Dos hombres contra el Oeste

Western sobre la amistad de dos vaqueros, uno viejo (William Holden) y otro joven (Ryan O'Neal). Es una historia de ribetes duros que contiene un corazón delicado, servicial, amistoso.

Lo mejor del filme es la parte primera, cuando los dos protagonistas antedichos están trabajando para el gran latifundista de la zona (Karl Malden) y se ve la vida de este rico ranchero, de su mujer, de sus hijos, de los vaqueros en su pugna con los ovejeros, etc. A partir del robo del dinero del banco por parte de estos dos vaqueros que deciden mejorar su vida de esta forma fácil y antisocial, pero sin violencias, la película se convierte en una típica filmación de huida con perseguidores detrás, perdiendo la narración el sello de originalidad interesante que había demostrado en la primera etapa.

Efectivamente se trata de una historia sobre perdores, sobre trabajores hartos de una vida dura y demasiado trabajosa que deciden jugársela a todo o nada.

Blake Edwards se adentra por primera y única vez en el mundo de los vaqueros, y lo hace de una manera brillante, insólita y diferente.
La película se centra en los personajes de Holden (Ross Bodine) y O'Neal (Frank Post), dos vaqueros de diferente edad cansados de llevar una vida dura y errante. O'Neal, que es el más ambicioso y emprendedor de los dos, se mira en Holden (Ross Bodine) como el futuro triste que le espera, un hombre de 46 años cansado de vagabundear por el oeste y que no ha conseguido nada más que ser un simple vaquero, de ahí la idea de robar el banco y cumplir el sueño de tener un rancho en Méjico.

Blake Edwards reúne unos elementos que nos recuerda a Sam Peckinpah, como las escenas de acción a cámara lenta, y el personaje de William Holden de "Grupo salvaje", pues prácticamente es el mismo...

Las escenas en la nieve me parecen de una belleza pocas veces vista en el género.

A mi me ha parecido una película estupenda, realizada en una época donde el western ya no se llevaba, y los que lo hacían le daban un toque personal y en muchas ocasiones poco fructíferas, pero ésta no es el caso.

Interesante incursio en el western por el maestro de la alta comedia Blake Edwards, con un trasfondo social muy interesante y realista de la toma de conciencia de dos vaqueros, tras contemplar la muerte en un triste accidente de un compañero de la futilidad de sus vidas de pobres asalariados sobre todo el personaje de Ryan O neal que ve en el WIlliam Holden un negro futuro que no quiere para si, con el asalto a un banco y el sueño de ser sus propios jefes en un rancho en Mexico, pero com en todo western que se precie la fatalidad esta a la vuelta de la esquina.

Insólito western dirigido y escrito por Blake Edwards que supuso su única incursión en el género sin demasiado éxito. Aún así estamos ante un interesante y hermoso film que narra las andanzas de un par de vaqueros que un día deciden asaltar el banco de la ciudad. Una espléndida banda sonora y una hermosa fotografía realzan esta entretenida película con influencias del cine de Peckinpah en las escenas de acción. Buenos intérpretes.

Lástima que la edición en DVD no se más que un video mal grabado pasado cutremente a DVD. Recuerdo verla en televisión con una calidad de imagen bastante mejor que la del DVD.

Una vez vista se pone en evidencia que Blake Edward no está muy dotado para esté género. Desequilibrada e irregular, con diálogos que se hacen interminables y un metraje excesivo al que le sobra casi media hora, sin olvidarnos de una reiteración de planos a camara lenta que están fuera de lugar. No obstante, también hay que valorar algunos aspectos logrados de su único western. En primer lugar, técnicamente la película está bien resuelta con una fotografía otoñal y tristona que recuerda a otros tantos títulos crepúsculares y nostálgicos propios de esos años. El reparto brilla a gran altura y el contraste de caracteres entre Holden y 0'Neal es convincente pues, por momentos, consiguen emocionarnos con sus deseos y desventuras. La música de Jerry Goldsmith es magnífica y, sin duda, el punto fuerte de la película porque capta a la perfección esa melancolía y el sentido de la amistad de estos cowboys. En definitiva, western menor y discreto que no pasará a la historia pero que se deja ver y supone un ligero entretenimiento.