Haz click aquí para copiar la URL

La flor. Parte II

Drama. Fantástico. Intriga Segunda parte de las tres que componen "La flor", tercer largometraje de Mariano Llinás.

Fue premiada como la mejor película en la competencia internacional del BAFICI como una sola película junto a las 2 partes restantes, que en total suman 840 minutos (14 horas), siendo exhibidas por separado. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
27 de noviembre de 2018
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Viene de La flor: Primera parte)

Una película de espías en francés. A este punto las voces dobladas ya no nos molestan, ya estamos inmersos en el juego y nos adentramos en la misión de las cuatro mujeres caídas en desgracia que han secuestrado a un científico sueco en América del Sur. Sin embargo, algo ha salido mal en la misión. Mientras esperan la última solución en un aeródromo, el narrador nos cuenta su pasado, una por una, conociendo su carácter y cómo se han encontrado en este punto.

El despliegue de este capítulo es asombroso. Imágenes de viajes del director con sus actrices componen una película narrada, como Joao Pedro Rodrigues hiciera en La última vez que vi Macao y añadiendo una ambientación mínima en interiores que casa completamente con el tono de la obra. Una bandera soviética en un despacho nos sitúa en Moscú. Unas tazas de té en un cottage, en la campiña inglesa, un muro en Berlín. Llinás ha sabido compaginar perfectamente las imágenes de vídeo de vacaciones con los interiores para crear un relato inconmesurable que se desarrolla a lo largo y ancho del planeta, sosteniéndose principalmente en el texto recitado y en sus cuatro actrices.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
harryhausenn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de febrero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seccionada como la segunda parte de la ambiciosa película del realizador argentino Mariano Llinás, con más de cinco horas de duración se sigue a un grupo de mujeres espías. Esta parte, aunque se toma como una sola historia (de los seis episodios que componen el largometraje total), en realidad se abordan múltiples tramas a lo largo del relato, empezando por el presente de las protagonistas, pasando por la historia personal de cada una de ellas, más una indagación a su grupo rival a la espera de un enfrentamiento que parece que nunca llegará.

Sí ya de por sí es evidente que la totalidad de La flor, con sus catorce horas de duración, es una obra monumental, esta segunda parte traslada a la perfección la grandilocuencia y la genialidad de Llinás, además de lo ambicioso que es. Este tercer episodio se llena de detalles, de intriga, de romance, de espionaje, le da la vuelta al mundo por distintos escenarios, saca provecho del contexto de la Guerra Fría, muestra distintos tiempos, deja momentos y personajes entrañables.

Además, Llinás refuerza mucho algo que es común en su cine, que lo mostró en Historias extraordinarias (2008) y en los dos primeros episodios, la utilización de la voz en off. Aunque para mucho este es un recurso barato utilizado cuando el guionista o director no puede trasladar a las imágenes sensaciones o momentos, ciertamente es que Llinás lo trabaja a la perfección, el mismo sirve como narrador en recurrentes tramos, lo mismo que su hermana Verónica, instantes que funcionan para ir clarificando una trama gigantesca.

Sin duda lo mejor que consigue el realizador en este episodio es la profundidad de sus protagonistas, ha tenido suficiente espacio para ahondar en cada una de ellas, pero independientemente del factor tiempo, lo bueno es que le da voz, pensamiento y sentimiento a cada una de ellas, se detalla en sus anhelos, sus aspiraciones, sus inicios, sus fracasos, todo de simple pero atractiva.

La falta de recursos económicos se nota, desde la primera parte, en esta y de seguro en la tercera parte, lo que también se nota es el inigualable amor al cine por parte de Mariano Llinás, que lleva lo que entendemos como una “Película” a un punto inimaginable, de no retorno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuidado con ellas -las tres flores- porque enganchan... Y ya pueden durar horas que allí estás tú atrapada entre sus pétalos y alrededor de su corola yendo a donde quiera que sea que el narrador te conduzca al influjo de su voz y las historias que cuenta... Más ellas, una cohorte de espías, cada una en su lugar, y con faldas escolares -no siempre-, que hacen también que las sigas y te interesen sus cuitas (por más inexplicables que sean), el trayecto, la osadía y esa mezcla inexpugnable de laconismo e intensidad que subyuga... Y si de paso te cuentan lo que significa el paso de ser un traidor mediocre a convertirte en tsé-tsé, la lección ya es magistral por no decir metafísica.

