más con la oferta que hay a día de hoy en las salas y plataformas de streaming.