El habitante

Guillermo Amoedo, (The stranger, 2014), nos presenta aquí una nueva vuelta de tuerca al tema de las posesiones… con resultados no muy buenos.
Y aunque al principio la historia tiene una forma interesante, a medida que el metraje avanza… la película empieza a parecerse a otras tantas y tantas pelis sobre el tema que hemos visto. Es una especie de refrito de las películas de este género, con alguna novedad curiosa e (increíble), pero que en general no hacen destacar a la película, porque sale uno de la proyección con la sensación de haber visto antes esto.
Valoro el interés de Amoedo, de dar una vuelta a este manido género, pero la realidad es que en mi humilde opinión el esfuerzo es fallido. El giro final en una pelicula del 2017, es sencillamente imperdonable.
Me quedo con el trabajo de Maria Evoli (We are the flesh, 2016), en el papel de Maria, y la de la siempre solvente Gabriela de la Garza, (Narcos, 2015), que aquí da replica a la sumisa madre de la víctima. Les acompañan Vanessa Restrepo (Camila), Fernando Becerril, (La leyenda del Zorro, 2015), como el Obispo, y Flavio Medina, el oscuro padre, visto en Yago (2016).
A ver, no es un horror de película, se deja ver… pero le falta algo.
Tal vez sea… el alma.

Muy irregular película de terror, el director no sabe mezclar con demasiada habilidad el thriller con el terror sobrenatural, y queda un pastiche raro, porque cuando deja el thriller de lado, quedan unos agujeros bien grandes en la trama. Da giros bruscos, que si bien sorprenden, también dejan a muchos personajes con un final precipitado.
Terror no da en ningún momento, y en general cuando quiere ponerse intensa en ese sentido, y centrarse en la poseída, causa humor involuntario,porque los berridos de la nena y las "verdades" que escupe, son más molestas que perturbadoras.
La película está producida por Televisa, y la verdad que es una de sus principales fallas, ya que tiene todo el estilo acartonado de las peores producciones de ésta, de hecho la mansión donde se desarrolla la historia se ha visto en varias telenovelas del canal, y los interiores también se ven tan plásticos y acartonados como los de una telenovela de los 90, incluso la fotografía y los efectos especiales, todo muy rustico y rancio.
Creo que lo único destacable es el personaje de María, tal vez lo único logrado (a medias) de la película sea como lucha contra sus miedos y culpas.

El realizador chileno Guillermo Amoedo realiza su nueva película en México, dentro de las producciones que Sobras Internacional ha venido realizando en el país, es la primera dentro del género del terror, la cual cuenta con una premisa prometedora.

Tres hermanas, Camila (Vanesa Restrepo), María (María Evoli) y Ana (Carla Adell), deciden entrar a robar a la casa de un político (Flavio Medina), ya que cuentan con la información de donde se ubica una buena suma de dinero.

Tras obtener el botín, el cual resulta menos de lo pensado, deciden someter al político y su esposa (Gabriela de la Garza) para obtener el dinero faltante, pero al recorrer la casa, descubren a una jovencita, Tamara (Natasha Cubria), hija de la pareja a la cual mantienen en secreto encadenada en un sótano, a la cual deciden liberar pensando que está enferma, ignorando que la mantienen en esas condiciones porque está poseída por una poderosa entidad.

La prometedora premisa se va desarrollando de manera adecuada hasta llegar al descubrimiento de la chica poseída, y es ahí cuando el espectador que el terror se apodere de un relato que cuenta con todos los elementos para generar horror.

Sin embargo la narrativa elegida por el realizador lleva por otros caminos la historia, priorizando narrar a través de flashbacks el pasado de las hermanas, historia que esconde un importante secreto, imponiendo un tono más dramático al relato y dejando al terror casi ausente.

Pero la inclusión de nuevos personajes y una temática que mezcla el terror con lo religioso,(al principio de la película se informa de la muerte del Papa), le inyecta cierto interés al relato, el cual resiente que el director nunca logra generar una adecuada atmósfera y apenas algo de tensión a una película que no logra su cometido dentro del género, pero que es lo suficientemente entretenida además de contar una historia por lo menos interesante.

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Larga (a pesar de sus 93 minutos) y aburrida en sus formas, "El habitante" transforma una muy buena premisa inicial en algo aburrido y reiterativo. Un grupo de ladronas entran a robar a la mansión de una familia adinerada. Allí se encuentran con algo fuera de lo común que altera sus planes iniciales. Ese comienzo, rápido y atractivo desde lo narrativo, quizás sea lo mejor de la historia. Se desarrolla muy correcta y manteniendo una atractiva tensión. Me hizo recordar, por ejemplo, a "No respires". Pero solo en su inicio. Porque "No respires", con otra temática de fondo, logra mantener la tensión los 90 y pico de minutos que dura. En cambio, "El habitante" se desinfla por completo luego de transcurrida esa secuencia inicial. La historia es muy chata (exorcismo visto ya muchas veces) y eso genera que los minutos transcurran como si fueran eternos, en una historia que nunca termina por repuntar.

Buenas intenciones que, lamentablemente, terminan quedando en eso.

Aunque esto no se encuentra en lo más cutre de los años 80 cuando Televisa se encargaba de intentar colocar telenovelas en la pantalla grande, «El habitante» es un intento fallido para el género, sin construcción de personajes, de interpretaciones forzadas, guión poco trabajado, que aunado a su montaje perdido entre dos historias mal ejecutadas y una dirección de arte acartonada que en conjunto con la mansión —como sello de la casa— hacen una película olvidable en el mejor de los términos.

Tres ladronzuelas tienen información sobre la residencia a la que piensan entrar, debido a que no hay personal a cargo de la vigilancia o de los servicios. En su hazaña, se encontrarán con los propietarios, por lo que los someterán hasta conseguir se les entregue todo el dinero que fueron a buscar. Sin embargo, durante su estancia se percatarán de algo que las distraiga de su objetivo.

Pues todo parece puesto sobre una mesa al alcance de lo esperado, el horror se entre mezcla con un thriller y un drama mal ejecutado por abarcar temas de actualidad que entorpecen de lleno el efecto entre los espectadores y aquello planteado sin sutileza.

Un ejemplar oportunista que se abandera el empoderamiento femenino, la solidaridad de género y ese llamado a la justicia por lo atroz que resuena una y otra vez en todos los medios y al que el cine no está ajeno, que no por eso «El habitante» se libra del calificativo «torpe» por sus evidentes fallas.

Muy prescindible.