Pero poniéndonos menos estupendos -si es que pueda parecerlo-, las dos partes que he visto me han parecido estupendas -ahora sí-, llenas de fascinación y romanticismo incluso pero no del trasnochado sino de aquel que se expresa en una carta perfecta que tarda años en llegar... Cierto que algunos pasajes con sus yuxtaposiciones quizás se alarguen de más -aunque parezca un chiste el comentario- pero, así y todo, allí estás tú, atenta a la pantalla y a no dejarte pasar ni un parpadeo de menos. Pero ni uno -aunque duren lo que duren- ;)
Rebeca
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de septiembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
322/33/25/09/20) El bonaerense Mario Llinás me ha puesto cual torero a su astado un capote rojo donde pone ’13 horas y media de duración’ y yo cual tonto he entrado al tramo, o más bien me he desafiado a mí mismo a ver este bodrio infumable, pues solo así se explica que tras haber visto su primera parte (a su vez con las dos primeras historias) yo haya entrado al trapo, también es cierto que había leído que este bloque de la segunda parte (con el tercer episodio) era el mejor, y esto me hizo albergar alguna esperanza en que no sería tiempo perdido, pero resulta que mientras escribo me pego cabezazos contra la pared pues quien me devuelve a mi estos 313 minutos (más de 5 horas!!!), que encima es la parte más extensa, a que ventanilla voy yo a reclamar esta estafa?

Empieza con la frase “El Universo está en la noche” sacada de Aurélia ou le Rêve et la Vie (1855) escrito por el poeta romántico francés Gérard de Nerval, autor que indagó en su propia locura y que retrató paisajes oníricos para profundizar en las pasiones humanas (eso he transcrito!). Relato insoportable que ‘parece’ trata sobre una historia de espías que han secuestrado aun científico espacial en un aeródromo y allí esperan a que vengan a matarlas, por orden de su jefe Casterman (nombre de una editorial mítica, la editorial de Tintín, cual guiño hacia la trama en su pretenciosidad que no cubre mínimamente las expectativas con el desperdicio que ofrece). Mientras el relato se ramifica en cuatro partes, donde se nos cuenta en flash-back sobre las cuatro raptoras, haciendo que el metraje se estiren hasta el infinito y más allá y encima para quedarse in media res, pues el espectador es un cenutrio del que me puedo reír cuanto quiera, total si es capaz de llegar al final es que come la mierda que le echen. Llinás aparece en medio del tercer episodio para decirnos que quedan tres horas y media en el capítulo, y se parte el orto seguramente, ello tras haber cagado al espectador durante ya seis horas solo puede ser un zombi idiota, el director también encarna al espía Boris the Mole en el tramo romántico (eso quiere ser, puaj!). Ello adornado por una voz en off insufrible, una gota malaya que termina por hacerte un agujero en el cerebro, encima con la pedantería de que sus personajes hablen (porque yo lo valgo en francés). Un ramillete de sub-historias arrogantes, sin sustancia, mal narradas, donde parecen ser ‘suecadas’ filmadas por un grupo de amigos que juegan a ser intérpretes, dejando un tufo amateurismo serie zzz pelmazo, con asesinatos penosos, coreografías de mal chiste, dramatismo mega low cost, romanticismo de tienda de chinos, diálogos petulantes, actuaciones grimantes, humor de garrafón. Llinás se cree rodando un James Bond cuando nos pasea por varios países para dar relieve a su tostón, por Berlín, la campiña inglesa, Rusia, o la pampa argentina. Se puede incluso entender como cine experimental, pero del malo, puede que el experimento se retar al público a pensar si le están tomando el pelo.

Así se inicia la película (en la parte I): “Hay seis historias”, continúa Llinás. “Cuatro de ellos tienen un comienzo pero no un final. Es decir, se detienen en el medio: no tienen final. Luego, está el episodio cinco, que como un cuento tiene un comienzo y un final. Finalmente, está el episodio seis, que comienza en el medio y termina la película. Cada episodio tiene un género, por así decirlo. El primer episodio podría considerarse una película B, del tipo que los estadounidenses solían filmar con los ojos cerrados y ahora ya no pueden filmar más. El segundo episodio es una especie de musical, con un toque de misterio. “El tercer episodio es una película de espías. El cuarto episodio es difícil de describir. Ni siquiera yo, en el momento de hacer este prólogo, tengo una idea clara. El quinto está inspirado en una vieja película francesa, y el último trata sobre unas mujeres cautivas del siglo XIX que regresan del desierto, de los indios, después de muchos años. El remate de toda la película radica en el hecho de que todos los episodios están protagonizados por las mismas cuatro mujeres en diferentes roles. Valeria, Elisa, Laura y Pilar. Yo diría que la película trata sobre ellos y, de alguna manera, para ellos. Bien, creo que eso es todo, por ahora... "

‘La Flor (la flor) recibe su nombre del diagrama que dibuja Llinás para explicar su estructura. Los primeros cuatro episodios no tienen final; estos son los pétalos. El quinto episodio es un cortometraje con principio, medio y final; este es el ovario. La película final, el tallo, consta únicamente de un final. Con la excepción del episodio cinco, todas estas historias cuentan con las mismas cuatro actrices, Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes.’

Podría arremeter más contra este engendro pero considero que perder más de 5 horas es ya para que me den el premio al más ‘tonto’, pero es que encima me auto-desafío aún más y si he llegado hasta aquí debo hacer un esfuerzo más y terminar con la tercera aparte, solo así tendré el derecho a despotricar (no espero me sorprenda después de 9 horas) de esto que incomprensiblemente hay gente a alaba, y es que como decía El Lebrijano “Hay gente pa tó”. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de julio de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Algunos apuntes sobre La Flor (2018), la colosal película argentina de 13 horas y media de duración dirigida por Mariano Llinás y protagonizada por el colectivo teatral Piel de Lava.

Por Nicolás Bianchi

Alguna vez alguien escribirá un libro sobre La Flor para tratar de abarcar todos los sentidos y las experiencias que propone una película enorme, que llevó diez años de trabajo y cuenta con un trabajo fotográfico, de guión, musical y cinematográfico que resulta imposible de analizar por completo en unas cuantas líneas. Lo único que resulta viable es, ante tan generosa producción, resumir y resaltar algunos puntos salientes tras una primera vista del film.

Qué es. La película cuenta con seis episodios que cuentan historias diferentes y además algunos inserts en los que Llinás describe el film, o nos señala por qué parte vamos, o nos indica que ya no falta tanto para que termine. A su vez, según presenta el director, cada capítulo tiene su género. Las primeras cuatro historias empiezan pero no terminan, advierte, aunque en verdad de alguna manera concluyen. La quinta empieza y termina, y la última arranca empezada y cierra todo el film. Cada una tiene un género distinto. Hay ciencia ficción con algo de terror, musical, una de espías, comedia y más ciencia ficción y dos tramos finales en los que se recuperan formas arcaicas de hacer cine. Los episodios se podrían ver por separado, como si fueran películas individuales, pero gran parte de la experiencia tiene que ver con la acumulación, con que todo eso junto sea una única y gigante película.

Las chicas. El grupo teatral Piel de Lava, compuesto por Pilar Gamboa, Valeria Correa, Elisa Carricajo y Laura Paredes, protagoniza el film. La película es sobre ellas y para ellas dice Llinás en la introducción, y luego cumple con sus palabras. Las chicas hacen de espías, de asesinas, de investigadoras, de todos los papeles posibles que en otros tiempos estuvieron reservados exclusivamente para hombres. Se las muestra inteligentes, astutas, violentas y frías cuando es necesario. La cámara las enaltece y las destaca. Siempre están por encima de una galería de personajes varones muchas veces detestables, otras tantas débiles, en todo caso siempre menores ante ellas. Brillan hasta cuando están ausentes, se escucha en algún momento de la película, y es cierto.

Sobre qué es. La Flor es un gigantesco ejercicio narrativo donde el punto de partida y el final no son tan importantes. Llinás sostiene el estilo desbordante que había mostrado en Historias Extraordinarias (2008). Los capítulos de la película se pierden en historias derivadas de personajes supuestamente secundarios o en autores o personajes de libros que pueden aparecer en el film. El relato se puede mover lateralmente entre distintos personajes, hacia atrás o hacia adelante en el tiempo. ¿Cómo termina Las mil y una noches? ¿Cuánto importa eso en comparación con todo lo otro? Lo mismo se aplica para La Flor y sus historias. No importa tanto cómo concluyen, a dónde llegan sino cómo lo hacen. Cada una pinta un mundo, y eso es lo más importante.

Belleza. Dentro del cómo, además de lo narrativo, en La Flor resulta destacable la estética de su disposición. No parece haber una toma que no haya sido meticulosamente pensada y diseñada. Cada cuadro de la película luce inmejorable. Desde las secuencias que preceden a las presentaciones de Llinás, que suceden en un parador del ACA en una ruta bonaerense cualquiera, hasta árboles en floración y mil tomas de las chicas en sus distintos personajes, todo está envuelto de una belleza sobresaliente. La Flor llena los ojos.

De acá para el mundo. En un ejercicio poco frecuente para el cine argentino La Flor se presenta como una película distinta porque está hablada, además de en castellano, en catalán, inglés, francés, sueco, ruso y quizás algún idioma más. El tercer episodio, la película de espías, tiene escenas en distintos países de Europa, se recrea el Muro de Berlín, hay alguien que interpreta a Margaret Thatcher y se cuentan historias de guerrilleros y complots internacionales. En el cuarto episodio hay una secuencia que transcurre en la modernidad, con sus atuendos y pelucas característicos. Se trata de territorios muy poco explorados por el cine local, en los que Llinás opera prácticamente como un desmalezador.

Fragmentos. En el recuerdo de a poco se asienta un primer episodio sobrio en el que los rostros de las protagonistas se comienzan a grabar, una canción del musical segundo capítulo que es cantada con odio y rabia, un hombre capturado que mira otro atardecer en la ruta y por las estrellas descubre dónde se encuentra en la historia de las espías, las imágenes de árboles más lindas que se hayan filmado alguna vez en el episodio que no se sabe muy bien sobre qué se trata, los aviones danzando en el anteúltimo capítulo y los cuerpos embarazados de las chicas en el final, que resultan deslumbrantes, una vez más.
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow